Nadie durmió la noche anterior, Noah no me quiere ni dejar ir al baño sola y Domenica está muy callada, todos estamos asustados, hasta los guardias que están armados tienen miedo. ¿Quién no?
El sol se empieza a asomar por entre las ramas de los árboles, me había trasladado al frente de la casa en cuanto me di cuenta que no podría dormir, me gusta ver el amanecer más que los atardeceres. Ver un amanecer quiere decir que estás iniciando otro día, que tú vida vuelve a comenzar después de que el sol empieza a aparecer.
Muerdo mis mejillas por dentro, no sé cuándo dejaré de tener ansiedad. Lo único que me calma en estos estados es bailar, pero no tengo ánimos para hacerlo tampoco, mi cuerpo se siente cansado y eso me molesta, no sé cuándo volveré a dormir más de dos días seguidos sin ningún inconveniente.
—¿Hace cuánto estás aquí afuera sola?
Salto a la voz de Nick a mis espaldas, parece no haberse dado cuenta de que Noah está sentado unos peldaños más abajo, él parece esconderse para escuchar.
—No... —Me hace señas de que no lo delate—. No tengo mucho tiempo aquí, ¿Qué sucede?
—Nada, volveré a dentro.
En el momento en que me doy la vuelta escucho pasos lejos de mí y Noah sale de su escondite, me observa extraño.
—Él no es mi hermano —susurra.
—¿Qué? ¿Cómo lo sabes?
—En cuanto le diste la espalda, sus ojos se tornaron un poco rojos.
Mi corazón se acelera y me altero un poco.
—Una vez poseído...
Me abraza y susurra en mi cabello palabras tranquilizantes.
Sabiendo lo que sucede con él ¿Por qué no hacemos nada al respecto ahora mismo? No lo veo actuar ni hacer nada al respecto. Me revuelvo y lo miro directamente a los ojos, esos iría púrpuras me traen seguridad.
—¿Por qué no hacemos nada al respecto justo ahora?
—He aprendido que debemos tener una estrategia, no podemos lanzarnos al precipicio sin nada que nos respalde. Hay que examinar y saber que quiere exactamente, quizás hasta nos lleve a las princesas. Ellas son el objetivo.
Los días se han convertido en lo mismo, comer, preocuparse, preocuparse y más preocuparse. Noah casi me convence de dejar que otros se encarguen de buscar a Die y regresar a salvó a Novackwies, que más daría por regresar a casa y abrazar a mi hermana, pero hasta que mi familia no esté completa no volveré a casa.
Así que todos nos preparamos en grupos de tres para salir a pueblo a buscarlo, no tengo ni un solo rastro de dónde puede estar y eso me vuelve loca. Die se convirtió en parte importante de mi vida y... Es un misterio, aún deseo saber ¿Por qué el es tan importante? Empiezo a dudar de la veracidad de que Noah sea el verdadero príncipe, ambos son extraños, mi abuela crió a uno y Miuriel a otro. ¿Por qué si Noah es el príncipe perdido no fue criado por mi abuela en vez de aquella mujer? Hay cosas que no encajan de todo, excepto la edad, pero... Podrían haberle cambiado la edad ¿O no?
Mi cabeza duele mientras bajamos del auto, yo iré con Domenica, Noah y un guardia, así que somos cuatro. Dos guardia irán con Nick, más para vigilarlo que para protegerlo de algo.
Noah está vestido normal, al igual que los guardias, no podíamos levantar sospechas de nadie. Aunque el pueblo está vacío, parece un pueblo fantasma, paseamos por el lugar de comida donde Die se consiguió con aquella mujer. La cual curiosamente apareció mientras paseaba por un pasillo, sus cabellos canos están sujetos en una coleta, lleva puesto una falda y una blusa estampada, me sonríe de oreja a oreja al verme.
—Hola, querida —observa a Noah—. ¿Y mi querido Diebell?
Escucho a Noah aguantar la risa mientras se aleja para que la mujer no lo vea reírse.
—Lo estoy buscando señora, dijo que vendría a comprar comida, pero no ha llegado a casa —miento.
Frunce el ceño y lleva sus arrugadas manos a su boca.
—Oh, la última vez que lo ví fue entrando en el instituto abandonado, crei que ustedes estaban haciendo alguna travesura juntos. —Me guiña un ojo.
Me rio nerviosa mientras Noah se acerca con mala cara al escuchar eso.
—No, no señora. Él es mi mejor amigo.
La mujer se aflige un poco.
—Él estaba tan solo... Pensé que serías su novia, pero está bien. Quizás siga allí donde te digo.
—¿Dónde queda ese lugar del que habla?
—Esta a tres calles de aquí. Lo identificaras, es bastante grande y tiene vandalismo afuera.
Me despido de la mujer y salgo del lugar con Noah, el me abraza, últimamente lo hace mucho, es como si no quisiera que este muy lejos de él. Me acurrucó en sus brazos, su presencia me hace sentir segura.
Domenica termina de pagar lo que estaba comprando y sale del lugar, nos entrega un helado a cada uno, el mío es de chocolate. Es bonito que las personas presten atención a las cosas que te gustan.
Caminamos calle tras calle buscando el lugar que dijo la señora, pero no aparece, según sus indicaciones no debería estar lejos. Recorremos casi todo el pueblo hasta que llegamos a un instituto, es el mismo que dijo la señora. Parece haber sido atacado por artistas callejeros que quisieron dejar su huella.
—Espera aquí —dice Noah.
No parece muy convencido de dejarme afuera con Domenica, pero tampoco quiere que entremos, por lo general los lugares abandonados tienen indigentes... Aunque no he visto a ninguno desde que estamos aquí.
Él entra al edificio abandonado y como de rápido entra, también sale, según parece no está.
—Alli no podría haber nadie, tiene un horrible olor.
—Bueno... Ya no tengo opciones, revisamos cada lugar del pueblo, creo... Creo que hay que volver a casa por hoy. Mañana seguiremos buscando.
En el auto dejo que mi cuerpo se sienta cansado y mi espíritu derrotado. No quiero rendirme, no quiero dejar de buscarlo, sé que está por algún lado. Es... Importante para mí saber que está bien así no me quiera hablar nunca más en su vida.
Llegamos a casa y Nick entra primero que todos, Noah parece decidido a espiarlo, asi que sin decir nada lo persigue con sigilo.