Mentiras y Traición

Capítulo 8

 

Capítulo 8

 La furia
 
Momentos antes del amanecer, Jarlath fue informado por Engel de que Sirsha y Declan no se encontraban en el castillo. Habían comenzado a buscarlos horas antes cuando notaron que los movimientos habituales de ambos no llamaron la atención.
Jarlath se cercioró durante años de ir reclutando soldados desertores y desleales para el plan que tenía de tomar el reino por la fuerza y destituir a Cronan a cambio de puestos de poder.
Aoife no tardó en enterarse y estallar en furia contra su prima que si no era encontrada,  en pocos días podría destruir años y años de planes.
 
Engel: (preocupado) Endemoniado Declan. ¿Cómo pudo enterarse de nuestros planes? Nunca salieron de estas paredes.
 
Jarlath cambió su rostro de iracundo a pensativo y de pronto un nombre se hizo presente en sus labios:
- Aodhan.
 
Engel: (con temor) ¿Aodhan señor?
 
Jarlath: ( duro) Sí, Engel. Aodhan.
 
Engel: Pero, señor, Aodhan fue muerto por usted en la destrucción del reino de Riordan. El original reino de Riordan.
 
Jarlath: No. No murió. No hay otra explicación. Maldito viejo. Estuvo todos estos años vigilando nuestros movimientos. Y Declan al tanto seguramente.
 
De repente, Jarlath recordó subrepticiamente que los ojos de Declan se parecían mucho a los de alguien que había conocido tiempo atrás. Una luz de comprensión de muchas singularidades se le vino como por arte de magia y estalló en desesperación.
 
Jarlath: Hay que apresurarnos. (A Engel) Abriré el túnel que comunica a los infiernos e invocaré a Eoghan inmediatamente.
 
Aoife intervino en la conversación: - ¿Quién es Aodhan?
 
Jarlath: Alguien que si sigue vivo y está metido en esto puede llevarnos al fracaso. Siempre me venció en todo, pero no permitiré que pase de nuevo. Por otro lado, que suceda esto es mejor querida. Teníamos otros planes, pero a veces, determinados cambios son mejores. Tomaremos el reino encerrando a tu padre en los calabozos y diremos que Declan lo mató y se llevó a Sirsha. Eso creará confusión en el pueblo. Tú tomarás el poder por derecho real y me rectificarás como consejero. Mandaremos a buscar a tu adorada prima para rescatarla de Declan, o al menos eso es lo que pensarán todos. Mientras, Eoghan los buscará junto con nuestros soldados y los matarán a ambos. Luego diremos que Sirsha murió en el intento de rescatarla. ¿Entiendes querida? Nuestros planes cambiaron para bien. Con los Soldados de la perdición nuestro éxito está asegurado. Dominaré la Tierra y tú serás mi reina. ¡Vamos! Es hora de quitar de en medio a tu padre y a Mebh. Pero antes vete un momento con Engel. Necesito llamar a un viejo amigo.
 
Al quedar solo, Jarlath sacó la esfera negra de uno de los tantos escondites que tenía en sus aposentos. La esfera negra había sido creada para el mal y para desatar la desgracia. Con ella, el mago abrió parte del portal del infierno para que saliera de él un demonio de color bordó como la sangre, de una estructura descomunal y unos cuernos y garras que amedrentarían a cualquier mortal en la Tierra. Era el famoso Eoghan, capitán de la mismísima guardia del infierno a sus órdenes.
 
Jarlath se arrodilló en señal de respeto:
 
Jarlath: Mi señor. Ha llegado la hora que tanto han esperado. Pero la causante de que los planes fracasen se ha escapado y debe matarla.
 
Eoghan: (con actitud de superioridad y arrogancia) Sé de quién hablas.  Yo me encargaré. Tú cumple con tu parte que yo haré mi trabajo.



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En el texto hay: acción escape amor, traicion, intriga

Editado: 16.09.2020

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