Mentira Millonaria

Capitulo 1

¿Qué tan difícil podria ser complacer a un millonario?

Tessa sabia la respuesta; mucho.

—¡¿Qué se supone que haga yo con este trabajo incompetente?!—el joven Julian Anderson se encontraba reprendiendo a todos a diestra y siniestra en aquella sala. Mientras había arrojado con desdén sobre la mesa los informes proporcionados por el departamento financiero.

De repente, toda la sala de juntas se había llenado de un silencio sepulcral, era lo usual que ocurría en las juntas convocadas para discutir la situación de la empresa. A pesar de a esta irle muy bien, el joven era extremadamente perfeccionista. Y si, Tessa debía admitir que era orgulloso y bastante irritable. Para el, nunca nada era perfecto.

—P-pero jefe... las ventas subieron y...

—¿Subieron? ¿A eso le llamas subir?—soltó el joven con una fría mirada, el hielo se quedaba corto a lado suyo. Tessa no sabía que podria existir algo más frio que el hielo, hasta que lo conoció a él.

—Pero... hubo... hubo más ingresos. —se defendió el hombre de oscura barba

—Un porcentaje de ventas del cinco por ciento superior al año pasado, no es subir—soltó irritado.

Todos volvieron a estar callados

—¡Vamos! ¿es que nadie puede darme algo bueno?

Mas silencio.

Julian suspiro. —Bien. —entonces chasqueo los dedos y su fiel asistente acudió rápidamente —James, —llamo —espero me hayas hecho un registro de todo lo discutido en la reunión, quiero esquemas y los puntos más relevantes en los que dije que hay que seguir mejorando

Tessa asintió. Después de tres meses trabajando para él ya se había acostumbrado a que la llamaran James. Después de todo, ella debía mantener el secreto.

Tan orgulloso como era, hace un tiempo atrás el joven Julian abrió una vacante para un puesto, donde solo se aceptaban hombres. Al verse en una situación económica desesperante Tessa postulo. Y quedo. Asombrosamente quedo. Cubrió el perfil a la perfección. Y sí. Para eso, se tuvo que hacer pasar por un hombre. La mentira mejor guardada, deberían darle un Oscar.

Cuando Julian se levantó, se despidió con desgana y salió de la sala

—Buena junta.— dijo Tessa haciendo su voz neutral de siempre. Aquella que no denotaba un género para nada femenino

—¿Qué le paso hoy? ¿acaso se te olvido llevarle su café de todas las mañanas? — soltó una mujer sentada hacia ella

Tessa sonrió incomoda

—Esperemos la próxima reunión sea mejor. Gracias por su esfuerzo—dijo mientras hacia una reverencia para todos

Los miembros y jefes de los distintos departamentos asintieron. A muchos les agradaba "James" El nuevo asistente del jefe desde hace tres meses. Otros lo miraban solo con lastima por estar a merced de un hombre tan tajante y malhumorado. Asombrosamente nadie la miraba con envidia. A Tessa eso ya no le importaba, luego de tres meses creía tener medido el carácter del señor Anderson, o eso creía.

Cuando ella se despidió, fue rápidamente hasta la oficina del jefe y toco la puerta

—Pasa—escucho su voz desde el interior. Y asi lo hizo

—¿Sabía que era yo? — le cuestiono

—Reconozco tu toque en la puerta.

Tessa parpadeo —¿y cómo es eso?

El soltó un bufido —un toque torpe, suave, inseguro...

—¿Debería ofenderme? — pregunto al tiempo que hacia una mueca

—¿Qué habíamos hablado de hacer caras raras?

Tessa se compuso rápidamente y decidió quitarle importancia a la conversación. Después de todo, Julian Anderson casi nunca hacia cumplidos. A nadie. Y la gran mayoría de cosas que decía eran desplantes.

—Debería controlarse más— le sugirió ella —esos hombres y mujeres hacen lo mejor que pueden

—No lo suficiente —menciono quitándole importancia mientras seguía revisando los informes en su mano.

—Son un buen equipo. —insistió ella.

—Cuando te pida tu opinión me la das

« Como de costumbre » pensó ella poco impresionada.

—Los estados de cuentas están bien. —dijo dándose cuenta de que los estaba volviendo a chequear— Yo los revise.

—Se que están bien. No estoy buscando fallas.

—¿Ah no? Entonces, ¿Qué busca señor Anderson?

—Estoy buscando vacíos

—¿Vacíos?

—Cosas donde poder mejorar, donde podríamos ahorrar recursos

—Desde que usted tomo el control de la empresa después de su padre, esta compañía no ha hecho más que crecer— le respondió ella. Después de todo, antes de venir a trabajar aquí, había investigado mucho sobre el trayecto de la empresa y de la misma familia Anderson. Una historia impresionante sobre un imperio millonario.

—Si, seguramente mi padre debe de estar orgulloso— menciona sin entonación de nada —donde quiera que este ahora.

Oh claro, también se le había olvidado mencionarlo a ella, que el padre de Julian estaba muerto.

Tessa se aclaró la garganta —sobre lo de tomarme el dia de mañana libre...—trato

Julian lo mira con una ceja enarcada —¿de verdad lo necesitas?

Ella asintió.

Su jefe lo piensa —de acuerdo, James—dice y sus ojos azules parecen ablandarse un poco. Algo muy poco inusual de ver en el —Puedes tomarte el dia de mañana.

—¿De verdad? — no es que quisiera arriesgar su propia suerte, pero eso la impresionaba. Mucho más de lo que quería admitir.

—Pero no será todo el dia—objeta el rápidamente —en la tarde te quiero ver aquí. Tres en punto. Ni un minuto después. —le advierte —¿lo tienes?

—Si señor.

En ese momento el teléfono suena. Ella se muerde el labio inferior —¿no contestara?

—¿Para qué? — dijo sin mirarla

—Pues... quizás sea algo importante

—Tu ya sabes quién es —le suelta malhumorado

—¿otra prometida?

—No se cansan de emparejarme

—¿Es tan malo? — a veces ella compadecía al chico. Nunca lo había visto socializar mucho con ninguna mujer. Y se negaba a contraer matrimonio y por ende, a tener una esposa. Al inicio, Tessa tenía la teoría de que quizás él podía ser gay, luego comprendió que era algo mucho más complicado que eso. Julian no actuaba con esas intenciones.




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