Mentiras, una y más mentiras....

¿Tú eres mi padre?

Sarah

Estaba por terminar uno de los tantos ejercicios que me ha puesto alessandro, cuando repentinamente uno de los hombres que estaba por ahí, entro corriendo, se le veía un poco sudoroso y nervioso, cual me puso a alerta.

  • ¿Qué es lo que ocurre?
  • Mi señora, el señor la necesita en su despacho de inmediato. Dice que es urgente.

No tuvo que decirme más, ya que de inmediato me encontraba corriendo en las escaleras, temiendo lo peor. Justo cuando llegue, ni siquiera toque la puerta y entre como si nada. Lo que vi me sorprendió demasiado, estaban mis supuestos padres justo ahí, junto con alessandro.

  • ¿Qué es lo que ocurre amor? – pregunte con desconfianza.
  • Estos señores te tienen que decir algo. – demando.
  • Estas personas no tienen nada que decirme, ya me han dicho suficiente. -Mire a los que alguna vez fueron mis padres.
  • Amore, tienes que escuchar lo que ellos te tienen que decir, es muy importante. – me miro impasible.

Dudé unos instantes, pero por cómo me estaba mirando alessandro, no pude negarme así que tuve que ceder, aunque por lo menos tendría tal vez respuestas por primera vez.

  • Bien. – dije derrotada.

Pasaron algunos minutos en los cuales, esos señores se miraban, pero no soltaban ninguna palabra. Harta de esta situación estaba dispuesta a marcharme, cuando empezó a hablar el hombre que creí que era mi padre.

  • No sé cómo empezar esto, pero solo te pido que escuches, por favor.

Tal solo asentí con la cabeza, desesperada por respuestas o algo.

  • Todo empezó cuando éramos jóvenes querida, mi vida no era para nada a como lo es ahora. Era totalmente diferente, estaba metido hasta el cuello en problemas demasiado grandes con personas para nada amigables y tendría aproximadamente tu edad cuando conocí a tu padre un hombre realmente intimidante a primera vista. – se le veía un poco risueño. – era realmente alto, estaba tatuado la mayor parte del cuerpo, su cabello siempre se lo revolvía cuando estaba un poco estresado. Pero era un buen tipo que me ayudo bastante en ese tiempo, nos fuimos conociendo y me di cuenta que no era lo que aparentaba frente a todos esos tipos. El me ayudo a convertirme en lo que soy ahora, un gran empresario. – cuando menciono eso se le veía nostálgico.
  • Y bueno yo era mejor amiga de tu madre. – por primera vez hablo Adriana, mi supuesta madre. – la conocía de toda la vida, éramos inseparables, siempre nos veías juntas en cualquier parte en la que íbamos. Tu madre era realmente hermosa y una gran persona, eso sí tenía sus momentos de rebeldía. – menciono con una sonrisa en la boca. – de echo por culpa de tu madre conocimos a tu padre y a esteban, fue en una de las tantas peleas de tu padre. Creme que al principio dudaba de la relación de tus padres, por temor a que tu padre le hiciera daño a mi mejor amiga, mi hermana. Pero tu padre nos demostró a todos que él la amaba y la protegería siempre.
  • Si quieres una idea de lo que era la relación de tus padres, la describiría como una de las mejores, eran mejores amigos, confidentes y amantes. Y créeme que eso no lo logran muchos. – se le veía serio.
  • Pero después de muchos años de feliz matrimonio y criar a una hermosa hija, tu padre un día menciono que tenía negocios en otro país y tu madre no quería dejarlo ir solo, tenía un mal presentimiento de ese negocio y como terca que era ella decidió que iría con él, pero no te querían llevar a ti, no te querían exponer a eso todavía, así que te dejaron encargada con nosotros. – soltó un pequeño suspiro.
  • Y días después de que ellos se fueran, nos llegó una carta de tu madre en la cual nos decía que nos hiciéramos cargo de ti, que te criáramos como una hija más. Creme que al principio yo no sabía los motivos de esa carta, hasta que nos llegaron con la noticia de que tus padres habían muerto. La noticia nos tomó por sorpresa a los dos, incluso no queríamos creerlo hasta que no viéramos sus cuerpos, pero lo único que nos entregaron fueron cenizas. Por algunos años manteníamos las esperanzas de que ellos llegaran y estuvieran bien, lastimosamente eso no paso. Después planeamos contarte quienes eran tus padres, pero lo fuimos aplazando hasta que bueno fueron pasando los años, tu ibas creciendo y pareciéndote a las dos personas que siempre estuvieron con nosotros, juntando el hecho de que te mirabas tan feliz diciéndome papá o diciéndole mamá a Adriana, que no tuvimos el valor de decirte nada, hasta bueno un año atrás cuando notamos que estabas metiéndote en problemas más grandes cada vez.

Se calló abruptamente, tratando de encontrar el valor de decirme lo que fuera que la atormentara por dentro.

  • Que cuando al fin nos decidimos en decirte la verdad, ocurrió ese accidente y bueno, nos acobardamos y empezamos a tener problemas cada vez más grandes. Por mi parte pensé que el culpable de que empezaras a relacionarte con personas malas era del hombre que te hace feliz, por eso trate alejarlo lo más posible de ti, de echo convencí a Ricardo que no te dejara hablar con extraños, pero obviamente estaba totalmente equivocada.
  • Yo bueno, desde ese momento he tomado demasiadas malas decisiones y bueno quería protegerte de cualquier cosa, pero no lo logre.




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