Mentiras Peligrosas

#39 Mientras esperaba

Trinity, 2013

No lo había contado, pero fue mi padre quien me echó de la casa. No estaba muy feliz de que saliese sin supervisión.

—¿A dónde carajos crees que vas? —Preguntó mi padre al encontrarme frente a la puerta.

—Voy a verle al hospital. —Intenté no cruzar mi mirada con la suya. Tan solo quería ir a ver a Leonard, no le había visto desde el incidente, y escuche que su condición estaba empeorando.

—No vas a ir a ningún lado. —Se posó enfrente de mi para bloquearme el camino. La química en mi cerebro no era la mejor, era muy sensible a las reacciones, por lo que la ira, la tristeza, y la felicidad se veían maximizadas con los diferentes estímulos que las disparaban por lo que mi reacción fue extrema. Recordé que me había golpeado con mi guitarra hasta romperla en mi cabeza. Intenté pasar a su lado, pero me sujetó por el brazo. Mi sexto sentido estalló, “eso” había vuelto y me gritaba una sola cosa, “mátalo”. —Él no te necesita ahí. —Era como ver a un león a los ojos, pero esta vez yo era el león.

—Tienes dos segundos para soltarme, créeme, no quieres ver lo que pasará cuando me enojé. Uno. —Le vi decidido a plantarse frente a mí. —Más te vale soltarme o te voy a arrancar el puto brazo. —Intentó responderme con un golpe, pero mis reflejos fueron más rápidos, mucho más rápidos. Paré su ataque a media carrera. Aproveché para zafar mi brazo y respondí con un puñetazo a la cara. De alguna manera fue menos intenso que cuando golpeé a Albert, pero de igual manera le llevé al suelo donde pude observarle aterrado, como si fuese un monstruo.

—No volverás a pisar esta casa, ¡escuchaste!

Me detuve frente al perchero, tomé su chamarra favorita, aquella de mezclilla negra y salí de casa. —Avísame cuando dejes de ser un idiota.

Una cosa llevo a otra, mi madre me planto cara en la entrada del hospital, me dijo que él no estaba listo para verme, de cierta forma estaba igual de aterrada de mí que los demás, excepto que ella hizo lo impensable. —Tu padre me habló. No creo que debas volver a casa. Creo que será lo mejor para todos.

Realmente no quería pensar que ella me estaba dando la espalda. Pero así fue. Su única cortesía fue llamar a Elizabeth para que fuese a buscarme. 



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En el texto hay: vampiros, horror

Editado: 30.11.2023

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