Mentiras

Capitulo 27- Infierno

No sé dónde estoy, mis manos tiemblan por el calor que siento, mis pies descalzos se queman en el piso hirviendo. El lugar donde desperté es de color sepia y todo es de un naranja amarillento, mi corazón se acelera, no estoy sola como creía.

—¿Dónde estoy? —pregunto al demonio que es una sombra, se ve más pequeño y débil.

Sonríe ladinamente hacia mi.

—Ay, eres tan ingenua. Estás en el infierno, tu alma fue corrompida, no haz muerto, pero este es tu limbo.

Observo todo el lugar, ¿Qué hice yo para estar aquí? Es decir ¿No se supone que las personas buenas van al cielo?

—No seas tonta, no estás aquí porque seas mala, tu alma fue manchada por mi culpa.

—¿Por qué estás siendo... Amable?

Pone cara de hastío a pesar de solo ser una sombra.

—No soy amable, te explico tu situación.

Empiezo a caminar un poco, el lugar no cambia absolutamente nada, solo mi cuerpo se siente cada vez más caliente, es como si estuviera preparándome para ser calcinada.

Necesito agua, pero el lugar donde me encuentro no hay nada más que llamas y calor, quiero llorar pero me siento tan seca, tan caliente...

—Me quemo, me quemo, me quemo... —repito mientras camino.

Por alguna razón mi cuerpo se siente más fresco, pero en minutos vuelvo a sentir el calor infernal. Una sombra aparece de la nada e intenta derribarme, así que lucho contra ella, intento matarla, rasgarla, utilizar mi don de alguna manera con ellas, pero este lugar parece no dejarme utilizarlo. Así que la sombra logra someterme. Amiel sonríe de lejos.

—No luches o será peor.

—Pensé que estabas muy débil para atacarme... —me quejo mientras mi espalda, piernas y brazos se sienten en llamas por estar pegadas al suelo.

—Esto no lo hago yo.

—¿Y entonces quien? —gruño.

—Tu misma.

—Es imposible, yo no puedo recrear tus sombras...

—No solo te posei, Mariposita. Ahora tienes parte de mi en ti. —Sonrie ladinamente.

Mi corazón se acelera y las llamas que me queman arden con más intensidad, la sombra opresores parece haberse relajado y me deja levantarme, a lo lejos me parece ver un oasis, corro y entro al agua que me relaja y refresca mi cuerpo. El aire comienza a faltarme minutos después de que estoy en el agua, ¿Si esto es un sueño por qué siento que me estoy ahogando?

Antes de enloquecer por el oasis sentí una compañía diferente, no me sentí tan... Mal. Una luz aparece en el cielo. Se sentiría tan bien que todo esto acabe de una vez, Intento dejarme ir, realmente lo intento pero mi respiración vuelve otra vez y nuevamente caigo en el estúpido lugar en llamas.

Suspiro viendo a mi alrededor, no entiendo que sucede, no entiendo porque Amiel está aquí y no sé siquiera el porque ella me dice que tengo parte de ella... ¿A qué se refiere?

El mundo tiembla por un momento, esto quiere decir que estoy soñando, no estoy en ningún limbo ¿Por qué debería creerle algo a Amiel? Caigo al suelo nuevamente y me quemo de nuevo. Maldita sea este lugar.

Hay momentos que la adversidad te golpea con fuerza, que tu vida se convierte en una mierda y olvidas todo lo bueno que te haya sucedido alguna vez, solo quieres tomarte un tiempo y dejarte caer, llorar, gritar, patalear. A veces solo queremos soltar todo y dejarte vencer, pero entonces recuerdas un rostro, una mirada, una sonrisa, recuerdas la sensación de estar feliz junto a las personas que amas... Y eso es todo lo que necesitas para levantarte.

Me deje caer por un momento, sentí mi pecho rasgarse de la tristeza, sentí la injusticia de mi vida y quise dejarme caer en este infierno y no levantarme, hasta que recordé aquellas manos regordetas que cuando nació me tomo la nariz, que aprendió a caminar a mi lado, a la que enseñe a montar bicicleta y la que suele levantarme temprano para que prepare panqueques, mi mejor amiga y hermana. Cuando recordé todo eso... No tuve más que levantarme aunque me estuviera quemando y enfrentar al demonio que ocupa este lugar conmigo.

Me acerco a ella con brusquedad y tomo su amorfa esencia en mis propias manos y la sostengo justo frente a mi. No tengo la fuerza suficiente para hacerlo, pero ella tampoco tiene la fuerza suficiente para luchar, pese a que pensé que la mataría solo la mandé a este lugar o sea lo que sea que está pasando.

—Ahora vas a hablar y a explicarme dónde estamos, que hacemos aquí y que es eso de la fusión, serás sincera o...

—¿O qué?

—O te mataré, te juro que no sé cómo hacerlo, pero así como encontré la manera de debilitarse, puedo encontrar como asesinarte.

El fuego arde dentro y fuera de mi quemandome. No sé que ve ella en mi rostro, en mi mirada pero puedo observar temor en la suya.

—Solo debes aceptar la obscuridad en ti, no luches contra ella, no luches contra tu infierno. Debes aceptar mi parte de mi en ti para que puedas salir de esto.

—Aceptar mi obscuridad —afirmo.

—Las personas no son seres de luz nada más, hay obscuridad en cada ser, eso que sientes, ese fuego interno que estás exteriorizando, soy yo.

—No quiero esto.

—Deja de sentir que yo soy la mala, acepta mi obscuridad en ti y saldrás de aquí, es lo único que puedo ofrecer.

La dejo caer y caigo yo con ella. Aceptar mi obscuridad ¿Cómo se hace eso? No quiero ser mala, no quiero hacerle daño a mis seres queridos y si eso es lo que sucede cuando salga de aquí, ¿Y si mi parte de obscuridad es más fuerte que la luz? ¿Realmente tengo parte de Amiel en mi o somos todos los que tenemos está obscuridad.

Me acuesto en el suelo ardiente, cierro los ojos y siento. Me quemo, como me empiezo a acostumbrar, pero lo caliente no está siendo tan malo, aceptar eso hace que el suelo deje de quemar, ahora entiendo lo que quiere decir.

A medida que acepto que estar aquí no ha sido tan malo el lugar empieza a ser más habitable. El piso no quema y mi cuerpo empieza a sentirse más... Fresco.

Doy un suspiro, llevo las manos a mis mejilla y noto que estoy llorando, pero realmente no sé cuál es el motivo de mi sentir, yo solo quiero salir de aquí y volver a ver a mi familia, a Noah, a mi hermana...




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