Mentiras En Tus Verdades

Capítulo Cuarenta y Dos.

Seguro se preguntarán donde estoy o si ya fui a dar los buenos días a San Pedro en el cielo, pero no. Esa noche iba a ser crucial para saber de una vez por todas la verdad y estar con vida era esencial. Como siempre mi curiosidad y torpeza me llevaban a lugares imprevistos y ante personas menos pensadas. No sabía con exactitud si la suerte me favorecía, por qué al igual que me presento personas que me ayudaron, también personas con malas intenciones. Sólo esperaba que este fuera la línea final de mi tortuosa aventura.

Volviendo a aquella noche...

Ahí estaba yo, en esa calle desierta, con las tiendas cerradas y la luna brillando en aquella oscuridad, la mayoría de las personas estaban ya dentro de casa a gusto, que dudaba que alguien se diera cuenta de mi situación, ante todo fui impulsiva cuando escape del castillo, con el único deseo en mente de estar lejos ya de todas las causantes de mi corazón roto, pero no me esperaba encontrarme con Thara y lo menos que se me pasaba por la mente era ella , por Dios, pensaba que ella estaba con sus padres, aún me daba lástima lo que le había pasado, pero al parecer nada era lo que parecía. Su rostro, estaba demacrado, pero en sus ojos había un dejé de rencor ¿La razón? No lo sabía siquiera. No podía refutar en los primeros segundos, la sorpresa de verla me dejaron sin decir nada al principio, pero entonces mi mente y mi cuerpo volvieron a contestar, sólo que está vez mi corazón se propuso a ser más confiado y tomarlo de la mejor manera.

—No lo entiendo, tu eras mi amiga Thara—Le dije después de verla mejor.—Pero ya qué, sólo eres otra más ¿Verdad? Resultaste igual que Thiago.

Mis ojos pasaron de pies a cabeza sobre Thara, su capa dejaba ver un poco el traje para la servidumbre que se utilizaba en el castillo, por mis pensamientos pasaron recuerdos como llamas de fuego, el primer día que llegué y hubo alguien que se escondía entre ellos, cuando después de eso alguien me atacó y sentí los zapatos de esa persona al caer, pero nadie me creyó. Sabía que no estaba loca, lo del golpe en la nuca, ese sentir de que alguien me estaba siguiendo cuando estaba sola ¡Tenía razón! Pensé, pero entonces Thara presionó la punta del puñal más fuerte contra mi pecho y volví a conectarme a la realidad.

—¿Me puedes prestar atención?—Exigió después de verme distraída—.Jasmine ¿No te importa tu vida?

—Si, pero parece que nadie más lo hace, estoy sin opciones y ahora que apareciste, no sé qué pensar...

—No es hora de tus bromas, estoy hablando enserio.

—¿Por qué? ¿Ahora vas a tener misericordia? Ahora mi valentía esta más que dominando mi ser, la verdad no me importa quién me haga ver la muerte después de todo, fuiste mi amiga y todavía te aprecio ¿Qué mejor que eso, no es así?

Thara fruncio los labios y balbuceo con voz inaudible. Seguí la dirección de sus ojos, viéndola mejor bajo esa bella mirada alegre que una vez me hicieron sentir acompañada, estos ya no tenían ese brillo y ojeras las marcaba ¿Estuvo llorando? ¿Estuvo sin dormir? ¿O fueron tal vez la dos? Mi corazón no pudo evitar preocuparse ¿Soy yo la causa? Cuándo se volvió a mi, retuve mi anterior gesto desinteresado, ahora que había creado una "imagen" valiente, no podía echarme atrás, nadie más vería la vulnerabilidad cruzando por mis ojos, mantendría el miedo y el dolor de la decepción muy dentro de mi corazón, evitando qué otros fueran testigos de otra herida. 

—Okey ¿Qué es lo que quieres? ¿Matarme?—Sonreí de lado sin emoción, a decir verdad si había un poco de locura en mi cabeza.

Pero después de todo lo que me paso ya nada me importaba, intentar el suicidio antes me pareció simple y ahora, encontrar a Thara y lista para apuñalarme, no veía otra opción. Así qué di un paso atrás, solté mi maleta y extendí ambos brazos a los lados, llevando mi cabeza atrás con los ojos cerrados. Si era una carga ya no quería hacerlo más, ni siquiera para Thara.

—Bien, supongo que no dolerá tanto, así que hazlo, matame, estoy lista—Le dije, era un triste final para mi, pero como dije antes, era un final.

—No estoy para juegos, Jasmine, tu infantilismo es insoportable—Me dijo dándome un pequeño empujón.

Rodé los ojos, era absurdo ¿Pero no me quería matar? Sólo le hice las cosas más fáciles y me trataba mal. Era injusto. Mi momento emotivo se había acabado y eso que estaba demasiado sentimental.

—Te tengo que llevar a un lugar antes—Dijo mientras se puso detrás de mi, apuntando el puñal en mi espalda.—Vamos, camina.

Le hice caso, no sabía por qué, pero en mi ya no había esa luz por luchar para vivir, sólo era un cuerpo haciendo caso si al final de la noche ya tenía enterrado ese puñal en mi. Demasiado negativo ¿Verdad? Pues no sólo era el amor la que mató todo en mi, si, en parte era Harvey, pero también mi familia, mis supuestos amigos que terminaron por traicionarme, la locura que fue y es lo que viví, no tenía dinero, tampoco identidad, aunque quisiera no tenía posibilidad de tener una vida plena. Ya estaba cansada de todo y de todos. No quería volver a caer en la ilusión de que algún día todo estará bien y después encontrarme con una oleada de problemas en plena vuelta de la esquina. Ya había luchado, había caído y lo volví a intentar. Pero para mi nada parecía funcionar. Mi única condición para mi misma desde pequeña siempre fue nunca irme de esta tierra con rencor en mi corazón. Así qué cuando vi a Thara ya no me sorprendí de lo que la vida me deparaba. Era gracioso si lo cuento así ¿Verdad? Tener precaución de quienes me cuidaron por un tiempo no lo había imaginado, no se hallaba en mi enfrentarlo algún día, ahora tenía que tomarlo de la mejor manera, ocultando tal vez que mis manos temblaban bajo su presión.

—¿A dónde vamos?—Le pregunté, estuvimos andando por unos minutos, pasando callejuelas, ninguna se me hacía conocido hasta ahora.

El frío se intentaba colar a mi piel, mis mejillas con seguridad estaban rojas, mis pies estaban cansados y habíamos pasado el camino empedrado hacia un bosque, podía apreciar los sonidos que emitían los búhos, el viento qué arrastraba a las hojas secas por el suelo, no entendía que tenía pendiente Thara en este lugar junto conmigo, pero había cautivado a mi corazón en temer lo que haría ahí dentro, tenía que distraerme para que en mi cabeza no se formará un mal escenario en mi imaginación de cómo acababa esto. Abrí la boca para preguntar sobre las dudas que creaba, pero antes de que dijera una palabra, ella me denegó mi deseo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.