Mentirosa

Capítulo 5

Al día siguiente de mi visita al hospital y confirmar por todos los medios que estoy embaraza, entre en pánico al leer el mensaje de la señorita Moreua, pidiéndome que vaya a las oficinas apenas ponga un pie en la universidad.

Aun faltaba media hora para las ocho, así que después de sacudir a Nessa por más de 15 segundos, ambas nos apuramos en marcar una enorme X en la pizarra de los baños y nos duchamos en tiempo récord, antes de que comenzarán a golpear y gritar fuera.

Cuando salimos, la habitual fila de esa hora ya estaba plantada. Nos despedimos con una sonrisa de nuestras compañeras y al bajar, también nos despedimos de Alicia, quien estaba discutiendo algo con uno de sus hijos más pequeños.

El camino a la universidad fue de lo peor, tengo pánico, el cuerpo me tiembla y tengo ascos. Seguro apenas recibió mi mensaje, hablo con el director y tuvieron una charla con mis profesore… dios ¿Qué piensan mis profesores de mí?

¡No Olivia! ¡No vas a llorar! 

Empujamos las puertas, por suerte aun no hay muchas personas en la oficina y el horrible olor de todas las colonias mezcladas no es tan fuerte, por lo que pude controlar los ascos.

—Olivia. — la señorita Moreua, se acercó de inmediato y me abrazo. —Bien linda, ahora mismo el director te esta esperando. Tendrán una charla donde él te dará su decisión final.

—Hum… sí. — caminamos hacia un pasillo que lleva a una fina puerta de madera, y nos detuvimos frente a ella.

—Nessa y yo te estaremos esperando en este pasillo. — la mire con pánico. —El quiere que sea una charla a solas. 

Mis hombros temblaron y mi estomago se retorció, solo he visto al director una vez y eso fue en la ceremonia de bienvenida a los de primer año. No es muy viejo, pero tampoco es joven. Tanto su mirada como su tono fue intimidante, tanto que Nessa y yo bromeamos con nunca meternos en problemas para no tener que enfrentarnos a él.

Y ahora estoy frente a la puerta de su oficina y el decidirá si puedo continuar con mis estudios o tendré que gastar parte mis ahorros en un vuelo de regreso a Boston.

—Ve. — estaba sin aliento, pero me obligue a levantar el puño y golpear dos veces la puerta.

Un adelante inmediato me hizo perder todo el color de mi rostro, él me esta esperando y yo lo enfrentare. No sé cómo, pero lo intentare.

Mire a Nessa y a mi asesora, ambas me dieron una mirada de apoyo y entonces gire el pomo de la puerta y entre. Suspire lentamente al cerrar la puerta detrás de mí, mire la alfombra negra que esta sobre mis pies y un aroma fresco logro que el liquido que amenazaba con pasar de mi garganta, desapareciera poco a poco.

—Señorita Blaze. — me estremecí y no respire por dos segundos. —Tome asiento.

Levante la cabeza, mire al hombre que tiene la mayor autoridad en esta universidad sentado detrás de su escritorio y quien me mira con una mezcla entre seriedad y preocupación. Mis sentidos regresaron, camine hacia su escritorio con torpeza y la música clásica que salía de su computadora se detuvo cuando el hizo un click sobre el mouse.

Suspire lentamente después de mover la silla hacia atrás y sentarme en ella. Él se inclinó hacia adelante y coloco sus manos sobre el escritorio. Justo frente a mí, haciéndome sentir una gran presión en el pecho.

—¿Estas bien? — mis ojos temblaron y asentí, sin decir nada. —Estás muy pálida.

—¿Eh? — toqué mi rostro, confirmando que no hay rastros de lagrimas y sonreí para restarle importancia. —Si, bueno. Estoy un poco asustada ahora mismo. — confese y reí nerviosa.

El suspiro y relajo su expresión. Me pareció un gesto muy amable de su parte tratar de tranquilizarme.

—La señorita Moreua, me hablo sobre… — respiré hondo y asentí. —Sobre su embarazo.

—Si.

—Y ya que aun todos los profesores de la facultad de ingeniería en animación y efectos visuales aún estaban en las instalaciones, los reuní para hablar sobre tu situación.

Pase saliva y me aferre a los reposabrazos. El director se detuvo y frunció el ceño, mostrando más notoriamente su preocupación.

—¿De verdad está bien? — negué.

—Agua… — le pedí y el de inmediato lleno un vaso de agua y me lo entrego.

Me la tome de un solo trago y suspire, estuve inhalando y exhalando durante casi cinco minutos. Hasta que logre calmarme.

—Perdone. — hable, avergonzada. —Se trata sobre mi futuro, mi sueño de la vida. — sonreí ligeramente. —Entenderé si quieren echarme.

El se relajo y se inclino hacia atrás, hasta que su espalda toco el respaldo de su silla.

—Ayer hable con sus profesores y tomando como base su presentación en vivo para entrar al programa de becas y el cómo ha trabajado estos dos meses, para llegar todos a una decisión. — volvió a inclinarse hacia adelante y poner sus manos sobre el escritorio. —La decisión ya esta tomada y no hay manera de que sea cambiada. — cerré los ojos y me tragué mis ganas de llorar. —Pero antes de decírselas, me gustaría escuchar cuales serán sus planes.

Aprete mis manos y titubee por unos segundos. Aun no me ha dicho si podre seguir o tendré que irme, y ya que ni yo se la respuesta, solo dije lo que se me vino a la mente.




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