Mentirosa

Capítulo 14

Mire a Alicia quien está sonriéndole a Lia, no voy a negar que a veces me pongo un poco celosa de que mi hija esta tan cómoda con Alicia, pero también soy consciente que algunos días pasa más tiempo con ella que conmigo.

Así que no tengo derecho a quejarme.

—Llene cuatro biberones, así que no tendrás problemas si se levanta en la madrugada.

—Entendido. — le entregue la pañalera y se la colgó en el hombro. —Ve y diviértete, te lo mereces. — sonreí.

—Muchas gracias, en verdad eres mi super girl. — se ríe. —Cariño, mamá regresa mañana. Te amo. — Lia me miro y cuando bese la punta de su nariz, se rio.

Joshua y Nessa también se despidieron con un beso, subimos al auto para ir a la discoteca y festejar que los exámenes terminaron y estamos de vacaciones.

—Tenemos que divertirnos a lo grande, que no las vere hasta dentro de un mes.

—Te vas el lunes. — suspiramos.

—¿Tú no iras a casa? — le pregunte a Nessa.

—No. — sonrió ampliamente. —Llame a mamá esta mañana para contarle sobre Loan, me bombardeo con preguntas y al final me dijo que me quedara para estar con él.

—Hum, creo que debería de inventarme una novia para que mi madre también me deje de insistir en ir a New York.

—Joshua, estoy segura que no es solo para buscarte pareja que te insisten tanto que vayas a verlos en las vacaciones. — suspire. —Ellos en verdad deben de extrañarte, eres su único hijo.

Si yo estuviera con mis padres, los iría a ver siempre que pudiera.

—Se que lo dices por tu situación, Olivia. — me miro por el espejo retrovisor. —En verdad amo a mis padres, pero algunas veces me sofocan tanto que por mi bienestar es mejor tenerlos lejos un tiempo.

—Joshua tiene razón, Olivia. — mire a Nessa. —Sabes que amo a mi madre, pero en verdad hay algunas veces en que se entromete tanto en mi vida que termina siendo muy molesto.

Mordí mi labio. Si en algo estamos seguros, es que nunca podré entender sus palabras y ellos no podrán entender las mías. Estamos equilibrados, y mejor dejamos esa charla.

Llegamos al lugar, Joshua aparco el auto en el estacionamiento y bajamos para entrar a la discoteca. Es difícil encontrar fila, así que pasamos de inmediato. El lugar está muy lleno y la mayoría son estudiantes de la universidad que vinieron a divertirse por la misma razón que nosotros.

El fin del semestre.

Solo llevamos dentro media hora y ya me estoy asando. Por suerte el top de tirantes blanco que me he puesto, me deja respirar muy bien, solo me incomoda un poco que no me cubra todo el abdomen. La tela se termina ante de llegar a mi obligo y mi espalda baja también está al descubierto.

La falda negra se ajusta a mi cuerpo dejándome presumir mis preciosas caderas y mi redondito culo. Es un gran alivio que la universidad cuente con gimnasio, así que mientras me ejército, Lia tiene toda la atención del director.

Incluso el director cayó ante mi hija, no quiero ni imaginar cómo será cuando crezca.  

Bebo de mi segundo vaso, hace tiempo que no me sentía tan bien y relajada. Sin nada que me de dolor de cabeza o me haga comprar gotas para los ojos por tantas horas que me la paso pegada en la pantalla del ordenador.

Eso se terminó por un mes y medio, el cual estaré disfrutando con mi preciosa hija. Paseando todos los días por las calles de parís y viéndola crecer hasta convertirse en una señorita y conozca a alguien que me ayudara a seguir protegiéndola.

—¡¿Por qué lloras?! — me pregunta Joshua, mientras me sujeta de los hombros y me sacude un poco.

—¡Lia está creciendo! ¡No quiero que crezca! — se hecha a reír y pasa su brazo por mi cuello, atrayéndome a su pecho.

—¿Ya estás ebria?

—¡No lo estoy!

—¡A bailar! — grita Nessa después de terminarse su tercer vaso.

—¡¿Y Loan?!

—¡Nessa dijo que ya viene en camino! — miramos como se abre paso hasta llegar al centro de la pista de baile donde comienza a dar brincos. —¡Espero que se apresure antes de que esto se descontrole!

Joshua me arrastra a la pista, entre empujones y algunas pisadas, logramos llegar junto con Nessa y nos dejamos llevar.

No tardamos en perder la cabeza, el simple olor a alcohol es suficiente para embriagarnos sin seguir bebiendo. Mas personas se integran a la pista de baile y comenzamos a sentirnos desorientados al ver como nuestro espacio se reduce cada segundo, pero nuestra sonrisa no desaparece.

Joshua toma a una chica, la cual mueve sus caderas rozando su parte baja. Nessa y yo brincamos y damos vueltas, el espacio se reduce más y nos vemos obligadas a pegarnos casi por completo, y seguimos como si nada a pesar de que se está volviendo un poco difícil respirar.

No sé cuánto tiempo paso, pero estoy sudorosa y los mechones de mi cabello se pegan en mi cuello y espalda. Ahora hay un poco más de espacio, varias personas están en la barra, sudorosos y tomando un descanso mientras beben más alcohol.




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