Odessa:
Me habían invitado al evento más grande de moda, no como modelo pero si como espectadora, me permitían llevar a una acompañante, lo hable con Rose y ella estuvo de acuerdo en que era Monique la que debía asistir, estaba por demás decir lo emocionada que estaba.
- Aun no puedo creer que vaya a ir ‒rio bajo por su emoción. Íbamos en primera clase, al parecer él también había sido invitado, nos había ofrecido viajar en jet privado pero me había negado, así que se dispuso a viajar en primera clase con nosotras, por lo regular viajaba en clase turista pero como no iba a viajar como Edith, era mejor así.
- Pues créelo, porque está pasando y te lo mereces ‒se deja caer, estaba tan feliz que no veía nada más, y por eso me refería a las miradas coquetas de Ancel y mi nerviosismo, además de nosotros tres había cerca de cinco pasajeros más, así que era bueno ya que evitaba que cayera en tentación.
Cuando bajamos del avión, una camioneta ya nos esperaba, había visto algunos reporteros y seguro se preguntaban porque nos íbamos juntos, había dicho que nos encontramos en el avión y ya que vamos al mismo hotel y evento, decidimos compartir, me había despedido y no fue hasta que la puerta se cerró que pude respirar tranquila.
- ¿Esto no te traerá mala publicidad? ‒pregunta Monique algo mortificada, niego.
- Es probable, pero prefiero eso a que alguien hable de mi hijo ‒ella asiente comprensiva.
Tras unos minutos llegamos al hotel, era precioso y según tenía entendido, uno de los más exclusivos de la ciudad, reservado para famosos y ricos, era bien sabido que la seguridad, sobre todo la confidencialidad; eran de primera.
- Buenas tardes señorita Abney, usted debe ser la señorita Miracle, la acompañante de la señorita, ¿cierto? ‒Monique asiente sonriendo‒. Señor Bauer-Fiore, es un honor verlo de nuevo aquí ‒me giro y alzo una ceja divertida, él se limita a encogerse de hombros‒, un botones llevará sus equipajes, pasen por favor para darles sus tarjetas ‒los tres asentimos y nos acercamos al mostrador, el hombre le da instrucciones al recepcionista antes de irse. Él chico parecía nervioso, nos entrega nuestras llaves.
- Gracias cielo ‒le sonrío con amabilidad, a pesar de que Monique y yo compartiríamos habitación, también le habían dado una tarjeta por cualquier cosa.
- Señorita Abney, perdone el atrevimiento, ¿me regala su autógrafo y una foto? ‒asiento sonriendo, el chico se pone de pie y le entrega el teléfono a Monique, era tan tierno que no sabía cómo pararse, tomo su mano y la coloco en mi cintura, paso mi brazo por sus hombros. Una vez que la tomaron, me pasa una hoja y pongo lo que me pide junto a mi firma, me agradece antes de que se acerque el botones para irnos.
- ¿Nunca te niegas? ‒pregunta Monique en el ascensor, el chico estaba muy quieto.
- No, sin mis fans no sería nada así que lo menos que puedo hacer es regalarles una foto y mi firma como una manera de agradecimiento ‒ella asiente de acuerdo.
- Señorita Abney, ¿podría tomarse una foto conmigo? ‒me giro a ver al botones.
- Claro que sí, ¿te parece saliendo del ascensor? ‒él asiente emocionado, esperaba que todos mis colegas se tomaran fotos con ellos, no que fuera una obligación pero al menos como un bonito gesto.
Nuestra habitación estaba en el mismo piso que la de Ancel, sólo que la suya estaba primero, así que tras dejar su equipaje el chico nos siguió.
Al igual que con el chico anterior, Monique se encargó de sacar la foto. Él me agradeció por eso y la propina, había visto que Ancel también le había dado una buena.
- Dios, el lujo de esto es increíble ‒la habitación era preciosa, grandes ventanales‒. El baño Edith, Dios santo ‒rio bajito ante su emoción, no por nada era uno de los mejores hoteles de la ciudad, casi exclusivo.
- Date un buen baño, comamos algo y descansemos para la noche ‒ella asiente, jala una de sus maletas y entra al baño, me siento en el cómodo sofá, la primera llamada es para pedir servicio a la habitación, la segunda fue a mis pequeños para mostrarles las vistas desde la habitación, estaban muy emocionados y les prometí que luego los traería, claro que esta vez como Edith y no como Odessa, había sitios bonitos y recreativos que podríamos visitar.
Cuando Monique salió colgué la llamada para bañarme, antes de meterme oí la puerta y le pedí que abriera.
Me di un baño rápido, quería comer antes de dormir al menos una o dos horas.
Cuando salgo Monique ya comía, estaba bien, el viaje había sido cansado y no había estado tan buena la comida.
Saco el maniquí de cabeza para peinar la peluca, eso siempre era lo más difícil de todo, pero si la dejaba lista ya sólo tenía que ponérmela y listo.
Tras terminar todo me acosté y al instante me quedé dormida tras poner una alarma.
Sentí que me movieron suave y al abrir los ojos vi a Monique, mi alarma sonaba y con esfuerzo me puse de pie, me apresuré a lavarme la cara antes de comenzar a maquillarme al igual que Monique, ella había preparado unos vestidos de noche preciosos, el suyo era strapless con escote profundo de lentejuela en color oro rosado, tenía una abertura a mitad de muslo que le llegaba a los tobillos, era precioso; mientras que el mío llegaba debajo de las rodillas, escote en v nada pronunciado, las mangas eran semi abiertas por la parte de adentro y se cerraban en las muñecas con un bonito encaje, en la cintura tenía del mismo encaje haciendo alusión a un cinturón y parecía sostener la tela que caí por delante, era de un bonito azul cielo. Había decidido usar unos preciosos Jimmy Choo negros con correa delgada la cual estaba decorada con un moño por la parte de atrás.