Mentiras Peligrosas

#64 La hora del embrujo

Sentía la necesidad de hablar con Isa, sin embargo, esta continuaba evitándome. Tenía la corazonada que había muchas cosas que teníamos que discutir. Habían soltado varias bombas para las que ninguno de los dos estábamos preparados.

Probablemente su mente probablemente no era capaz de imaginar las fronteras de mi ser. Qué tanto era yo. Qué tanto era eso. Cómo es que un secreto como ese había permanecido oculto tanto tiempo. Sin embargo, no era algo de lo que me arrepentía. Si pudiera lo habría mantenido oculto hasta el final de los días.

Isa se mantenía a la cabeza del grupo, caminaba a la par de Logan quien aún vestía su uniforme, una playera polo negra con el logo de la morgue y unos pantalones caqui con muchas bolsas. Probablemente era su ropa de oficinista, dudo mucho que sea el vestuario que utiliza cuando realiza las autopsias.

Gipsy no perdía mucho tiempo cuidando las posiciones traseras, era curiosa por naturaleza, y era la principal interesada para develar este misterio. Por mi parte terminé estacionado al final de la agrupación. Vigilando los alrededores en busca de personas, guardias, incluso alguna luz sospechosa. Nada. El centro estaba enteramente vacío, no había un alma alrededor. Lo único encendido eran las lámparas de la vía pública y probablemente era porque estaban programadas para encenderse. Su brillo atraía numerosos grupos de mosquitos, los cuales zumbaban en las alturas, proyectando pequeñas sombras en todas direcciones.

Logan nos guio por la parte trasera de la biblioteca, antes de abrir la reja corrediza inspeccionó a su alrededor que nadie le pudiese ver, entonces quitó el candado, corrió la ruidosa reja permitiéndonos pasar a todos.

Al cerrarse la reja provocó un eco metálico que resonó por toda la bodega. Fue tan intenso que si hubiese un guardia esta operación ya se habría ido al carajo, pero Logan se mostraba confiado. Posó sus manos sobre los hombros de Isa y la encaminó fuera de la bodega. Según los planos que pudimos encontrar a través de la página de transparencia del gobierno, teníamos que ir a la sección subterránea, donde estaban las computadoras, una vez ahí tendríamos que ingeniárnoslas para buscar cualquier conducto que siguiera esa dirección.

Logan apartó a Isa del camino, tomó el llavero nuevamente y abrió la puerta hacia la parte pública. La biblioteca era enorme. Del techo colgaba un enorme candelabro con preciosos cristales. Había escaleras que subían y bajaban, el centro de la biblioteca tenía forma de cúpula, y si prestabas atención podías apreciar el mural que había sido pintado sobre este.

Nuestro pasos generaron un eco interminable. Al frente del grupo se escuchaban unos murmullos, Logan e Isa se estaban intercambiando ciertas cosas al oído. Isa se veía feliz, sonriente. ¿De que estarían hablando? ¿A caso le estaría contando a Logan mi secreto?

Cuando la iluminación natural que se filtraba a través de los enormes ventanales fue insuficiente, sacamos nuestros teléfonos y los utilizamos como linternas.

El sótano era como un abismo. Nuestras luces rebotaban en las pantallas antiguas de los dinosaurios que tenían por computadoras. Varios estantes se mostraban al fondo. Ya comenzaba a apreciarse una ligera capa de polvo sobre las cosas, supongo que es una de las desventajas de construir hacia abajo.

El equipo se separó, Gipsy se apuró a revisar tras el mostrador, Logan e Isa fueron por su lado. Su pequeño acto de indiferencia comenzaba a molestarme. Estaba cansado de todo eso. Acerqué la silla más próxima y tomé asiento en ella. Bostecé, últimamente me sentía más débil que de costumbre. Había algo raro conmigo y no lograba poner un dedo sobre ello.

Revisé el teléfono. Había dejado una charla pendiente con Dani. Su último mensaje decía.

“Espero que puedas dormir. Sé que son momentos inciertos y con todo lo que está pasando tampoco se me ha dado la facilidad como antes”.

Decidí responder.

“Nos acostumbramos tanto a pasar tiempo juntos, que ahora ya no puedes dormir si no estoy a tu lado”.

TardeҊ unos segundos en responder.

“Desearía poder estar contigo”.

“Yo también desearía lo mismo”.

“Tengo dinero ahorrado. Tal vez pueda pillar un vuelo hacia Trinity. Estuve viendo reservaciones, tal vez podría ir contigo para que me lleves a los enormes parques de atracciones, a ver un concierto, incluso podríamos ir de camping. ¿Qué te parece?”

Sentí como se me estremecían las manos. Era el tipo de mensajes que desearía no haber abierto. Ahora ella sabía que lo había visto. Obviamente no podía decirle que sí. Mucho menos darle una fecha. Tenía que expandir la mentira, inventar una razón para que se retractara en venir.         Comenzaba a sudar frio. Estaba sentado en el lugar de las mil ideas y ninguna se venía a mi mente. Volteaba la mirada a las paredes en busca de inspiración, de pronto vi a Isa y a Logan, lo suficientemente cerca como para suponer muchas cosas.

Isa era mi mejor amiga, no podía no preocuparme por su bien, Logan claramente estaba en una relación, no podía permitir que Logan pusiera sus garras encima.

Justo en medio de aquel tren de pensamiento recibí otro mensaje de Dani. —¿Ray?

Entonces, escribí lo primero que se me vino a la mente. —No sé si sea lo mejor en este momento. Veras. —Tuve que hacer una pausa. —Estamos preparando la visita a casa de mis padres. —Envié el mensaje, entrecruzando la mentira cada vez más.



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En el texto hay: vampiros, horror

Editado: 30.11.2023

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