Mentiras

Epilogo

Observo mi reflejo en el espejo, un ojo rojo y otro café, aún no asimiló que seré así, ¿Qué más esconde este extraño ojo? Es una pregunta que no me deja dormir a veces.

Recorro la mirada por el vestido, una gran falda de tul cae desde mi cintura hasta mis pies, encaje cubre mis brazos en unas delicadas mangas, el blanco perla brilla como si tuviera diamantes, pero es solo el color y la tela que hacen los novackwianos. El velo cae a cada lado de mi rostro enmarcandolo en su camino.

—Te ves hermosa.

La voz de Noah me sobresalta, lo sigo viendo por el espejo mientras él se acerca sigilosamente, me toma por la cintura y besa mi cuello.

—Mmm vainilla, sabes que amo ese olor.

—No deberías estar aquí, se supone no debes ver a la novia —Me cruzo de brazos.

—Se supone que no haga muchas cosas que suelo hacer, aún así las hago.

Besa mis labios, me río un poco cuando se aleja y tiene los labios pintados, un sonido en la puerta nos hace brincar.

—¿Tempanito, estás lista?

Le doy un golpe a Noah por colarse en mi habitación mientras me terminó de arreglar, ahora no hay tiempo. Lo escondo en un armario y abro la puerta. Die lleva un traje blanco que hace juego con su cabello, me toma del brazo.

—Vamos es hora.

Espero que Noah sea más rápido que nosotros y llegue antes que yo al altar, porque sino, no solo yo estaré molesta.

Los jardines donde fueron asesinados el rey y la reina serán usados con otro propósito, elegí ese lugar para darle otra carga energética, la muerte lo hacía un lugar pesado, pero ahora con este evento de amor y felicidad espero que cambie algo.

La decoración es violeta, como los ojos de Noah, y hay mariposas falsas por todos lados, por mí. El jardín parece un bosque de hadas, contando también que hay algunas en él, invitamos a la señorita Paula y la profesora de pociones de la academia. El señor Frederick o mejor dicho mi abuelo... Me lo confesó todo luego de que los problemas fueron solucionados, así que si tengo familia en esta dimensión.

Pero Die es el que me lleva del brazo hacia el altar, se lo pedí porque es mi mejor amigo, mi hermano y el chico que me ayudó a escapar de uno de los peores momentos de mi vida.

No sé cómo lo hizo, pero Noah está parado en el altar junto al padre. Antes que yo camine por la gran alfombra violeta, mi hermana pasa dejando pétalos de margaritas por todos lados. Die me guía por la alfombra lentamente al ritmo de la música.

Quisimos mezclar la tradición de la tierra y de Novakwies, aunque estaba en contra de las reglas hablamos con el mismo padre que nos casó en la tierra, y a pesar de que por un momento no nos creyó, al secuestrarlo y arrastrarlo a otra dimensión, no tuvo más opción que casarnos aquí también.

Die se despide de mi con un beso en la mejilla en cuanto llegamos al altar, Noah me observa como yo observo a las galletas, mientras me sonríe.

—Queridos hermanos, estamos aquí reunidos en esta... ¿Dimensión? —Todos nos reimos—. Para presenciar la hermosa boda de estos dos jóvenes.

—¿Podemos hacerlo rápido como la otra vez? —interrumpe Noah.

El padre rueda los ojos por todos los cambios que se han hecho en esta ceremonía.

—Dirán sus votos matrimoniales y se entregarán los anillos. —Noah le susurra al padre—. Ah, y se tatuaran el símbolo de su alianza.

Las bodas de Novakwies son más sencillas, solo se tatúan un símbolo único que representará la unión con su pareja, una unión que será toda la vida.

—Yo, Zoey Totesaut, acepto a Noah en matrimonio, para amarlo y respetarlo, ayudarlo a destruir a todos nuestros obstáculos, romper miles de reglas, destruir parte del palacio... Hasta que la muerte nos separe.

Noah se ríe a carcajadas de mi añadidura y recordando los votos anteriores.

—Yo, Noah Hallowek, te acepto a ti, Zoey Totesaut, para amarte y respetarte, en la salud y enfermedad, cuando caigas en ilusiones de un demonio, buscarte en hoyos profundos, y... Estoy dispuesto a quemar el mundo entero si es necesario. Hasta que la muerte nos separe.

—Bien, por el poder que me confiere la iglesia y las leyes de esta absurda dimensión, puede besar a la novia.

Noah me inclina y besa suavemente. El padre es retirado y un elfo antiguo de los sobrevivientes, toma el mando, dice palabras extrañas mientras prepara una daga con tinta, son tatuajes rudimentarios, de un símbolo que ninguno de los dos jamás ha visto en su vida.

El chamán hace que estiramos la mano izquierda y en nuestra palma dibuja la marca de nuestro matrimonio. Duele, es un corte, así que es normal, pero la tinta hace que pique.

Noah arruga su rostro mientras la daga perfora su piel. En cuanto las dos manos están listas, la unimos y algo mágico pasa, una luz brilla entre ellas.

—Sit semper amare in cordibus vestris —dice el chamán.

Seguimos la ceremonia como una boda normal, la recepción será en el salón del palacio, eso es lo bueno de que tú mejor amigo sea un príncipe.

Me siento eufórica mi vida no podría ser mejor, un esposo, mi hermana de sangre y mis hermanas de otra madre. Suspiro, mi madre, no volví a saber nada de ella, nos mató, y ella ahora está muerta para mí.

—¡Listas chicas! —Grito—. Uno, dos...

Lanzo el ramo hacia atrás y me giro, Arauzy atrapó el ramo y salió corriendo a mostrarle a Die, este la abraza y deposita un beso en sus labios, hacen linda pareja, aunque se les ha hecho difícil conocerse en las condiciones de príncipe.

El primer baile de la pareja llega y Noah me toma por la cintura atrayendome hacía él. Bailamos lentamente hasta que sus labios tocan mi oreja.

—¿Podemos adelantar la noche de bodas?

Me río negando con la cabeza a las ocurrencias de Noah, poso mis manos en su cuello.

—Es una propuesta muy  tentadora, ¿Qué dices después del pastel?

—Me parece perfecto, como tú.

Me da un giro y la canción termina, es un magnífico bailarín y es la mejor pareja de baile que tendré en la vida.




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