Mentiras peligrosas

Noche inolvidable 1

Odessa:

El martes había llegado bastante pronto, me había presentado con las líneas del libreto aprendidas.

- Señorita Abney, sea bienvenida, le agradecemos que haya venido antes pero necesitamos hablar con usted ‒tomamos asiento tras estrechar las manos.

- Gracias a ustedes por pensar en mí para esta película ‒le sonrío de manera cortés.

- Sí le soy sincera ‒me giro leve para ver a la directora ejecutiva‒, yo quiero que tú seas la protagonista, pero el asociado quiere que hagamos audiciones ‒podía entender eso.

- Si se dio cuenta señorita, no se les dio mucha información sobre la temática de la película, por eso queremos decirle y pedirle que, que no mencioné a nadie esto ‒parecían nerviosos.

- No se preocupe, tenga por seguro que esto no saldrá de aquí ‒los miro de manera estoica, ellos asienten.

- La trama principal es sobre espionaje, claro que se entremezclan otras subtramas pero lo importante de esto, es que tenga la condición física ya que habrá muchas escenas de acción, ¿cree que podría con eso? ‒no puedo evitar sonreír, quién diría que pronto cumpliría el sueño de mi hijo.

- Claro que sí, suelo entrenar seguido, pero me comprometo a ponerme en forma ‒los veo asentir aliviados.

Después de eso me presenté junto al resto, debía ser muy convincente para que el asociado me quisiera como la actriz principal, por suerte la escena que me habían dado era muy emocional y al mismo tiempo, era fingir esas emociones, era fácil ambas cosas, así que cuando terminó mi audición, pude notar que le había gustado.

Nos habíamos retirado poco después, nos llamarían al callback si así era necesario, de lo contrario, darían su veredicto final.

El miércoles había salido de la casa a eso de las diez, la audición era a las once por lo que tenía suficiente tiempo en caso de cualquier contratiempo.

- Odessa, mucho gusto verte de nuevo ‒dice Isabel Guzmán, era una guionista con la que había trabajado antes.

- Lo mismo digo Isabel ‒le sonrío, caminamos hasta su oficina, sabía que su última serie había sido muy exitosa, algo que me alegraba porque era muy buena; y por eso la habían contratado en una de las dos más grandes productoras del país. Entramos a su oficina y tomamos asiento.

- Bueno, hace poco estuve hablando con una conocida y me contó algo que me dio una idea, la formulé y se la presenté al presidente, gracias al cielo le gustó y desde el inicio dije que te quería a ti, sé lo bien que actúas en escenas dramáticas así que pensé que serías la adecuada, para el resto del reparto claro que habrá audiciones porque necesito que estén a la par de lo que quiero ‒comienza a narrarme lo que quiere y como, su idea era buena.

- ¿Me permites hacerte una sugerencia? ‒ella asiente y comienzo a decirle mi idea, bueno, más bien era una vivencia‒. Creo que también podría ayudar a hablar con mujeres, incluso incluirlas en la película, para hacerlo ver más como un documental.

- Excelente, me encanta, si quisieras también podrías trabajar en esto ‒rio mientras niego.

- Lo mío es la actuación, amo hacerlo y es lo que haré hasta que no pueda más ‒ella asiente y seguimos hablando un rato más.

El jueves por la tarde tuve la oportunidad de recoger a mi hijo, por suerte Noud podría quedarse con él en la tarde y ayudarlo con su tarea, necesitaba ir por un vestido con Monique ya que tenía asistir al programa de Francis, me vestiría y prepararía ahí.

La conocí hace unos tres años y sus vestidos me encantaron, en ese momento era una tienda pequeña, así que le propuse que fuéramos socias, ampliaríamos la tienda para poner un taller más grande y contratar más personas, así mismo, tendríamos un cambiador más amplio para que más clientas pudieran probarse los diseños. Se remodeló todo y cada mes Monique me reportaba las ganancias, bueno, a mi contador.

Éramos socias al 50%, no le había pedido el dinero invertido, a cambio, los vestidos que usará los pagaría al precio de producción además de darme diseños exclusivos que usaría en eventos y así, hacerles publicidad, después ella los vendería más caros y todas salíamos ganando, porque a final de cuentas, era un beneficio para ambas, estaba por demás decir que nos estaba yendo muy bien.

- Edith ‒me sonríe nada más entrar, se acerca para abrazarme.

- Hola Monique, que extraño ver esto casi solo ‒en la tienda había dos o tres clientas.

- Es que es jueves, querida ‒rio ante la obviedad.

- Perdona, olvidé que sólo yo tengo eventos entre semana ‒ella sabía quién era y a lo que me dedicaba, era confiable porque sabía que ganaba más con nuestro acuerdo que con hablar, y bueno, había firmado un contrato de confidencialidad.

- Vamos, tengo tu vestido perfecto ‒asiento y la sigo, le había mandado un mensaje desde que Rose me dijo‒, ya lo tenía hecho pero le hice unos pequeños cambios, seguro te gustará, y veo grandes ganancias ‒asiento de acuerdo, otra razón de porque le había dicho a Monique la verdad, es que me parecía una mujer trabajadora, ambiciosa y con ganas de más, pero le habían faltado oportunidades y como yo, había tenido que hacer muchos sacrificios para obtener lo que tenía, igual que yo, así que había empatizado con ella y por eso éramos socias.




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