Mentiras

Capitulo 18- Disculpas acidas

Luego de la situacion del lago no dije nada más a Die, me acosté a dormir y asumo que el igual. Soñe con Noah, no lo buscaba y creo que el tampoco a mi, pero nuestros sueños de alguna manera de conectaron. Algo no anda bien con él.

Suspiro viendo por la ventana, Die trabaja en las plantas del jardín sin camisa, es un poco flacucho y pálido, me río recordando lo de cruda amiga. El es mi crudo amigo. Amigo, no quiero nada más que su amistad, lo de ls noche anterior fue un error enorme, pensé que podría vengarme de Noah y su amiguita del baile, pero no, ahora solo tengo un Die, que saldrá herido y es lo que más me molesta. A veces actúo sin pensarlo, podría excusarme con la típica frase de que soy una adolescente, pero la verdad es que eso es estúpido, hasta para mí.

Suspiro y bajo las escaleras, tarde o temprano tendré que hablar con él y aclarar todo, no quiero herirlo más, pero tampoco puedo mentirle diciendo que podríamos intentarlo, aúnque no esté con Noah, aún estoy enamorada de él.

Me aclaro la garganta al estar cerca de él, sus mirada se posa en mi y su sonrisa se amplia, al ver mi cara se disipa un poco.

—¿Estoy en problemas? —pregunta.

—No, Die yo...

Se levanta hasta quedar de pie frente a mi, pasa un brazo por su frente secando el sudor y alejando los mechones rubios que caen. Me interrumpe, cuando intento hablar de nuevo.

—Zoey, sé lo que quieres decir, ayer solo fue un juego —suspira—. Es agradable saber que puedo gustarte aunque sea un poco, al punto de que pidieras que te besara, aunque estábamos ebrios —puntualiza—. Y aunque me gustas, no voy a pedirte más oportunidades, valgo mucho ¿Sabes? Y si tú no sientes la misma atracción que siento yo por ti, está bien, no puedo obligarte a estar conmigo.

Intento hablar de nuevo pero me interrumpe, otra vez.

—Pero si puedo obligarte a ir a buscar al idiota ese que te tiene tan enamorada, eres mi amiga, más allá de todo lo que pueda sentír y te quiero ver feliz.

Le sonrío y abrazo, me arrepiento inmediatamente cundo mi rostro queda pegado a su torso húmedo de sudor, el se rie y me pega más cerca. Esto es lo único que puedo hacer, ofrecer mi amistad a este maravilloso chico. Sé que conseguirá a alguien más que aprecie todo lo que es.

Mi estómago suena, él me guía a la cocina como si fuera una niña, me sienta en una silla y me hace esperar a que esté listo mi desayuno, parece estar tranquilo y de acuerdo con lo que no dije. Nunca imaginé que me encontraría con chicos emocionalmente tan maduros, Noah, nunca me ha presionado y siempre está allí apoyándome en todo... Soy tan idiota ¿Por qué me estoy rindiendo y no estoy luchando por mi novio? Me he convertido en una cobarde.

—No te auto castigues, sé lo que estás pensando. Uno: ella te hizo ver algo que te lastimo en un momento dónde estabas vulnerable, dos: nuestro beso no significó nada al menos para ti, tres: si no luchas por él es porque tienes miedo y esa no es la Zoey que conozco.

—¿Cómo supiste lo que estaba pensando?

—A veces hablas sola en voz alta, además, tienes una cara de depresión horrible.

Se ríe de mí y me sirve el chocolate helado junto con mis huevos y tostadas. No sabía que hablo sola, debo medir lo que hago. Die me deja sola para continuar con su trabajo de jardinería, parece que eso lo relaja y así canaliza sus sentimientos.

Es hora de que vaya al otro lado y hablé con la mujer que está en la otra cabaña, sé que se sorprenderá al verme o quizás no, pero es importante para llegar a Novakwies, sin ella no podré abrir la puerta del lago.

Si aún tuviera el diario de mi abuela. Suspiro, ahora nisiquiera aparece en mis sueños, ¿Será posible que ya haya reencarnado como dice? 
El día está luminoso, luego de hablar con Die para que me acompañe a la otra casa, me senté en una silla a observarlo trabajar en su jardín, planta algunas rosas y matorrales que no sé para qué son, explico que algunos tienen poderes curativos y otros simplemente son de adorno. Mi abuela parece haberle enseñado muchas cosas, desde hacer pociones, a como controlar los dones al momento de usarlo, que envidia, el pasó mucho más tiempo con ella, yo realmente quisiera haber sido yo.

Mi amigo se vistió adecuado para visitar a alguien según él, según sus propias palabras y cito: "Tengo años que no veo a Miuriel, debo verme presentable" ¿Cómo pueden no verse desde hace tanto si viven con un lago de por medio?

Me ayuda a subir al bote, mi corazón martillea en mi pecho y mis manos empiezan a temblar, no soy persona de ponerme nerviosa al visitar a alguien, pero está señora fue, básicamente la que nos ayudó a cruzar a otra dimensión sin nuestro consentimiento, es difícil no recordar cómo no nos explicó nada y como nunca le dijo a Noah lo que era.

Suspiro en frente de su puerta y golpeó mis nudillos en ella. Una voz masculina habla amortiguadamente desde dentro.
Él que abre la puerta es Nick. No puedo con mi alegría y me lanzó a sus brazos, él me recibe con mucha alegría y me da vueltas en el aire, escucho que suspira y solloza un poco.

—¡¿Eres tú?! ¿Eres realmente tu? Oh, Zoey, te buscamos muchísimo y pensamos... Que te habíamos perdido. —sorbe por la nariz y me abraza otra vez.

Puedo sentir el alivio en su cuerpo, puedo sentir como un peso y una tristeza lo abandona, no pensé que podría importarle de esa manera, pero igualmente, yo lo extrañe.

—¿Qué haces aquí en la tierra? —Levanta su mirada y frunce su ceño—. ¿Quién es él?

—Es una historia muy larga, que prefiero contarles a ti y a tu abuela cuando se pueda, ¿Esta ella por algún lado?

La casa se ve diferente, más sola, más tranquila y menos familiar que la última vez. Lo veo bajar la mirada y afligirse un poco, temo lo que esta a punto de decir.

—Mi abuela falleció, hace unas semanas no está con nosotros. Por eso estoy aquí, ella me pidió que me quedara hasta que llegaras, me pareció absurdo cuando lo dijo, pero ahora...




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