Había una vez un niño que diariamente esperaba encontrar la primera estrella de la noche para pedir un deseo.
Un día alguien le pregunto por qué lo hacía.
Y el niño respondió: -Cuando uno deja de desear algo, la vida pierde sentido.
-¿Y tu deseo se cumple? –Pregunto esa persona.
-Casi siempre. –Respondió el niño.
-¿Qué es lo que deseas cada noche?
-Que la gente nunca deje de desear.
EL PALADÍN