Sabía que Benjamin era un perdedor, justo como todos nosotros. Parte de mi realmente creía que cuando él hablaba de juegos de rol se refería a los juegos de rol que uno realiza en la habitación, con otra persona… Mi sorpresa fue grande cuando me di cuenta de que juegos de rol realmente era juegos de rol. Calabozos y dragones.
—Es una broma verdad, en cualquier momento estas personas se van a desnudar y comenzar a tocarse. —Tenía los ojos fijos sobre Benjamin. —¡Dime!
—Baja la voz, los vas a asustar, los roleros son frágiles de corazón, tienen sentimientos de verdad. —Dijo Benjamin.
En una mesa solitaria en el segundo piso de aquel edificio había un grupo de personas vestidos de Magos, orcos, demonios y bueno, Ben quien portaba un sombrero pirata. —¡No!, ¡No! —Le señalé molesto, había cambiado un turno en el trabajo porque me prometió que me divertiría, nunca mencionó que íbamos a fingir ser criaturas fantásticas salidas de un libro para niños. ¿Qué será lo siguiente, ver anime?
—Todo tiene una razón de ser, aparte la sesión ya terminó, en realidad te invite para que fuésemos al Champions, pero primero quiero presentarte a alguien. —Señaló al grupo. Realmente pensé que iba a ser el momento en el que Ben iba a salir del closet, ciertamente hubiese sido más agradable que descubrir que juega calabozos y dragones. —Cariño. —Llamó en voz alta.
Uno de los miembros se puso de pie, aquel que iba con una sudadera con capucha y una máscara de orco. Quise reírme en ese momento, me pareció hilarante, pero Ben tenía razón, los raritos también sienten. El orco se retiró la máscara y reveló al plebeyo que había debajo. Mas bien dicho plebeya. Era aquella chica que me desagradaba de mi clase de electrónica, la profesora sustituta que reprobó a Isabelle por un simple error insignificante.
—Carajo. —Murmuré, sin embargo, Ben notó que moví los labios y sintió como todo se volvía incómodo. No podía esperar el momento en que Ben se enterase del odio que había entre nosotros.
—Ella es Alisha Raja. —También conocida con odio entre los alumnos de electrónica como Gipsy, Gitana, o la zopenca que nos reprobó en un examen y una evaluación sorpresa. Gipsy realmente no era un insulto solamente era mucho más fácil de recordar.
—Tiene que ser una broma. —Mierda. Nuevamente hablé en voz alta.
—Señor White. —Esta vez fue Alisha la que habló. En ese momento Benjamin unió parte las piezas del rompecabezas, nosotros nos conocíamos, y vaya que nos conocíamos. —Espero que no siga molesto por la calificación de su amiga. —La boca de Ben se le cayó de la cara, había elegido a las peores personas para invitar a esta cita doble.
—Créeme, no sabes que es verme molesto. —Ben me miraba molesto para que tirase el argumento. —Pero, eso no es el tema de hoy. —Vi a Ben. —No obstante, me hubiese gustado saber de antemano. —Porque articulaba palabras de esa manera, que le quería demostrar. —Dejemos las formalidades, mi nombre es Ray.
—Encantada de que finalmente nos conozcamos, Raymond. —Ben observó con terror a su novia, como si estuviese a punto de perderla por utilizar mi nombre completo.
Sonreí con malicia, esto no se acababa ahí. —Listos, ¿Ben?, ¿Gipsy?
—Cómo sabes su apo… —Ben quiso preguntar, en cambio termino por esbozar un gran Oh. —Esto va a ser divertido.
•••
Champions no era nuestra escena habitual, tenía mesas altas, cuadros con momentos históricos en los deportes, demasiadas pantallas, cada una de ellas mostrando un partido diferente, afuera había una especie de circulo de pintura, supuse que se trataba de un punto de reunión. Me pareció ver a uno de los encargados tomar una tortuga y llevarla hacia a tras del restaurante. Una de las razones por las que normalmente bebíamos en la casa.
Alguna vez te has sentido como la tercera rueda. Isa y yo nos sentimos como una bicicleta de cuatro ruedas. No podíamos ser más inútiles. Comparados con ellos, un científico con maestría y una ingeniera mecatrónica realizada, nosotros, un estudiante de biología con un empleo mal pagado y una estudiante de ingeniería que estaba fallando una clase de ciencias básicas. Parecíamos niños de la calle viendo a Hades y Perséfone.
Isabelle trató, realmente trató de mantenerse a raya y dejar la historia atrás. —Entonces Gi-Alisha, ¿de dónde eres? —Si, fue un poco obvio que se le salió el apodo.
—Del gran y misterioso país, Estados Unidos. —Pensándolo bien, el comentario había sido un poco racista. Isabelle quedó con la cara roja de la vergüenza, cubriéndose tras un menú. —Si se preguntan de donde viene mi familia, la respuesta es Nueva Delhi, mis padres migraron a los estados unidos para expandir los negocios familiares.
La reunión había estado llena de silencios incómodos, sin mencionar la forma errática en la que Isa reaccionó cuando supo quien no iba acompañar al bar.
—¿Hace cuánto tiempo que están saliendo? —Preguntó Gipsy, el resto del grupo la atacamos con una risa. —Mensaje recibido. ¿Ustedes trabajan?
Isa se tomó la libertad de responder por mí. —Ray trabaja en la cafetería que está cerca de la plaza de la fuente, lo hace con amor para sacar a nuestro bebé adelante. —Había bastante agresividad hacia Gipsy en su tono.
Luego de no saber que responderle a Isa, me volteó a ver, tratando de entablar una conversación más normal. —Cuando revisé tu examen, pude notar que utilizaron planteamientos avanzados, no veía dichas técnicas desde que tomé teoría de control. ¿A caso eres un estudiante avanzado atrapado en semestres bajos?