Mentiras En Tus Verdades

*Capítulo Treinta y Cinco.

°LOS ENCONTRÉ°

 

La verdad esperaba mi final feliz o uno donde ya mi vida se fuera al cielo, pero al fin de cuentas sería un final, una donde ya acabaría todo.

¿Y por qué?

Antes era un alivio despertar en una cama, por qué eso significaba que estaba sana y salva, pero eso se volvió algo tabú, los recuerdos se aglomeraban en mi mente por que cada una de las situaciones decía que la maldad acechaba aún cuando eso pasaba, pero ahora era una señal de que había comenzado de nuevo, pero está vez era algo diferente.

Nadie sabía lo que paso.

Me desperté y lo primero a quien vi fue a Harvey, le conté todo, un poco asustada, pero él me había contado que sólo había pasado una hora después de encontrarme afuera de mi habitación, inconciente, pero nadie estaba ahí. Él se dio cuenta mientras atendía a su hermano mayor, me vio a lo lejos tirada, pero nada más.

Pero lo que yo sentí era diferente.

Cuando yo después de sentir un golpe desde atrás en la nuca, caí por la contusion y mis manos sintieron los zapatos de alguien ahí cuando llegue al suelo, estaba casi segura de eso. O eso es lo que trataba de que Harvey entendiera ahora, él insistía que el golpe no fue nada grave. Estaba un poco alterada, por lo que Lucía me dio un té tranquilizante, pasó la noche, Harvey me hizo descansar asegurando que ahora estaba un poco asustada, pero aseguró que se había quedado a mi lado toda la noche. Al día siguiente el se aseo y volvió a mi habitación, en cuanto yo también ya estaba presentable y me podía levantar, me puse un vestido con mangas, era invierno y la chimenea estaba prendida y otra vez tenía a Harvey media hora intentando explicarle otra vez.

No sabía que decir, mientras estaba parada frente a él, en la pequeña sala de mi cuarto se desataba esta conversación.

—Harvey, te lo digo en serio, por favor—Le pedía insistente.—Fue alguien, sentí sus zapatos al caer.

—Jasmine, estabas sola, no había nadie, a pocos metros estaba yo ¿Quién te haría daño estando yo casi cerca?—Me habló con paciencia, al no recibir respuesta, hizo sentarme a su lado en el sillón que había.

—Pero...

—Cariño, confía en mi, tal vez te equivocaste por la impresión del golpe que te diste contra la mesa cerca de ti—Me intento tranquilizar—Además el borde de tu vestido estaba un poco roto, quizá te tropezaste con ello mientras ibas detrás de mi.

Nadie vio nada, pero yo sentí a alguien.

Hablar de esto con Harvey no iba a funcionar y hasta me hizo dudar de si realmente yo decía la verdad, era probable que él tenía razón. Tire en aire de mis pulmones una vez más. Decidí dejar ya esto de lado, no iba a dar ninguna salida.

—Está bien—Dije rendida, levantandome de mi lugar.

—Vamos mi amor, cambia esa expresión—Me siguió, dándome un abrazo por la espalda.—¿Aún te duele?

Se refirió a mi chichón en mi nuca, yo negué con la cabeza, sabiendo que tenía que aplacar el ambiente. Pero algo más me removió el interior.

—Y Harvey, lo que te contaba antes de esto...

—¿Humm?

—Sobre... lo de mis padres, ya sabes, aún me queda contarte algo, quisiera decírtelo ahora, ya que quiero que entiendas el por qué de...—Entre en crisis de nuevo, pero era algo con lo que ya quería terminar.

—Jas, prefiero que hagas descansar tu cabeza ahora y no pienses demás, sé que ese tema es importante para ti, pero hora me preocupa que no te presiones, hablemos de eso mañana, yo también quiero escucharte, pero mañana te sentirás mejor ¿Está bien?—Me dio un beso en el cuello, algo que no me hizo negar su petición al sentirme entendida y cuidada.

—Me dejas más tranquila, creí que realmente querías saber—Apreté sus brazos alrededor de mi. Nos quedamos así por unos segundos más.

—Bien ¿vamos a comer?—Asenti a su pregunta, me deje llevar por él cuando jaló de mi mano—.Mi hermano dejo varios pendientes, por lo que tendré que dejarte por la tarde.

—Está bien, no te preocupes, entiendo—Le regalé una sonrisa, por lo que él me dio un beso corto en los labios.

En el camino me contó que no me preocupe por su hermano mayor, era seguro que hoy iba descansar por la resaca, así que él tenía que ocuparse de las tareas de Nikolay por este día y yo podía pasear por el castillo. Eso me alivio en parte por qué a mi parecer su hermano me parecía intimidante.

Llegamos al comedor y ahí sólo se encontraban Lucía y Santiago, estaban hablando de algo que no llegue a escuchar, pero pararon al vernos llegar.

—Buenos días ¿Jasmine te encuentras bien?—Nos saludó Lucía.

—Si, me duele un poco, pero ya se me pasará—Le conteste amable, mientras Harvey me recorría la silla para sentarme—.¿Tú dormiste bien?

—Si, por el cansancio caí rendida...

—Quisiera pedirles a ustedes que por este día no la molesten, por favor—Pidió Harvey tomando asiento.

—Sólo fue un golpe, no exageres—Comentó Thiago, intentando ser gracioso, pero no tenía nada de gracia—.Que amargado resultaste, hermanito.

—Deja de decirme de esa forma...—Decía Harvey, pero Albert entró de pronto al comedor.

—Perdónenme la molestia sus Majestades, tengan buen provecho—Hizo una reverencia—.Joven Príncipe Greyhound, se pide su presencia ante el consejero real.

—¿Ya tiene tiempo?—Se levantó Harvey.

—Si, acaba de llegar—Le respondió con una sonrisa, al parecer era una buena notícia.

—Bien, estaré pronto con él—Indicó, luego me dio un beso en la frente a mi como despedida, pero fue algo que me puso nerviosa al ser vista por los empleados ahí—.No te preocupes, ellos son de confianza.

Asenti tímida, al notar la pequeña sonrisa que dieron las doncellas y mayordomos en el comedor, me sonroje.

—¿Tienes más trabajo?—Pregunté antes que se vaya.

—No, solo que el consejero es un gran amigo y quiero contarle sobre lo que planeó hacer a él primero, te veré en el almuerzo—Dijo susurrando en mi oído, después le siguió el paso a Albert a la salida.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.