Capítulo 5

La arena se empieza a vaciar y aquellos que se dificultan para poder moverse son ayudados por compañeros a salir. Los soldados dentro de la zona de batalla deben ser urgentemente llevados al hospital, uno comienza a gritar cuando le ponen una plancha de metal al rojo vivo para detener el sangrado de la mano perdida. Unos fueron mucho más afortunados con solo haber perdido el conocimiento y no haber visto toda la escena sangrienta que se vivió.

Me quedo sentada mirando como poco a poco el lugar se queda desierto. La reflexión me invade, si ese día hubiera sido tan diferente nada de esto estaría pasando, aunque sea no estuvieras entre la violencia y todo sería diferente. Pero...ya lo hecho no se puede cambiar, ahora quedaste en la Guardia junto al último integrante de tu familia, sin embargo noto el pesar en tu cuerpo, no eres apto para este tipo de trabajo y tu corazón lo sabe pero lo callas diciéndote que es necesario para cumplir aquel deseo egoísta que tienes.

El estandarte que cuelga olvidado al fondo fue creado por tu culpa, aún cuando te opusiste, cuando consultaron las ramas que se deben enseñar tras las reformas internas en la Guardia nadie te escucho y la pusieron de todas formas. Dominación de Delirios, el solo nombre me aprieta el pecho tan fuerte que siento que me podría matar nuevamente. Hoy en día crees en la idea de que no debe existir y no es más al ver que nadie mas ha podido entrar a esta rama por algo muy importante, algo que solo tu has logrado al mostrar un corazón inocente y piadoso...la lealtad de una criatura, de un Delirio como ustedes le dicen.

Te llaman el General Desalmado, la combinación cruel de ustedes dos, pero....se tu secreto, uno profundo que tratas de ocultar de ti mismo, uno que no concuerda con el nombre que te han dado. Kazuo, estas en un grave peligro si continuas ese camino que escogiste, descubrirás verdades que se mantienen selladas en el pasado y abrirán heridas que se encontraban selladas. Kurt por favor te pido que lo protejas del dolor que esta por llegar y lo salves de una decisión que pueda lamentar, síguelo fielmente como haz hecho.