Mentiras peligrosas

Una imagen vale más que mil palabras

Duncan:

Me había quedado aturdido tras todo aquello, sin duda mi memoria tenía otros datos, eso hasta que me puse a recordar con detenimiento y para mi horror, me di cuenta que tenía razón, yo era una maldita bestia que la tomaba cuando Jane me hacía enojar, era como una venganza ya que le hacía saber que estaba con Edith.

- Señor Miller, debemos entrar ‒el abogado me sacude suave, asiento y camino de manera mecánica al interior, nos indican donde debemos sentarnos y así hacemos.

- Buenos días señor Miller, señorita Gastrell ‒ambos le devolvemos el saludo‒. Bien, están aquí por una reclamación de paternidad de parte del señor Miller hacia el menor Brassen Gastrell, ¿es correcto? ‒ambos decimos que sí‒. Señor Miller, ¿en qué se basa para solicitar la prueba de paternidad con el menor? ‒me mira atento.

- Verá su señoría, hace siete años que nos divorciamos y el niño tiene esa edad, además de que tiene el cabello y ojos negros como yo ‒lo veo alzar una ceja.

- Señorita Gastrell, ¿qué tiene que decir al respecto? ‒ella se veía muy tranquila, como quién sabe que tiene todas las de ganar.

- En efecto su señoría, el señor Miller y yo estuvimos casados, sin embargo, he de confesar que un mes antes de divorciarnos cometí adulterio y de ahí quedé embarazada ‒el juez se sienta como curioso‒, y el señor Miller no recuerda que teníamos un año y un mes sin ningún tipo de contacto físico, mucho menos sexual, tenía todo ese tiempo durmiendo en otra habitación y ni siquiera lo notó ‒parecía tan serena y segura, se superponía ante mi recuerdo de ella‒. El padre de mi hijo falleció poco después de que supiera que estaba embarazada, su nombre fue Lars Van Leeuwen, y para constatar la legibilidad de este hecho, hice una prueba de ADN con el único pariente vivo de Lars, su hijo y medio hermano de mi hijo, Noud Van Leeuwen ‒la abogada se acerca con una carpeta en mano tras el asentimiento del juez. Toma la carpeta y comienza a leer.

- Su señoría, esa mujer miente, incluso le fue infiel a mi hijo ‒el abogado le habla bajo a mi madre.

- Señora Miller, le pido que guarde silencio ‒miro mal a mi mamá y ella se calla‒. En efecto, el menor Brassen Gastrell es hermano de Noud Van Leeuwen con un valor del 79% de compatibilidad, estoy seguro que si pudiera ser el padre saldría un 99.99% ‒Edith se gira a verme con una nada disimulada sonrisa de triunfo‒, por lo que esta petición queda denegada, pueden retirare ‒mi madre iba a replicar algo, pero niego.

Todos salimos de la sala, Edith le agradecía a la abogada.

- Este es el caso más rápido de toda mi carrera ‒ella ríe ante lo que dice su abogada.

- Edith ‒se gira a verme borrando su preciosa sonrisa‒, lamento lo de nuestro hijo ‒ella me mira con frialdad, lo que me rompe el corazón, mi Edith tenía una mirada suave y compasiva, llena de amor y calidez.

- Me dolió en el alma, aun me duele, pero al final creo que fue lo mejor, no querría nada que me atara a ti ‒esas palabras se clavan en mí como dagas afiladas‒, y al final la vida me recompensó con un precioso niño más, adiós para siempre Duncan ‒sin más se gira y camina junto a su abogada.

- Esa maldita chiquilla, alguien debería darle una lección, no sus padres porque son unos inútiles y ‒me giro para enfrentarla.

- Cállate mamá, ella tiene razón en comportarse así, fue un maldito desgraciado con ella y tú no fuiste mejor que yo ‒me mira llevando una mano al pecho, su cara de ofendida era para reírse‒. Adiós ‒sin más comienzo a caminar, tenía mucho en lo que pensar.

Edith:

Me había quedado con las ganas de abofetear a ese tipo y su insufrible madre, no les debía ningún respeto, pero preferí no hacer un gran escándalo de esto.

Tras salir del juzgado le llamó a mi mamá para informarle que todo salió de acuerdo a lo esperado, ella parecía muy tranquila y yo me sentía igual, esperaba que con esto me dejaran en paz de una buena vez, pero al parecer no era así.

Unos días antes del presunto regreso de esos dos, mi imagen quedó expuesta, no sabía como todo se había ido al carajo de esa manera.

Podía verse tanto en medios digitales como impresos.

¿Vida oculta? ¿De esposa a amante?

Según fuentes, la aclamada Odessa Abney en realidad tiene por nombre Edith Gastrell y estuvo casada con el CEO de la constructora más importante del país, Duncan Miller, y ella le fue infiel durante el matrimonio, por eso él la terminó dejando.

Cada que leía estupideces como esta quería gritar de la rabia, que caradura eran para decir semejantes idioteces.

Y cómo si eso no fuese suficiente, alguien filtro la dirección de mi casa y pronto los periodistas comenzaron a rodear la casa, lo que había hecho imposible salir y de todos modos no iba a dejar que nadie lo hiciera.

- Joder ‒digo tras cerrar la cortina, podía ir como gritaban. Había llamado a la policía pero seguían viniendo.

- Tranquila bebé, papá esta aquí ‒me dejo ser en los brazos de mi padre, me alegraba tanto de haber hecho las paces con ellos.

- ¿Por qué no me dejan en paz? ‒había comenzado a llorar‒, sólo quería una vida tranquila con mis hijos siendo Edith y otra con mi trabajo ‒pronto mi madre me abraza, mi abuela estaba con los niños arriba.




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