Mentiras Peligrosas

#19 La aparición del charro tomador

No hablamos mucho de aquella noche. No había razón para ello. Hicimos lo que cualquier persona habría hecho. No tenía que esforzarme mucho en recordarlo. Aquel dolor lumbar me atormentó toda la noche y gran parte de la mañana. Lo que realmente necesitaba era un descanso.

Por la mañana realicé mi rutina habitual. Me levanté tan temprano que pude ver el amanecer desde mi ventana. Supe que no lograría dormir mucho cuando el dolor hacía que me retorciera en la cama.

Baje cual anciano, apoyándome contra las paredes para no caerme. Llegué a la cocina con lágrimas en los ojos. Saqué una olla de peltre y puse a calentar agua. Aprendí de mis errores pasados que Daniela, se despertaba temprano al igual que yo, a menudo nos veíamos los dos esperando a que uno de los dos terminara de calentar su agua, por lo que esta vez puse el doble de agua.

Dicho y hecho Daniela terminó por bajar unos minutos después cuando el agua ya estaba hervida. Examinó en la gaveta de tazas, tomó el par más próximo, me tendió una que claramente decía Mtro. Benjamin Crawford.

Fui a la barra a preparar el café. Vertí una cucharada de mezcla instantánea, una de azúcar y otra de crema. Volví con rapidez a la silla antes de que el dolor volviera.

Daniela quien ya iba vestida con un short deportivo, mallas, un top negro y una sudadera del mismo color. Decidió sentarse junto a mí en la mesa.

—Gracias por el agua. —Sonrió. No era seguido que le veía sin maquillaje, pero esa mañana claramente no llevaba nada, contrario a muchas personas ella estaba dedicada a ejercitarse.

Me tallé los ojos para quitarme la sensación de pesadez en los párpados. —No es nada.

Me inspeccionó a fondo, notó la forma en la que estaba encorvado, la cara de puchero, la vista perdida. —¿Estas bien?

—¿Me creerías si te digo que sí? —Negó con la cabeza. —Dormí mal. —Mentí, ella rio.

—Bueno, abuelito, gracias por el gesto, pero ya me tengo que ir, tengo que correr con un poco.

Para la tarde el dolor había desaparecido, supuse que había sido una herida grave, lo cual explicaría porque el proceso de curación tardo tanto. Isa insistió mucho en verme aquel día, por lo que terminé invitándola a nuestra sesión de juegos de mesa. No obstante, no contaba con que Millie fuera a sacar las cosas de proporción.

—Los he reunido aquí para dar comienzo a los primeros juegos olimpietilicos de la casa. —Millie portaba el traje de un presentador de televisión, que debo admitir se parecía demasiado al traje que había traído de mi casa. En su mano llevaba un cepillo que usaba como micrófono mientras caminaba por la reducida sala como si fuese una pasarela de victoria secret. —Los concursantes tendrán que atravesar distintas tareas para lograr ser coronados como rey o reina de las pistiolimpiadas. —Si, le acaba de cambiar el nombre al juego. —Durante esta primera sesión nos enfrentaremos a un juego que he denominado como “Torre de tragos”.

—En la mesa había colocado un gran hexágono formado por vasos rojos, parecía una fiesta como en las películas. Cada vaso contenía tequila y soda de toronja, no mucho, el punto era alcoholizarnos no llenarnos de gaseosa. Lo único malo en todo esto es que el tequila era mi bebida menos preferida. —Cada concursante tiene una pelota de pingpong, se deben colocar alrededor de esta mesa, habrá dos vasos vacíos en extremos opuestos, la persona que lo tenga enfrente tratará de encestar rebotando la pelotita, entonces esa persona pasará el vaso a la persona a su izquierda. El punto es que esto es una carrera en la que no puedes ser rebasado por el de tu derecha, ya que, si esto sucede, tienes que tomar un vaso y apilarlo debajo de tu vaso vacío. Easy Peasy.

—¿O sea que, si estamos tirando Ray y yo, y el tira primero y encesta, el me hace tomar a mi porque me saltó? —Preguntó Isabelle quien se había colocado a mi izquierda. A mi derecha estaba Daniela, Ben, Logan y Millie.  Esta última afirmó la pregunta. Tomó mi mano y la apretó con fuerza, cosa que llamó bastante la atención, incluso Ben que es la persona más distraída que conozco se dio cuenta de lo que sucedió.

—Tranquila, solo respira y no trates de acelerar tanto las cosas, así yo te puedo rebasar para hacerte tomar. —Le dije bromeando en serio. Ella terminó por golpearme en el hombro.

—Okay, yo comenzaré. Tú, Daniela serás mi oponente, recuerda, apenas encesten, pasen el vaso a su compañero. Si su pelota cae en otro vaso tienen que tomárselo.

No fue el mensaje más alentador, pero definió las reglas sentando la tensión para este duelo de potencias. Antes de comenzar, de los parlantes se escuchó Wake me up before you go go.

—¡Ya! —Millie dio el grito inicial y las chicas rebotaron sus pelotas tratando de encestar en sus respectivos vasos.

 La primera en encestar fue Daniela quien se apresuró a pasarme el vaso, reboté la pelota sin darme cuenta de que había usado mucha fuerza, esta aterrizó en otro vaso, por lo que rápidamente lo tomé y lo bebi para colocarlo debajo de mi vaso, volviendo a tratar de encestar.

Preparé mi siguiente tiro, pero este falló. Para entonces ya era turno de Ben quien estaba a punto de hacer que Daniela me alcanzara, sin embargo, su pelota también cayó en el pozo lo que me dio tiempo para otro tiro, este cayo dentro. Pasé el vaso a Isabelle, está en su primer tiro logro poner distancia avanzando el vaso a Millie, no obstante, sin darme cuenta el vaso que venía por mi derecha había vuelto a mí.



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En el texto hay: vampiros, horror

Editado: 30.11.2023

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