Mentirosa

Capítulo 10

Esto apesta demasiado.

Los chicos están en mi habitación jugando con Lia, lo cual agradezco mucho ya que me siento horrible y lo único que quiero es que drenen su energía. Que se quede dormida hasta mañana si es posible.

—Tengo que irme. — Nessa beso a Lia y bajo de la cama. —Saldré a dar un paseo con Sen.

—¿Todo fue bien anoche? — pregunte un poco nerviosa.

—Tranquila. — gire un poco mi cabeza y ella me guiño un ojo. —No le dije nada.

—Gracias y perdona que te haga mentirle a tu hermano. — se acercó y me abrazo por detrás.

—Eres la madre de Lia, mi sobrina. Y si crees que esto le hace bien a ese hermoso ángel, entonces te apoyare. — suspire. —Bien, nos vemos mañana. Esta noche sin duda alguna tendré sexo.

Blanquee los ojos y mientras seguía con la mirada en la pantalla de la laptop, escuche como se despedía hasta que salió de la habitación.

—Nos hemos quedado solos Lia. — hablo Joshua. —Mamá no nos hace caso, así que también haremos como si no estuviera.

Bufe y gire mi cuerpo que está sentado en la silla de madera frente a la mesita. Él tiene a Lia en su regazo y la molesta con el oso de peluche que le regalo.

—No estoy ignorándolos, solo estoy aprovechando la presencia de ambos para poder jugar un poco con este software de animación y no tener que esperar la explicación en clases. — volví a girarme.

—Vez Lia, como mamá te ignora. — blanquee los ojos y esta vez los ignore.

Paso alrededor de una hora más, el dolor de cabeza es insoportable y toso de vez en cuando. Me siento tan agotada que solo quiero que Lia se duerma, para entrar a la cama.

Suspire y cerré mis ojos, cuando volví a girarme mire a Joshua como si estuviera loco. Bueno, en realidad lo está.

—Deja de jugar con mi extractor de leche materna. — él se rio y Lia movió sus piecitos. —Oh, alguien tiene hambre. — dijo, al ver como la bebe apuntaba a su pecho.

Cerré la laptop y me puse de pie para pasarme a la cama, donde me dio a Lia y él se paró.

—Bien, es hora de irme. — estiro sus brazos. —Tengo que arreglarme, esta noche también tendré sexo. — camino hacia la puerta, pero se detuvo antes de salir. —Deberías de venir la siguiente vez, Olivia.

Levante la mirada y él sonrió ligeramente.

—Eres hermosa, y no pasara nada si te tomas unas horas de descanso para divertirte.

—Lo pensare, gracias. Bonne chance.

—Allons à la chasse!  — me reí y él dejo la habitación.

Suspire y me levante la blusa para descubrir mi pecho, Lia de inmediato levanto los bracitos y yo la acomode en mi brazo para que alcanzara el pezón. Ella succiono e hice a un lado el extractor de leche materna.

Mire la hora en mi celular, no puedo creer que me pase toda la tarde en la computadora. Pero estando de espaldas, fingiendo que hago algo importante, me ayudo bastante para que no notaran mi horrible aspecto.

Mi vista se está nublando, siento sudor en la frente, pero tengo frio, mucho frio. Lia dejo el pezón, y con todas mis fuerzas la levante para oler su pañal el cual aún no necesita ser cambiado y la arrulle hasta que se quedó dormida.

Me levante y la coloque en la cuna, tuve que sostenerme un momento y cerrar los ojos con fuerza, ante un repentino mareo. Me dejé caer en la cama y con el cuerpo tembloroso me cubrí hasta el cuello.

Mañana pasara. Solo tengo que dormir.

Cerré los ojos, mi respiración se aceleró unos segundos y después se ralentizo. Siguió sintiendo mucho frio, pero mi cuerpo tembloroso esta empapado en sudor. La cabeza me va a explotar y por más que quiero moverme, simplemente mi cuerpo no reacciona.

No sé cuánto tiempo paso, pero el llanto de Lia me alerto, quiero levantarme, pero no tengo fuerza ni para abrir los ojos.

—Lia…

Sigue llorando, cada vez más fuerte y no importa cuánto lo intente, no puedo moverme. Me está entrando pánico, el llanto tiene tiempo que comenzó, alguien toca la puerta y dice mi nombre.

Ahora que recuerdo, debí ponerle seguro. Es fin de semana, algún estudiante borracho podría confundirse de habitación, pero eso ahora mismo me salvaría.

—Olivia…. ¡Olivia! — sigue tocando, Lia sigue llorando, el dolor de cabeza es más fuerte. —¡Voy a…!

La puerta sea abrió, escuche a alguien llamándome y después unas sacudidas en mis hombros. Entreabrí los ojos, pero todo es borroso, así que volví a cerrarlos. Apenas soy consciente, escucho dos voces y no logro entender nada, pero al menos el llanto de Lia está disminuyendo.

—Está ardiendo en fiebre.

—Pero también está temblando.

Siguieron hablando, pero de nuevo las voces se escuchaban lejanas. Sentí algo colocarse bajo mi espalda, y después una sensación a vértigo. Lo único que pude hacer fue mantenerme quieta y aferrarme a ese rico aroma que me es conocido.

Me quede dormida, lo sé porque me sentía demasiado bien. No había dolor, no había temblor y, sobre todo, no había miedo. Como antes, cuando era una pequeña niña que la hacía feliz dibujar e ir al cine.




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