Edith:
Habíamos planeado que la boda fuera a inicios de abril, la mayoría de las cosas ya estaban listas gracias a Ancel y el planeador de bodas. Como había supuesto, no había aumentado de peso, por lo que Monique no había hecho ningún cambio en el vestido.
La boda sería pequeña, familia, amigos y unos cuántos directores y actores conocidos míos, y algunos empresarios conocidos de Ancel. La celebraríamos en el enorme patio de esta casa, así que
Cuando el día de la boda llegó, estaba tan emocionada que me desperté temprano, y también porque la bebé se le antojo comer hot-cakes con chocolate y muchas fresas, así que Ancel se había puesto a prepararlos el mismo.
Después de eso habíamos estado en habitaciones separadas, el cuarto del novio y el de la novia, ahí estaban todos los hombres preparándose, él ayudaría a nuestros hijos a vestirse con sus pequeños trajes, cuando se los probe se veían tan adorables.
En mi caso, Rose, mi madre, Monique, Lilia y mi abuela, estábamos siendo preparadas por varias maquilladoras y peinadoras.
- En mi boda me ofrecieron un trago de tequila, pero no puedes tomar ‒dice Lilia tomando una pequeña botella y dándole un trago‒, me lo tomo por ti ‒todas ríen, niego divertida.
Una vez que estamos listas, mi madre y abuela me ayudan a ponerme el vestido, era la segunda vez que usaba uno, y estaba segura que sería la última.
- Te ves preciosa mi niña, sobre todo, porque esta vez tu felicidad es de verdad ‒quería llorar, me echo aire evitando arruinar el maquillaje.
- Gracias mamá, me siento muy feliz de estar rodeada de gente maravillosa ‒todas nos abrazamos, escucho un toque en la puerta, señal de que es la hora.
Rose, Lilia y Monique serían mis damas de honor, mientras que Bras, Luc, Carson, Jacob y Omar serían los padrinos de Ancel.
Al abrir la puerta veo a mi padre, se queda muy quieto antes de comenzar a llorar, lo abrazo con fuerza.
- Mi querida Idi, ¿me dejarás pensar que es la primera vez que te voy a entregar? ‒asiento, la primera vez había sido todo tan raro que ahora parecía un recuerdo de alguna serie que hice.
- Vamos papá, ya es hora ‒él asiente, entrelazo mi brazo con el suyo antes de comenzar a caminar hacia el jardín. Las demás venían atrás, acomodando la cola del vestido y Rose sosteniendo mi ramo, era de flores naturales.
- Me voy a mi lugar mi niña ‒mi madre besa mi mejilla antes de caminar hacia las sillas de enfrente. Podía ver a Ancel de espaldas, ya que habían colocado una especie de cortina similar a un velo; junto a él mis pequeños y los tres hombres, no importaba que usara ese hombre, siempre se vería muy bien, me encantaba que los tatuajes eran bastante visibles.
La marcha nupcial comienza a sonar y él se da la vuelta. Le sonrío a mi padre antes de retirar la cortina y comenzar a caminar hacia él.
Ancel:
Podía parecer muy tranquilo y calmada, pero estaba nervioso como su puta madre, no era para menos, estaba por casarme con la mujer de mi vida, además, me había deshecho de todo lo que pudiera ensombrecer nuestra felicidad.
A mi lado, Bras y Luc esperaban impacientes ver a su mami, lo bueno es que ninguno de nosotros tuvo que esperar mucho ya que pronto la marcha comenzó a sonar y ella a caminar hacia mí. Me quede como idiota viéndola, ella siempre había sido una Diosa, ya fuese con ropa o sin ella, pero justo ahora parecía un ángel, el más bello y puro, lo que venía bien al maldito demonio que era.
- Cuídala Ancel ‒dice su padre tras dejar su mano en la mía.
- Con mi vida Benedict ‒y eso no era algo que dijera a la ligera, era un hecho. Mi suegro asiente, la abraza antes de besar su frente e irse donde mi suegra. Rose se acerca para darle el ramo y se coloca junto a las otras mujeres.
- Mami, eres un ángel ‒dice Luc casi como si pudiera leer mis pensamientos.
- Mami siempre se ve hermosa ‒ella acaricia sus mejillas, los pequeños vuelven a sus lugares.
- Este demonio tiene mucha suerte ‒beso el dorso de su mano, ella ríe negando.
Nos giramos al frente cuando el juez pide silencio para comenzar, ambos escuchábamos con atención hasta que llegó el momento de los votos.
- Yo, Ancel Baure-Fiore, hoy, frente a todos nuestros seres queridos y bajo el cielo que será testigo de nuestra unión, quiero prometerte con todo mi corazón que seré tu compañero, tu amigo y tu mayor apoyo ‒la miro a los ojos‒. Desde el momento en que nuestras miradas se cruzaron, supe que había encontrado a alguien especial, pero nunca imaginé que encontraría en ti mi hogar, mi refugio y mi mayor bendición ‒podía ver como sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas‒, prometo amarte con cada fibra de mi ser, en los días de sol y en los días de tormenta, cuando todo sea fácil y cuando el camino sea difícil, prometo escucharte siempre, con atención y con paciencia, incluso cuando nuestras opiniones sean diferentes, prometo aprender de ti, admirarte y respetarte, porque eres una mujer increíble, fuerte y llena de luz, y cada día me inspira a ser alguien mejor ‒seco suave sus lágrimas que ya comenzaban a caer‒, quiero ser tu risa en los momentos de alegría y tu hombro en los momentos de tristeza. Prometo caminar a tu lado, sostener tu mano y nunca soltarla, sin importar lo que la vida nos depare. Prometo cuidar de ti, de nuestros hijos, de nuestros sueños y de todo lo que construyamos, porque nada tiene valor si no estás a mi lado. Hoy, te elijo a ti Edith Astor Gastrell, con todo lo que eres y todo lo que serás. Te elijo como mi compañera de vida, mi confidente, mi cómplice y el amor de mi vida, y te prometo que cada día me esforzaré por ser digno de tu amor ‒ella niega suave‒. Gracias por ser mi todo, por llenarme de paz y por enseñarme lo que significa el verdadero amor. Hoy, ante el mundo, te entrego mi corazón, mi alma y todo mi ser, te amo y siempre lo haré ‒digo mientras coloco el anillo junto al de compromiso.