Daniela partió a la mañana siguiente. Su madre había venido a recogerla. No hubo presentaciones o introducción, creo que me lo merecía después de mi comentario de ayer.
No había razones para permanecer en Glassdrop. Ya había hablado con Elizabeth, el departamento aún estaba libre y podía regresar en lo que la situación se ponía bajo control. Impulsivamente compré un boleto de autobús. Tendría que esperar a la noche, puesto que mi autobús no tardaba en salir.
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En algún lugar donde la recepción es horrible
El teléfono sonó. Realmente no estaba esperando una llamada. Me limpie las manos rápidamente para contestar. —Diga.
—Hola, Ray. —Había demasiada estática en el servicio, apenas pude identificar las palabras del emisor.
—¿Quién llama? —Pregunté. Realmente estaba en una situación incómoda, en un sitio muy reducido.
—Daniela.
Realmente no estaba esperando una llamada, era demasiado tarde, no sé qué es lo que estaba pensando. —Oh, no estaba esperando tu llamada.
—¿Ya estás en la estación de autobuses?
—Estación…—Me pase la mano por la boca para limpiarme los residuos. —Si, el autobús está a punto de salir. —La salida del autobús era a las 12:05 y ya eran las 12:03.
—¿Ya pensaste en un plan?
—¿Un plan? —Pregunté confundido.
—Si, ya sabes para cuando veas a tus padres.
—Oh eso, de hecho, estoy esperando una llamada de Elizabeth, mi tía, va a tentar el terreno por mí.
—No debería estar ocupando tu línea, espero todo salga bien, buen viaje, te quiero, bye.
—Te quiero, bye. —Colgué el teléfono, ahora con la pantalla estrellada y lo lancé al suelo. Escupí sangre. El desconocido de las prendas de sacerdote sujetaba con fuerza al misterioso señor Slug. —Como puedes ver tengo todo el tiempo del mundo. —Respondí.
Le miré fijamente, sus ojos estaban entreabiertos debido a los golpes que le había propinado. —Vamos a intentarlo una vez más. —Dijo Nico, ese era el nombre del extraño.
Slug levantó su cara hacia mí, mostrando su perfil izquierdo, al cual le faltaba un gran pedazo de carne en su mejilla, estaban expuestos sus encías y dientes ensangrentados. Intenté verle profundamente, tratar de meterme en su mente, pero siempre había resistencia, era imposible penetrar en su cabeza. Los ojos me habían sangrado del esfuerzo.
—Aun lado niño. —Dijo Nico. Me aparté unos pasos del cuerpo de Slug, el cual estaba totalmente desecho de los golpes que le había propinado este. —Intenté hacerlo por las buenas, realmente traté de no tocarte ni un solo pelo, pero veras. —Nico se puso errático de un momento a otro. Tomó el banquillo en el que estaba sentado y lo lanzó contra la pared. —Pero mi paciencia se agota. Créeme, el rey de las ratas no está satisfecho con tus respuestas. Si no me das algo relevante, voy a tomar tu ¡puta oreja y te la voy a arrancar! ¡Haré que te la tragues y no me iré hasta ver que no quede ni un solo rastro de ella!
Slug era un soldado fiel a su reina, no nos iba a revelar nada. Incluso Pascal había sido más fácil de romper. —Ya les dije, no sé quién es el jefe, pero mató a todos los seguidores de la reina. —Dijo Slug entre gemidos de dolor. Le escurrió la sangre por el costado. —No sé dónde está la entrada que dicen. Nosotros solamente matamos a las chicas que lograban escapar, todas las demás están en la guarida.
En la esquina del cuarto había una rata con los ojos blancos como perlas, había estado vigilando todo lo que hacíamos desde el inicio, cuando llegamos Nico le hizo una referencia en tono burlón y lo llamó Dios. No quería pensar mucho en ella, pero probablemente se trataba del Nosferatu, y nos había estado observando desde hacía mucho tiempo.
Nico se hartó de recibir siempre la misma respuesta, le aplastó la cabeza a Slug de una patada. Fuera de la atracción en la que nos ocultábamos encendió un cigarrillo y lo terminó casi tan rápido como lo encendió. —Aquí partimos caminos, niño. Tengo otros asuntos que resolver. Creo que ninguno de los dos conseguimos lo que buscamos.
Me di el tiempo de acomodarme la quijada, pues Slug me había golpeado con su codo cuando le estaba tratando de hipnotizar. —Realmente no se utilizar mi poder, no lo he utilizado tanto como crees.
—El truco está en perder tanto puedas de tu alma. Tarde o temprano te das cuenta de que no la necesitas. —No quería penar que estuviese hablando enserio. Lanzó la colilla del cigarrillo al suelo, se acomodó el blazer. —No es la única reina que existe. Pero si la única que no he podido encontrar. El Nosferatu nos atrajo a Glassdrop con su canto de sirena. Es el idiota más inútil de todos los demonios. Es mejor que abandones esta cruzada, no creo que encuentres las respuestas que estás buscando. —Sacó su encendedor, giró el mecanismo para provocar una llama, y después lo lanzo a la atracción de juegos en la que teníamos a Slug, esta ardió con rapidez. Realmente no planeaba dejar sus huellas.
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Había hecho las maletas, empacado la mayoría de las cosas de mi habitación, me había despedido de los demás, Millie y Logan aún se mostraban reacios a hablar conmigo, aquella decisión realmente había dividido a la casa.