Capítulo 41

Capítulo 41
 
Cavilaciones
 
Pasaron algunas horas luego de la plegaria de Aodhan y ningún portal mágico se abrió hacia el mundo de las hadas. O al menos eso pensaba Sirsha.
El tiempo pasó con ambos jóvenes mirando al mago que se había sentado en la Tierra y haciendo una fogata canturreaba frases incomprensibles hasta quedarse completamente callado.
Sirsha: (a Declan) Faltan 3 días para la Luna Nueva y ahora se sienta a cantar.
Declan: Debe estar invocando a Oonagh para que aparezca.
Sirsha: ¿Y quién nos dice que Oonagh le responderá?
Declan: Supuestamente en el pasado se conocieron y trabajaron por el bien común.
Sirsha se cansó de estar parada esperando y todos terminaron sentados mirando el fuego.
La princesa se notaba cansada y desilusionada. En ese tiempo frente al fuego pensó que Jarlath poseía demasiado poder y alguien como ella no podría hacer mucho para detenerlo. ¿Qué garantía proclamaba que ella era la elegida y podría vencerlo?
No pudo Cronan que tenía todo el poder de la maldad; no pudo su padre con un mago blanco de su lado; no pudo Cian, movido por el amor a una mujer; no pudo ni el mismo Aodhan... ¿Dónde estaba escrito que ella podría contra Jarlath, Aoife y los Soldados de la Perdición?
Comenzaba a hacerse de noche. Quedaban dos días para que terminara todo.
Declan del otro lado de la fogata no pensaba cosas muy diferentes de la princesa. Pero a sus pensamientos se sumaban otros miedos que le doblegaban el corazón. Aunque la batalla fuera ganada, había cosas que él no quería perder.
En aquellas cavilaciones estaban los dos cuando una voz a sus espaldas pronunció un nombre con tono de esperanza:
-¡Sirsha!