Mentiras, una y más mentiras....

“FAMILIA FELIZ”

La familia Black siempre fue conocida y temida, todos los del bajo mundo sabía que no debían de meterse con ellos ya que podrían acabar muy mal, en aquellos años se sabía que monopolizaban todo el negocio, eran los mejores y más despiadados; el jefe de la familia Black quería seguir con su legado, era lo que más anhelaba, además de su gran fortuna y poder, prontamente su mujer le dio la gran noticia del año, su primogénito ya estaba en camino. 

Ángel Black, el primogénito y al cual le enseñaron del negocio desde que aprendió a decir su nombre, era un niño un tanto complicado según se platicaba con los empleados de la familia Black o la gente, para unos era un hermoso ángel tal cual su nombre, más sin embargo no sabían que estaban viendo crecer a lo peor que le pudo pasar a la familia.  

Años después llego la pequeña de la familia, Alexandra Black y desde que llego el pequeño tenía demasiada afinación por ella, no se separaba de ella en ningún momento, no debajo que nadie se le acercase a menos que tuviera su aprobación; todo mundo creía que era demasiado tierno que el hermano mayor protegiera a su hermana pequeña, el cariño que tenía por su pequeña hermana prontamente sería remplazado por otro sentimiento más fuerte. 

Prontamente el heredero del negocio, era merecedor de todo lo que le prometieron desde que nació, su inteligencia, su fuerza, tal cual como su padre e incluso mejor que el, más sin embargo no sabían que el perfecto heredero era un total y estúpido engreído, que se obsesiono con su pequeña hermana al enterarse que podría perder lo que tanto le habían prometido, la pequeña solo quería pasar más tiempo con su padre y este complacido le empezó a enseñar a su hermosa hija. 

Con total sorpresa el líder de la familia se dio cuenta que su preciosa princesa, con tan solo dieciséis años ya era mucho mejor que su primogénito al cual le había tomado bastante llegar al nivel al que estaba, así que decidido prefirió pasarle su legado a su princesa. Así que enfurecido, decidió enfrentarse a su nueva competencia, todo su cariño se convirtió en celos y odio puro por aquella que solo había querido pasar tiempo de calidad.  

Los planes se empezaron a crear, las alianzas se empezaban a formar y todo a espaldas de su padre, seis años le llevo completar su grandioso plan, el cual tan solo le llevo menos de dos meses descubrirlo a su hermana y enemiga en ese entonces, todo gracias a que alguien cayo profundamente enamorado de aquella heredera del negocio familiar. Todo fue demasiado sencillo para aquel par de enamorados, más sin embargo dejaron clavos sueltos, los cuales tratarían de matarlos cada vez que podía. 

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  • ¿Padre? - preguntaron al unisonó los hermanos Black. 

  • Niños, le diría que sorpresa verlos por aquí. - mostro una desagradable sonrisa de lado. - pero ya me esperaba esto. 

Un silencio se formó después de ese comentario, muchos de ahí sabían cómo era ese sujeto, lo conocían demasiado bien; Alexandra, Marco y Cary no podían creer que el estuviera vivo, era inimaginable. ¿Como era posible que Ángel Black se encontrara vivo? Cary se había encargado de él, ellos estaban de testigos, que demonios estaba pasando en aquella sala? 

  • Hija... peque... - Sarah no dejo terminar a la mujer que la engendro. 

  • Ni se te ocurra decirme así. - la rabia corría por sus venas a toda velocidad. - no tienes el derecho para hacerlo. 

  • No le hables así a tu madre Sarah!. - reprendió Marco al instante. - tu madre solo quiere saber por qué ese sujeto se encuentra aquí. 

  • Hablaron los padres del año. - respondió sarcástica. 

  • Bueno, quisimos o más bien. - se corrigió al instante un Luke alegre. - tuvimos que revivir a algunos muertos queridos. 

  • Esta fiesta va a hacer interesante. - murmuro con una sonrisa en los labios Alessandro, mirando directamente a su grandísimo padre. 

  • Mi único orgullo, tan irrespetuoso como siempre. - la pequeña sonrisa que surgió después de ver a Alessandro, se convirtió en una mueca al instante. - lástima que no seas mi verdadero hijo. 

  • Y yo lo agradezco. - su sonrisa burlona aún no se borraba. - porque si no, significaría que estoy enamorado de mi prima. 

Eso ultimo conmociono a varios, en especial a aquellos hermanos que no sabían ni un carajo de lo que estaba pasando en ese lugar; ni siquiera aquel al cual se había considerado el consentido de su padre, ninguno de ellos dos sabia una completa mierda. 

  • ¿De qué demonios estás hablando Alessandro? - pregunto furioso Sebastián. 

  • Lo que escuchaste querido “hermanito”. - su sonrisa burlona no se borraba, a pesar de todo. 

  • ¿Por eso me tratabas así después de esa salida Sarah? - inmediatamente alexander hablo, su voz sonó desaminada. 

  • Si, fue ahí en donde me entere que éramos familia. - se le veía un poco incomoda con esa pregunta. 

  • ¡Esto es imposible! ¡¿Como demonios es esto posible?! - a Sebastián se le veía colérico y confundido en demasía. 




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