°TÚ SECRETO°
Camine en círculos agarrandome la cabeza, repitiendo muchas veces «No paso nada, no pasó nada» ¿Pero a quién quería engañar? Estaba aproximadamente quince minutos con el corazón en la mano, viendo tantas veces posibles la puerta si aparecía Harvey a decirme las peores insultos que habría. Pero no, no pasó nada y eso me causaba una ansiedad inestable.
—¡Jasmine! ¿Estás aquí?—De rpronto por la puerta se asomó la cabeza de Lucía quien al encontrarme en medio de la sala entró.—Por fin te encuentro.
Baje la mirada, estaba avergonzada, no le trate bien antes y ahora ella me tenía en sus manos, a no ser que ya estuviera muerta para alguien más. Abría y cerraba la boca, raramente sentí la garganta seca, no podía decir nada.
—¿Estás bien?—preguntó, preocupada genuinamente, algo que me asustó más.—Estas pálida y un poco alterada.
Me senté en un pequeño sofá que había y agarre mi rostro, empezando a llorar otra vez.
—Se lo vas a d-decir ¿Verdad? ¿O ya se lo dijiste?—Pregunté apenas.
—¿De qué hablas? ¿Qué vi?—No entendió lo que quería decir.
Levanté la cabeza y paré por un segundo mi llanto, lo miré queriendo encontrar en Lucía un dejé de broma, pero parecía real que estaba preocupada.
—Lo que pasó en el jardín, me viste ahí—Intente darle iniciativa, pero arrugo las cejas aún más.
—¿De qué hablas? Sólo te vi discutir con Evan, antes que yo estaba Santiago, él me detuvo cuando quería llegar directo a ti, pero dijo que estabas discutiendo con el Duque de Sheffield, tu antiguo mejor amigo—Dijo mientras se sentaba a mi lado.—Yo me sorprendí de que lo conocías, el Duque es muy importante y conocido en Alemania como el libertino más codiciado.
Limpie mis mejillas y le hable más calmada:—¿Quieres decir que no viste nada antes de eso?
—Bueno, no llegue antes ¿Paso algo?
En parte me aliviaba que no sabía nada, ella no sería un problema después de todo, pero por otro lado me daba a entender que Santiago si era una amenaza que lo había visto todo. Tenía un testigo y sólo esperaba que no le haya dicho nada a Harvey.
—No—respondi su anterior pregunta.—Además ¿Por qué me buscabas?
Ella pareció recordar y olvidar el motivo de por qué lloraba,—Lord Greyhound me mandó a llamarte, dijo que el viaje se había adelantado y te iba a esperar en la entrada del castillo...
—¿Pasa algo aquí?—De pronto entró Harvey, por la puerta que Lucía había dejado abierta.
Mi cuerpo se puso tenso, estaba sentada dándole la espalda al hombre que era mi prometido. Me recorrió un escalofrío por todo mi ser y el tiempo se paró por un segundo, trague saliva y intente limpiar mi rostro de lágrimas. ¿Vendrá a enfrentarme? Si era así, tenía que preparame, aunque ahora no encontraba el valor que necesitaba si lo fuera.
—Oh, mi lord, de hecho no se lo que pasó con ella—Se levantó Lucía.—No lo sé, la encontré así.
Escuché los pasos de Harvey acercarse y en otro momento el estaba de cuclillas ante mi, mirándome con preocupación.
—Jasmine ¿Paso algo? ¿Por qué has llorado?—me preguntó angustiado, acariciando mi mejilla, pero me quedé muda.—¿Qué te pasa mi cielo?
Por mis ojos derrame dos gruesas lágrimas que él limpió después con sus pulgares en mi cara. Dentro de mi había un desastre de sensaciones, pero él demostraba que Santiago no le había dicho nada aún y no sabía si eso era bueno o malo, por qué me sentía la peor persona que lo traicionó mientras Harvey estaba aquí, frente a mi, preocupado.
—Veo que ya la encontraste—Me dio miedo cuando Santiago apareció de pronto, me giré rápidamente a verlo.—¿Está bien, lady Herrera?
Se acercó, con ese porte de altivez que siempre tiene, sólo que está vez tenía un arma en contra de mi con lo que sabía.
—Y-yo... yo—Senti pánico.— Harvey... sacame de aquí.
Musite, pero dudaba que Harvey me haya escuchado, me volteé a verlo con súplica en mis ojos y sin respuesta tome de su mano y me puse de pie junto con él. Baje la mirada bajo la atenta mirada de Santiago cuando pase por su lado. Al salir de ese intenso ambiente seguí caminando con mis pensamientos a flote sin darme cuanta que había empezado a caminar sola, dejando a Harvey sin tomarlo en consideración cuando solté su mano. Pero mi mente divagaba en el temor de perderlo...
—Jasmine, Jasmine—El llamado de Harvey me hizo volver a mis sentidos.—¿A dónde vas?
Paré mis pasos y me giré a verlo,—Es que todavía... Me falta guardar vestidos.
Quise seguir mi camino pero él sujeto mi brazo.
—Olvida eso... si quieres dejalos y yo te compraré otros, pero ahora ¿Qué es lo que te sucede? Entiendo que estas triste por Kerstin, pero me tienes a mí—Si supiera que no me despedí de ella e hice algo peor—Parece que quieres huir de mí,—No de ti, Santiago es de quién escapó.—¿Te enoja quedarte conmigo?
Mi corazón se apretó más al ver que le hice sentir culpable cuando no lo es, era todo lo contrario, quería alejarlo de su hermano para así Santiago no logrará contarle nada y él no me dejara. Quería ganar tiempo alejando su objetivo y encontrar el momento para explicarle lo que realmente pasó. Pero toda esa explicación aún no quería dárselo a Harvey, quería el apoyo de Santiago a la hora de contarle, así mi confesión no perdiera validez y no pareciera falsa, por qué suponía que si yo le contaba mi versión Santiago le haría cambiar de parecer si estaba de mi contra, él era su hermano, yo sólo una chica con quien recién se comprometió realmente.
—No es eso.
—Entonces, quieres escapar y no sé si eso es bueno, eres la primera persona que quiero y no sé de que forma debo conportarme ante el rechazo.
—Al igual que tú, para mi también eres el primero, pero tengo miedo...
—¿A qué? ¿A la sociedad? ¿A las reglas?... ¿Acaso empiezas a dudar sobre nuestro compromiso?
Lo miré a los ojos y le dije:—No, claro que no, te quiero y sé que estoy empezando a amarte, pase lo que pase no dudes de ello, aún con todo lo que digan los demás de nosotros, no dudes de mi, por favor ¿Okay?...