Edith:
- Me comunique con la ganadora para decirle que lo de la cena estaba en pie y que se había retrasado por todo lo que pasó, ella dijo que entendía y que no pasaba nada, lo principal es que estuvieras bien ‒no puedo evitar sentirme conmovida por sus palabras.
- ¿Te dijo con quién más quiere cenar? ‒Rose asiente y me muestra la foto‒. Lo conozco, es el actor que sale en la serie de la dama de las almas perdidas, creo que conozco a alguien de la producción, espera ‒saco mi teléfono y comienzo a revisar la información‒, mira, es la escritora Jessica Carpenter, estoy segura que podrá ayudarme ‒mi mejor amiga asiente, le envió un mensaje saludándola y hablándole de la situación, ella no tarda nada en responderme y me dice que con gusto hablará con el chico y le dará mi contacto‒. Ahora sólo queda esperar y ver ‒ella asiente, en ese momento escucho a Susana anunciar la llegada de Noud, le había informado de todo y dónde estábamos ahora, también le había dicho a Ancel para que le permitiera el acceso.
- Hola Edith, Rose ‒nos saluda de manera cortés.
- Hola Noud, ¿cómo estás? ‒él se acerca a nosotras, se sienta en el sillón individual.
- Bien, ¿y ustedes?, ¿todo está bajo control ahora? ‒entendía su preocupación, después de todo, se había revelado el nombre de su padre y bueno, la empresa se había visto envuelta en el escándalo pese a que Lars no sabía con quién estaba casada.
- Sí, tuve que hablar de todo lo que pasó y eso pareció calmarlo todo, ¿y de tu parte? ‒lo veo suspirar, parecía algo cansado.
- Por suerte no sufrió tanto, quizás en las primeras horas pero logramos contener todo, ayudó mucho que hablaras, gracias y lamento por todo lo que tuviste que pasar, no fue para nada justo ‒le sonrío en agradecimiento.
- No pasa nada, lo pasado debe quedarse ahí, espero que no hagan algo estúpido como eso de nuevo ‒Rose asiente de acuerdo, había estado preocupada y enojada a partes iguales.
- Es probable que no, ya que se vieron muy afectados cuando recién salió el escándalo ‒lo miro con sorpresa, la verdad es que no me había interesado nada de ellos‒. Perdieron algunos proyectos importantes debido a esta situación, las personas con las que tenían contratos decidieron que no querían una mala imagen para sus empresas y cortaron lazos, así que la han pasado bastante mal con gente retirándose ‒asiento, bueno, eso se lo habían causado ellos mismos y no tenía nada que ver conmigo.
- Mamá, mamá ‒escucho los gritos de mis pequeños, mis padres habían ido a recogerlos junto a Jacob y Mike, los guardaespaldas que Ancel había puesto para su cuidado.
- Mis niños hermosos ‒abro los brazos y ellos corren para abrazarme, los lleno de besos.
- Hermano ‒tras removerse en mis brazos se sueltan y corren donde Noud.
- ¿No hay amor para la tía Rose? ‒los regaña con suavidad, ellos corren y la abrazan además de besar su mejilla.
- Hola tía ‒dicen ambos a coro, eran tan adorables‒. Oye ma ‒empieza a decir Bras, me mira serio‒, ¿podemos ir al zoológico el sábado? ‒Luc me mira con ojos esperanzadores, estábamos a inicios de octubre, por lo que el clima era excelente.
- Claro que sí, ahora vayan a hacer su tarea ‒ellos chillan emocionados, corren a mis brazos para darme muchos besos antes de hacer lo que les pedí.
Cuando el sábado llegó, quería reír debido a la situación ya que Noud se nos había unido junto a Ancel, así que cada hombre llevaba a un niño, era claro que Ancel no me dejaría ir con Noud a pesar de no ir sola.
- Es muy gande ‒dice Luc emocionado, casi no había mucha gente, lo que era extraño teniendo en cuenta el día que era.
- Sí, vas a ver muchos animales hermano ‒Bras se removía en los brazos de su hermano mientras que Luc lo hacía en brazos de Ancel‒, son geniales ‒hablaban animados, tras pagar las entradas comenzamos a caminar.
Los habían dejado en el suelo, ambos hombres sujetando una mano y ya la de ambos niños, sin duda debíamos vernos cómicos.
- Mami, ¿me compras una jirafa? ‒Luc tira de mi mano mientras pide aquello.
- No amor, los animalitos como ellos deben estar en un sitio como este ‒le digo con amor.
- Pero tú puedes comprarla, ¿verdad hermano Bras? ‒mi otro pequeño asiente.
- Sería genial tener una ‒comenta Bras emocionado.
- Claro que podría, pero no es bueno para ella, en la casa de la abuela no hay espacio mis niños ‒me había puesto de cuclillas para explicarles.
- En la casa del amigo Ancel sí que cabe ‒Luc asiente de acuerdo, rio bajo.
- Es verdad que ahora nos estamos quedando con él, pero no vivimos ahí ‒le explico con calma‒. ¿Qué tal si venimos a verlas más seguido y les compro unos peluches de jirafas?, ¿les gusta la idea? ‒acaricio sus mejillas, les hablo suave.
- Bueno mami ‒dicen ambos a coro, suspiro de manera interna, no eran mucho de hacer berrinches pero este podría haber sido uno.
Seguimos con el recorrido por un rato hasta que nos detuvimos para comer unos hot-dogs, Ancel había estado bastante silencioso, más con Noud que conmigo, aunque con los niños había sido muy amable, como siempre.