¡Aquí está el capítulo doble en esta semana! Qué lo disfruten. :)
°LEJOS DE CASA°
Ojos hinchados, dolor de cabeza, ademas de las ganas de vomitar; pues esos eran signos de una noche llorando sin parar. Sería maravilloso que los problemas se resolvieran de esta forma, pero eso sólo ocurría en la imaginación de Jasmine.
El día anterior se mantuvo encerrada en su pequeña habitación, mientras Thara había terminado por guardar los vestidos de Estela para el viaje, en la mañana muy temprano todos se levantaron y se fueron para la estación de trenes, tendiendo de por medio un horrible viaje en carruaje, que pareciendo irónico, lady Estela la había elegido a ella como su doncella en ese día, lo que provocó que Jasmine se quedará con la mirada sobre ella de Harvey. en ese instante un hombre les guiaba a su cabina en el tren que iban a utilizar.
—Oh, querido, presiento que este viaje durará por un largo tiempo— Decía Estela emocionada, sentándose en uno de los asientos acolchonados, que estaban frente a frente, con la ventana hacia el exterior de por medio.
Jasmine esquivo todo el tiempo a Harvey y sus ojos, manteniendo su mirada en el suelo, ubicándose alado de la mujer que la condenó y estando frente al hombre que la había arrastrado hasta este viaje. Los minutos pasaban, sin decir una palabra ninguno de los presentes, hasta que el día se fue oscureciendo llegando a la tarde y Harvey no perdía cuando quería hablar con la muchacha frente a él. Sabía que ella lo odiaba y no se podía justificar cuando todo lo que hizo cuando la ayudó sólo fue perjudicarla más, encerrada en una nueva jaula, que no era la más cómoda como para ser de oro, tampoco tan pobre como para ser metal, sino la situación de Liliana la veía como si la hubiera metido en una jaula de plata.
Jasmine sentía sus ojos arder por tanto llorar el día de ayer y se esforzaba no dormir cuando estaba junto con las dos personas que odiaba, su cansancio era más que su esfuerzo así que en un breve momento cerró los ojos, pero al siguiente minuto sintió como la cabeza de lady Estela se apoyaba en su hombro, sin intenciones malas, sino con el mismo deseo de ella. Quedándose dormida, pero para Jasmine sentir a la mujer era incomodo, como si su cercanía a esa mujer quemara. Recordó que ahora ella ahora era su lady, que por mas ganas que tuviera de alejarla, no hizo nada.
—Si desea, puede descansar también, mi tía tiene el sueño pesado—Le recomendó Harvey, tomando la oportunidad de entablar una conversación, teniendo la seguridad que nadie los escucharía si era lo que le preocupaba a Liliana.
Jasmine le dio una mirada fulminante que expreso todo lo que sentía,— No, esta bien milord.
Aunque no quiera admitir, a Harvey le molestaba que alguien le llevaba de contra cuando estaba intentando ser amable. Quería tener todo bajo control y que Liliana siempre le tratara mal, fue como perder el capricho de perder la sumisión que siempre le rendían a el.
—¿Eres muy rencorosa, verdad?
—No le falte el respeto o algo que lastimara su orgullo, milord ¿Le molesta tanto que alguien le niegue algo?— Jasmine alzo los ojos, desafiando.
Harvey intento fingir que nada paso y dio una sonrisa retorcida para disfrazar que Liliana había dado un golpe a su ego.
—¡Vaya!—Exclamo en tono sarcástico— Parece mas valiente, al principio parecía una hormiga muerta de miedo, pero veo que ya estas mostrando tu verdadera personalidad ¿Trabajar creo que te pone de mal humor, verdad?
Jasmine no pudo responder ya que un sirviente vino a preguntar si querían que se les sirviera te, mostrando su carrito con bordes dorados. Definitivamente esta parte del tren era demasiado lujoso para ser atendidos con muchos privilegios. Le recordaba la sala del hospital donde había huido.
—Si, deme una taza a mi y uno a la señorita— Ordeno Harvey y el sirviente acato rápido su mandato, dándoles lo que pedían, cuando le quiso entregar la taza a Jasmine esta quiso negarse de una forma respetable pero no pudo cuando Harvey le desafiaba de no ser una incompetente o una forma mas de traducir. Quería hacerle dar cuenta a quien servia.
Cuando de nuevo quedaron en privacidad, Harvey tomo la cucharita a un lado de la taza y viendo como Liliana estaba molesta, hizo caer apropósito el utensilio.
—Ups—Expreso sin dejar su lado sarcástico, llamando la atención a Liliana— Seria tan amable de recogerlo, por favor.
Jasmine resoplo, pero acomodo a Estela en el asiento, se puso de cuclillas, dejando a un lado su taza de te, pero en el momento de levantarse, Harvey se encorvo para acercarse a ella y la miro.
—Sepa usted que es a mi a quien sirve y usted trabaja para mi, no se olvide de eso, acate mis ordenes cuando se lo pida ¿si?
Jasmine frunció el ceño, sintiéndose humillada. Se puso de pie y lo miro queriendo decir mil palabras en su contra, pero solo llego a musitar.
—Lo que usted es para mi es un canalla.
Se apuro a salir de ese pequeño lugar, haciendo desparramar su te en el suelo de paso. Aunque sabia que nada cambiaría esas palabras, la hacia sentir insignificante. Tal como se lo había demostrado su madre desde un principio, solo quería olvidar y empezar de cero, pero teniendo a ese hombre molestándola era algo difícil dejar atrás. Fue hasta llegar a un lugar desolado, donde ya no había nadie, que parecía una sala lujosa y se encontró ella misma sabiendo que se trataba de un vagón privado, algo que solo conseguía las personas mas ricas de la aristocracia.
Y por primera vez se pregunto: ¿Para que clase de personas trabaja para ser tan adinerados?
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Al día siguiente llegaron a Rusia, el frió que hacia afuera era alarmante para ella que no había pisado otro país que no fuera Alemania. La estación estaba sin ninguna persona, al parecer su suposición fue concertante cuando supo que en verdad era un vagón privado, solo para el uso de quienes mas odiaba.