Mentirosa

Capítulo 4

Han pasado dos meses desde que venimos a Paris. Las cosas fueron realmente bien, nos adaptamos rápido y perdimos el miedo a hablar nuestro francés intermedio, el cual en dos meses ha mejorado demasiado.

Tanto a Nessa como a mí, nos va bien en nuestras asignaturas y no fallamos en ninguna en los primeros exámenes. Los fines de semana en los que logramos terminar los deberes temprano, los aprovechamos para dar un paseo por las tardes y en la noche ir a una discoteca con otras compañeras de piso.

Hemos hecho muchos amigos, los cuales nos han ayudado con el idioma a cambio de que nosotras también los ayudemos a ellos. También hemos tenido algunos ligues, Nessa sobre todo. Yo al principio me sentía mal, pero no solo Nessa, sino también otras amigas —a quienes les conté mi triste historia con Sen— me alentaron a seguir con mi vida. Aún tenía muchas dudas, pero la gota que derramo el vaso fue que Nessa me confeso que llamo a Sen hace unos días y en el fondo logro escuchar la voz de una mujer que le pedía que regresara a la cama.

Ese día me puse mi vestido más seductor —corto y revelador— y salimos a una discoteca donde bebi un poco y baile con un par de chicos que me comí a besos en una esquina oscura y solo a uno le permití meter mano, pero no paso nada más.

Por ridículo que suene, Sen rondaba por mi cabeza mientras me besuqueaba en una esquina y eso mismo es lo que no me ha dejado disfrutar mis demás ligues. El maldito logro grabarse por completo en mí y aunque ahora odie eso, en el fondo me encanta.  

—Agh… — pase mi mano por mi boca, quitando rastros de vomito.

Resople mientras levantaba la cabeza de la taza del baño, y cerré los ojos con fuerza. Mi cuerpo tiembla y pase mis manos por mi rostro. Sentí otra oleada de asco y volví a meter la cabeza en la taza, donde el líquido salió de inmediato por mi boca.

Mierda. Mierda. Mierda.

¡Jodida mierda!

Cuando pensé que había terminado, tire da la cadena y salí del cubículo. Mire mi reflejo en el espejo mientras me lavaba las manos y enjugaba mi boca. Por último, moje mi rostro y mi cuello.

Estoy pálida y mis ojos están rojos. No hay forma de que pueda seguir negándolo.

Fue hace dos semanas que comencé a tener repíntenos mareos y ascos, al principio pensé que tenia que ver con el estrés de los próximos exámenes —ya que paso lo mismo con los primeros—, pero cuando acompañé a Nessa hace unos días a la farmacia para comparar lo que necesita para su periodo menstrual, me di cuenta que yo no he tenido el mío en mucho tiempo.

Al principio no le di importancia, soy irregular y lo máximo que mi periodo a tardado en llegar, son dos meses. Los mismos meses que tengo en parís, pero ahora no puedo seguir negando mis sospechas cuando acabo de vomitar dos rebanas de pizza.

Esto nunca me había pasado. No con la pizza o cualquier alimento que tenga queso.

Yo podría…

Respire hondo y me sobresalte cuando la puerta del baño fue empujada entrando un grupo de chicas. Moje de nuevo mis manos, las sequé con unas servilletas y salí de ahí.

Los pasillos están llenos de estudiantes, a esta hora la mayoría tiene libre y justo diez minutos atrás me encontraba en la cafetería comiendo junto con Nessa y algunos chicos con los que compartimos asignaturas.

Sali de las instalaciones de la universidad, solo llevaba conmigo mi celular y unos cuantos billetes. Cuando visualice la farmacia me vibro el celular, era un mensaje de Nessa preguntado donde estaba, me disculpe y le pedí que cuando volviera a la residencia llevara mi mochila con ella.

Entre a la farmacia y suspire de alivio al verla vacía. La mujer que me ha visto un par de veces en estos dos meses, me saludo con una sonrisa la cual tembló cuando le dije lo que necesitaba.

Tal vez se acuerde de mí, hace dos meses le pedí una pastilla del día siguiente y ahora le pedí dos pruebas de embarazo. Debo de darle lastima.

Mierda y mas mierda.

Maldije mentalmente cuando saque los billetes que llevo conmigo y no me alcazaba del todo. Cuando le pedí que solo me cobrara una prueba, ella con una sonrisa de complicidad solo me cobro una prueba, pero puso dos en la bolsa negra que me dio. 

—Merci beaucoup.

Con paso rápido regresé a la residencia, por suerte Alicia no se encontraba en su mini oficina y subí las escaleras de dos en dos. Entre a uno de los baños libres y abrí las dos cajas, me senté en la taza y oriné. Después seguí las instrucciones y con mi alma amenazando dejar mi cuerpo, esperé cinco minutos con la espalda recargada en la pared y sin dejar de mover una pierna, totalmente ansiosa.

—Una línea será negativa y dos líneas será positiva. Una línea será negativa y dos líneas será positiva. Una línea será negativa y dos líneas será positiva… — repetía para poder mantener mi cabeza ocupada. 

¿Qué hare si estoy embaraza?

Seguro me quitaran la beca y me echara, además no he tenido contacto con Sen en todo este tiempo. ¿Cómo podría llamarle después de esa despedida telefónica solo para informarle que estoy embarazada?

¿Y si ya me olvido por completo? ¿Y si tiene novia?




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