Mentiras En Tus Verdades

*Capítulo Veintiocho.

°TESTIGOS°
 


Apostaba que las sensaciones no se olvidaban, pero se puede confundir como un sueño si parecían mágicas. Por que el amor parece tan irreal que sólo parecieran que están en los libros, pero el amor está en el aire, todos lo quieren tener, pero pocos tienen la clave, en la vida real, es difícil de encontrar a alguien que también te miré con amor infinito.

Y yo pensé que nunca lo iba a encontrar...

El sol de Paris entraba por mi ventana, iluminado todo el castillo Cheverny igual. Sentía la comodidad como nunca antes, abrí mis ojos acostumbrado a mi vista de la luz, cuando quise estirar mis brazos sentí el calor de alguien más. Me sorprendí un poco al principio, pero la respiración de Harvey en mi cuello, me recordó lo de anoche, con un brazo sobre mi cintura y agarrando mi mano en la posición, me hizo estar entre las nuves. Harvey estaba encima de las sabanas y yo abajo de ellos, parecía que le había dado frío por la noche donde le permití quedarse y me abrazo por la espalda.

Me di la vuelta entre sus brazos y quedé de frente, donde pude contemplar sus pómulos firmes, ese cabello castaño rubio cubriendo un poco su frente, sus pestañas ocultando esos ojos verdes azulados que me encantaban... y por último sus labios, entreabiertos dando paso a su respiración, los recuerdos de los besos que nos dimos anoche me hicieron sonrojar y dar una sonrisa tonta por eso. En verdad, siempre estaba al tanto de que era lindo y me sorprendió saber que no había nadie en su vida cuando lo conocí, sé que al principio nos llevábamos mal, pero con el paso de los meses lo llegue a conocer y me encantaron su forma de ser. Aveces las caras no es todo lo que tienes que llegar a conocer ¿Cierto? Sólo que nunca pensé al principio que Harvey me hubiera llegado a gustar, si me lo hubieran dicho antes te prometía que me reía sin pudor, pero ahora la situación era diferente.

Pase unos segundos más mis dedos por sus mejillas, no pudiendo evitar ver sus labios muchas veces más.

Deseaba probarlos otra vez...

—Aceptalo—De pronto habló él, aún con los ojos cerrados, oírlo me hizo dar un pequeño salto en mi lugar.

Rápidamente atraje mis manos, sin saber porqué me puse nerviosa al haber sido atrapada tocandolo.

—¿De qué hablas?—Me quise alejar, pero sus brazos a mi alrededor me acercaron más a él.

—Acepta que te gustaba y te gustó yo—abrio los ojos y dio una sonrisa de lado, todavía medio somnoliento.

—Eso no es verdad—Baje los ojos, sintiendo a mis mejillas calientes.—Tú fuiste quien vino anoche a mi cuarto ¿Lo recuerdas? Eso explica quien gastaba de quién.

—Pero no pusiste aposicion anoche, eso es otra cosa.

—Lo mío fue un acto de solidaridad, rechazarte y verte llorar no debe ser bueno—Mentí, no diciendo que también lo que en verdad deseaba.

Harvey aún estaba con su ropa de ayer, por lo tanto estaba muy desarreglado, me entretuve por un momento abotonando su camisa, mientras él se reía de mi comentario.

—En verdad, lo que hice fue un acto de justicia—Prosiguió.—Te robé un beso porque tú llevabas meses robandome el sueño.

Arrugue mis cejas divertida, alzando mi cabeza para verlo a los ojos. ¿Acaso aún podía tocar el cielo cuando me decía esas palabras? Creía que si, por qué me sentía flotar.

—¿Siempre eres así de cursi?—Le pregunté, dando una risita.—Al principio creí que solo eres un gruñón, pero ahora eres un gruñón romántico.

—Y tú tan torpe que no pude dejar de verte después, me enamoré de esa torpe bufón—me hizo cosquillas a mi costado.—¿Acaso lo tenías planeado?

—No, en este juego creo que perdimos los dos, entregamos el control a la suerte del destino...

—No lo pude controlar cuando se trató de ti, Jasmine—Me respondió, poniéndome en un movimiento abajo de él.—Y eso es tu culpa.

Apoyo sus brazos en ambos lados de mi cabeza, sus piernas entre las mías, lo único que separaba nuestros cuerpos eran las sabanas, detalle que hizo sentir cosquillas en mi barriga.

—¿Mía?—puse mis manos en sus hombros y enrede mis dedos en su cabello.—Creo que se equivoca, mi lord, no puedes controlar de quién te enamoras... y yo tampoco.

Le robé un fugaz beso levantando mi cabeza a la altura de sus labios y después caí en la almohada de nuevo. Logre mi propósito de sorprenderle por qué después el me sorprendió a mi cuando corto la poca distancia que nos separaba entre nosotros otra vez, abrace su cuello y el beso fue mucho mejor que el de ayer. Por un segundo el mundo desapareció, sólo éramos dos personas, pero después la fantasía cayó cuando toques a la puerta se oyeron.

—¡Jasmine! Sé que es muy temprano ¿Estás despierta?—Evan tocó la puerta.

Por instinto me detuve y aleje a Harvey de mi, él suelta un gruñido y acto siguiente él me tapa la boca cuando estuve a punto de responder al llamado de Evan.

—Pensará que duermes y se irá—Me susurró el hombre encima.

Me quedé quieta, divertida. La puerta sonó una vez más, pero no le abriría a Evan, no porque estaba enojada por lo de ayer, sino sería un «Gran desastre» si él encontraba a Harvey conmigo, no habría un final feliz. Pensándolo bien. Quería evitar el problema que habría. Conocía a Evan lo suficiente y recordaba con certeza cuando mi amigo me hablaba cuando éramos niños sobre este tema...

«Juró por San Pedro que el próximo hombre que quiera ser tú prometido; tendrá que pasar por una buena lección de golpes de mi parte ¿Escuchaste? Si aún está consciente después de eso, es tuyo»

Reí pareciendo también poder oír su voz en ese recuerdo. Hicieron perderme por un momento en mis pensamientos, pero los golpes que Evan seguía dando a la puerta me volvió a llamar a la realidad. Harvey tenía un expresión un poco enojada y suponía bien que estaba celoso.

—Jasmine, despierta, Kerstin tiene la intención de irse hoy y me mandó a llamarte—Dijo Evan a través de la puerta.




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