Mentiras peligrosas

Pasos de bebé

Ancel:

Ella había pasado por una mierda de infierno siendo tan joven, no era de extrañar que fuera tan esquiva cuando de sentimientos se trataba, aunque bueno, yo no era el mejor para dar clases sobre eso, porque también había evitado sentir, pero cada momento mi angustia por ella y su seguridad se volvía más grande, no sólo deseaba protegerla porque hubiésemos follado y eso me diera una retorcida idea de pertenencia o posesividad, siempre había habido algo más pero no fue hasta que llegó llorando en medio de la noche que me di cuenta que la veía diferente, al inicio lo desestimé pero con el tiempo sólo se hizo más fuerte al grado de no poder ignorarlo, e iba a ser paciente.

Cuando al fin deja de llorar se queda muy quieta, tenía algunos espasmos resultado del llanto.

- Quizás algunas veces quiera huir ‒dice bajo, cepillo lento su cabello.

- No te preocupes, soy bueno atrapando gente ‒ella ríe bajo, quizás algún día le confesaría que eso lo decía medio en broma y medio en serio.

- ¿Me dejarás dar pasos de bebé? ‒alza la vista, con cuidado limpio las lágrimas que aún quedan.

- Lo que quieras Edith ‒ella asiente, bosteza y la veo sonrojarse.

- Por ahora quiero que sea secreto, ¿está bien? ‒la veo morderse el labio con preocupación.

- Claro que sí, en realidad es mejor así ‒me acerco a su oído‒, significa que puedes escaparte a mi habitación por la noche, la emoción de que tus padres nos pillen, me gusta ‒la siento estremecerse, amaba las reacciones que le provocaba.

- ¡Ancel! ‒me golpea suave el brazo, sonrío encantado, sostengo su rostro y la beso lento.

- Es mi simple deseo ‒susurro sobre sus labios‒, ¿o pido mucho? ‒ella rueda los ojos con una sonrisa divertida.

- Eres terrible ‒me encojo de hombros divertido, vuelvo a besarla, esta vez con un poco más de intensidad.

- Te gusta que sea terrible ‒muerdo suave su labio inferior, me volvía loco.

- Ancel, espera ‒ella me aparta suave, me mira seria‒, sabes que no vengo sola, ¿verdad?

- Lo sé Edith, soy consciente de que dos pequeños vienen contigo e intentaré que me llamen papá ‒le guiño un ojo y ella se sonroja, me inclino para besarla de nuevo cuando llaman a la puerta.

- Amigo Ancel, ¿podemos pasar? Queremos ver a mamá ‒suspiro mientras la siento a mi lado.

- Claro, pasen ‒digo con calma, sonrío al ver las mejillas rojas de Edith y sus labios hinchados.

- Mami, mami ‒Luc corre hacia ella, quien lo alza y sienta en sus piernas, Bras se queda cerca de ella.

- ¿Quieres que te cargue? ‒miro a Bras y él asiente, con cuidado lo coloco en una de mis piernas.

- Mami, ¿estás bien? Tus ojos se ven grandes y rojos ‒dice Bras preocupado.

- Sí bebé, es que estaba practicando para una escena de prueba y Ancel me ayudaba, tranquilo mi niño ‒él parece convencido de eso y asiente más tranquilo.

Benedict:

La primera vez que vi a Ancel, admito que no tuve una buena impresión de él debido a su aspecto, no era lo que yo hubiese querido para mi hija, no después del fiasco de Duncan, sin embargo, tras ver todo lo que hizo por ella y nosotros cuando se supo todo, mi perspectiva de él cambio, además era amable con los niños y mi hija parecía brillar junto a él, había logrado hacer lo que nadie de nosotros los adultos pudo: hacerla sentirse tranquila.

Y ahora, viéndolos a la distancia riendo y sonriendo, podía ver lo mucho que ese hombre amaba a mi hija, no intentaba mantenerse lejos de los niños y por lo que mis nietos habían dicho, él siempre ayudaba a su mami.

- Se ven bien juntos, ¿verdad? ‒susurra bajo mi esposa tras acercarse‒, incluso parece que hubiese tenido un hijo con cada uno ‒no puedo evitar reír bajo ante aquello, Bras era idéntico a Noud, después de todo eran hermanos, pero Luc se parecía un poco a Ancel, así que entendía porque del comentario.

- Sí, y no me gusta ‒mi esposa me mira con sorpresa‒, pero es sólo porque acabamos de recuperar a nuestra pequeña y no quiero que se la lleven ‒es el turno de mi esposa de reír bajo.

- Eso no va a pasar, ella no se alejara de nosotros, no si nos portamos bien ‒asiento de acuerdo.

Por la noche Idi nos hablo de hacer un en vivo y hablar con sus fans, no queríamos hacerlo pero tras su insistencia lo hicimos.

- Hola, buenas noches a todos ‒estábamos viendo todo desde la tablet de Bras‒. Hay algo muy importante que quiero decirles con respecto a mis padres ‒podíamos ver los comentarios negativos hacia nosotros‒, basta, basta, quiero dejarles algo en claro ‒mira seria la pantalla, los comentarios seguían llegando‒, yo decidí darles una oportunidad, es de humanos equivocarse, así como ustedes me perdonaron por ocultarles cosas de mi vida, yo los perdoné, la verdad es que no eran malos padres, en ese momento se equivocaron pero ahora es diferente, trabajamos en ello y a todos aquellos que les desean la muerte, vayan a terapia chicos, resuelvan los problemas con sus padres, no voy a alejarlos, si quieren quedarse serán bienvenidos, si no, lamento mucho su partida ‒los comentarios poco a poco comenzaban a cambiar‒, además, ustedes no saben lo reconfortante que fue ser sostenida por mis padres durante todo este caos, aunque sea una adulta quería ser una niña en los brazos de mi madre y sentir que los brazos de mi papá eran un escudo protector, así que eso ‒veía varios mensajes con aplausos‒. Ellos quieren hablar con ustedes, porque saben que son importantes para mí, sean respetuosos ‒los mira seria antes de pasarnos el teléfono.




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