°SOLO SÉ FUERTE UN POCO MÁS°
—¡Dos pasos a al izquierda!—De nuevo grito la institutriz madam McLaren.
Estaba practicando mi danza y los bailes que se iba a dar está noche, en la bienvenida del rey, estaba nerviosa, eso hacia equivocarme constantemente en contar los pasos y pizarle al mozo, que tímidamente me ayudaba. Él bailaba mejor que yo, pero no decía nada al estar con la mirada inspectora de madam McLaren.
—Señorita Herrera, no es por agobiarle, pero este es el baile que darán primero los príncipes y sus parejas para el rey—Se acercó, me dio unas cuantas instrucciones más y continuamos.—Hágalo mejor por favor.
Los músicos volvían desde cero y yo también. Apreté la mano del mozo, me esforce en no bajar la mirada y ver mis pies para guiarme mejor, pero era difícil tener la postura recta. Esta pieza era la más larga y iba por la mitad sin equivocarme. Eso era un milagro.
Seguí contando en mi cabeza, me concentre lo más que pude hasta por fin tocaron la nota final y daba una reverencia alzando los costados de mi vestido.
—¡Lo hizo bien mi lady!—Aplaudieron todos los presentes ahí.
Solté un suspiro al ver a todas las caras de los empleados, la verdad se comportaban amablemente conmigo todo el tiempo, pensé que así era por qué ya sabían que era la comprometida de su querido Harvey.
—Bien, tomaremos un descanso señorita, para que pueda merendar—Me concedió madam.
—Gracias, iré a refresacarme un rato a mi habitación.
Ella asintió y yo me fui a salir. Mi estómago gruñia de hambre, me toque el abdomen, la verdad me sentía un poco ya rellenita por comer tanto en estos dias, pero lo dejé de lado al sentir la necesidad de lavarme la cara por el calor que me hacia.
El Palacio era grande, tenía que pasar por la gran sala que tenía vista al jardín primero y salir por otra puerta para llegar a mi habitación. Pero justo cuando pasaba por ahí me encontré a Thiago pasado también. Lo había estado evitando todo el día mientras pasaba más lecciones de etiqueta con Madame McLaren. Quería pasar de largo, en ese espacio no había nadie más que los dos y por ese tiempo odie el ruido de mis tacones contra el mármol por qué llamaron su atención.
—Jasmine—Grito mi nombre.
Yo seguí como si no lo escuchara, ya abrían las puertas para salir al otro pasillo, pero él vino a mi y se apoyo en ellas, cerrandolas de golpe.
—Esto es importante...
—No me interesa—Quise quitarlo de encima de las puertas, pero fue imposible.
Me agarró del brazo y me jaló lejos de las puertas. Lo miré mal, pero sabía que él no se rendiria, así que este momento llegaría tarde o temprano, lo dejé ser.
—Bien, te perdono por lo de ayer, pero déjame ir ahora—Dije hablando entre dientes, pero eso no sirvió para hacerlo ceder.
—Tu madre está aquí.
Saber eso me enfureció más, así que hice una maniobra más fuerte para hacerle que me soltara. Ya no iba a llorar más, por una vez en mi vida iba actuar tan fría que no sintiera nada por ella.
—A lo mejor vino por dinero o para fastidiarme más la vida ¡Pero no quiero verla! Dile que se vaya por donde vino, que aquí no encontrará a ninguna hija suya—Camine hacía la salida.
—No es eso, esta esperandote desde esta mañana y tiene algo por decir que no se lo dirá a nadie más que a ti—Se interpuso una vez más.
—Seguro que sólo dirá una mentira más, nada importante.
—Le conté sobre que alguien está detrás de ti y ella me dijo que sabe quién es.
—¡Dije que no!—Di un paso a la izquierda.
—Si no lo haces, le diré a Harvey sobre Evan—Me chantajeo.
Me giré para ver si lo decía de verdad y él tenía una mirada más que desafiante. Pero yo no me rebaje a tenerle miedo otra vez.
—Yo se lo diré, no hará falta que abras la boca.
—¿Y qué harás para que él comprenda? Si tienes mi apoyo será más fácil...
—¡No necesito de ti! Yo se qué él entenderá...
—¿Y cómo se lo dirás? «Oh, Harvey, me olvide decirte que deje que Evan me besara» o tal vez «No hice nada cuando Evan me beso a la fuerza»...
—Yo...—Me vi interrumpida por la peor persona ahora.
Harvey iba entrando y su expresión en su cara me decía que había escuchado lo suficiente. El tiempo pareció que se congeló por un segundo, pero volvió cuando Harvey en tres zancadas alcanzó a Thiago y le dio un golpe en el rostro.
—No amenaces a mi prometida con mentiras, Thiago—Dijo Harvey entre dientes.
Su hermano se levantó del suelo en donde estaba y le respondió de igual manera.
—¡No es una mentira, maldito imbécil!
Entonces ahí empezó una pelea que no llego a ser para mucho en cuanto Thiago calló de nuevo al piso y yo me puse delante de él, evitando que Harvey alzará su puño otra vez. Dar esos pasos se necesito toda la fuerza de voluntad, después de todo ya no había vuelta atrás para negarlo.
—¡Quitate, Jasmine! No protejas a ese idiota...
—Harvey, tranquilizate, por favor—Empecé a rogar, agarrando su puño y haciendolo bajar.
—¿Por qué?—Preguntó enojado.
Decir las siguientes palabras que salieron de mi boca me costó decirlas... por que sabía que lo perdería todo.