Mentiras, una y más mentiras....

Algunas respuestas...

ALESSANDRO.

Cada día que pasa, es más jodido que el anterior ya que ese idiota estaba alardeando que tenía en su poder a mi mujer. Demasiada mierda que soltaban los idiotas que estaban de su lado, pero que cada día lograba exterminar a por lo menos uno, no antes de sacarle algo valioso. Buen provecho que les había sacado, a cada uno.

Mientras que estaba terminando algunos documentos para una de mis empresas entra Isaac a mi despacho demasiado enojado para mi gusto.

- ¿Cómo mierdas vas a explicar esto cabron?

- De que mierdas me hablas tú. – estaba muy confundido por sus acciones.

De un momento me avienta un sobre amarillo en el cual están imágenes en donde el idiota de Alexander estaba con ese estúpido desde hace tiempo. Ese idiota me lo había ocultado, se atrevió a decirme de estupideces en mi cara, cuando ese pedazo de mierda estaba con él desde hace demasiado tiempo, por algo no menciono el hecho de que el mismo la había visto. Ese pedazo de mierda me va a conocer como realmente soy en estos momentos.

- Ve por ese imbécil y lo quiero en la bodega. –ordene aun viendo lo que me dio Isaac. - Con el trato que tú sabes.

- ¿Para cuándo? – se le veía más tranquilo.

- Para ya. - demande.

SARAH

Mis esperanzas estaban cada vez un poco más decaídas, ya que pasaban los días y Alessandro no llegaba, pero aun así maría y yo estábamos ingeniándonos para tratar de escapar de este maldito lugar.

Cada día trataba de ganarme la confianza del imbécil que me tenía secuestrada, pero que según él estaba en casa de regreso, a decir verdad, cuando menciono eso ultimo la última vez que le hable terriblemente mal, me quede un poco preocupada ya que él había mencionado que ya había estado en esta casa antes y no sé qué creer ya que mi cabeza no ayuda demasiado, aun no recuerdo bastantes cosas de las que hice en el pasado pero lo que si me ha pasado seguido son dolores intensos de cabeza, según el doctor que mando a traer aquella vez que el mismo presencio uno de mis dolores de cabeza intensos, menciono que se debe a que estaba teniendo situaciones muy estresantes en las cuales se involucraban personas de mi pasado.

Desde ese momento ya casi no tengo muchos encuentros con el sujeto implicado en por qué este aquí, me ha traído bastantes libros para entretenerme ya que no me deja tener mi celular, también maría se la pasa más en la habitación que ocupaba ya que a mí no me gusta para nada salir a recorrer la casa en la cual nos encontrábamos.

De hecho, justo en estos instantes estaba leyendo un libro cuando se abre bruscamente la puerta de la habitación y por ella aparece alguien que no esperaba ver jamás en mi vida. No en esta situación en la cual me encontraba.

- Así que al fin te estas portando bien querida Sarah. – me dedico una pequeña sonrisa.

- Sebastián? – estaba demasiado confusa.

- Así es querida. – y justo ahí reconocí esa estúpida voz.

ALESSANDRO

- Alessandro, ya casi está todo listo para que pongamos en marcha el plan. – me recordó Carlo.

- Está bien Carlo y sobre la otra cosa, ¿ya sabes algo? – estaba desesperado para que las cosas empezaran a tomar forma.

- De hecho, Harry viene para acá con toda la información que hemos encontrado junto con algo más el mismo encontró. – menciono con la misma calma que lo caracterizaba.

- Bien, le dices a Harry cuando llegue que pase directo sin tocar. – demande.

Simplemente asintió con la cabeza, sabe que en estos momentos no quiero que nadie me toque los cojones, ya que toda esta situación me tenía realmente mal, pero solo era cuestión de horas para al fin ir por ellas y encargarme de esos malnacidos.

Aunque sé que se me vera un poco complicado lo último ya que aún tienen un informante entre mis filas, aún sigo dándole vueltas en mi cabeza de quien podría ser la rata que se equivocó en traicionarme.

Justo en ese momento Harry entra por la puerta luciendo furioso.

- ¿Qué encontraste?

- Oh Alessandro que no encontré, esa sería la pregunta correcta. – mostro una pequeña sonrisa de lado. – mira nada más esto.

Me lanzo una carpeta en donde contenía cuantas bancarias, transferencias, más papeles y unas cuantas mierdas más, aun no lograba entender de donde venía todas estas porquerías, lo entendí todo cuando llegué a las fotografías. Que el jodido infierno se congelara.

- Que mierdas es esto Harry. – necesitaba una explicación pronto.

- Pues resulta que nuestro querido Sebastián está detrás del accidente que le ocurrió a Sarah. – respondió como si nada. – por su culpa y de otros idiotas Sarah perdió la memoria. Además de que nos hicieron creer que Sebastián se había muerto en manos de su hermano Aiden. – aun no podía creer que toda la mierda que estaba soltando Harry en esos momentos.

- Eso es lo que querían que pensáramos, pero en realidad no lo pudo matar ya que le revelo información acerca de su queridísima familia. –todo lo que estaba diciendo era sarcasmo puro, lo podía notar en cada uno de sus gestos. – todo esto ha sido orquestado por nuestros hermanos favoritos Alessandro, recuerdas que siempre nos hemos preguntado el por qué aiden tenía cierto parecido con la hermana de Alexander y que Alexander se parecía demasiado con Stevens.




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