En estas últimas dos semanas han pasado muchas cosas. Nos despedimos de Joshua quien se iría gran parte de las vacaciones a New York, Sen conoció a Loan y se vieron en un bar para hablar de Nessa —la cual se molestó porque no fue invitada—, Alicia se ha ido de vacaciones con toda su familia, Joshua regreso porque se peleó con su madre, Lia ya está mostrando señales de que sus primeros dientes saldrán, los chicos se enteraron de mi plan de buscar un departamento y propusieron que buscáramos uno de tres habitaciones para dividirnos los gastos, y otras cosas sin mucha importancia.
Pero hay una muy importante que tiene que ver con mi relación con Sen desde aquel día en que desperté en su habitación de hotel. Y es que nuestra relación pareciera que volvió a ser la de antes: amigos con una gran tensión sexual alrededor.
Ni siquiera yo logro entenderlo, pero al menos me siento más cómoda cuando está a mi alrededor —casi todo el tiempo—, incluso me ayuda a cuidar a Lia cuando quiero tomar una siesta. En verdad es como si lo que paso aquella noche nunca hubiera ocurrido, de nuevo hay una línea entre nosotros y esta vez tendré extremo cuidado de no cruzarla, aunque no es lo que él quiere ya que algunas veces se pone muy descarado y abusa un poco del contacto físico.
—¡No hay nada de malo en comer sopa instantánea! — di un brinco tratando de quitarle mi sopita calientita.
—Tarda mucho en digerirse y se te pegan los intestinos.
—¡Eso es un mito!
—¡Waaaa!
—¡Ves! ¡Lia me apoya!
—Siempre lo hace.
—¡Dame mi sopa que tengo hambre!
—No dejare que comas esta porquería.
—¡Discúlpate! ¡No es una porquería! ¡Es deliciosa y me ha salvado un montón de veces de morir de hambre!
—En eso la apoyo.
—Mejor ayúdame. — me queje con Nessa quien está sentada en la cama, viendo todo mientras tiene a Lia en su regazo.
—Dale su sopa, Sen.
—No.
—Hice lo que pude.
—¡Nessa! — se echó a reír. —¡Mi sopita se enfría! — mire hacia la mesa, donde Joshua está comiendo la suya muy ajeno a la situación. —¡¿Por qué no le dices lo mismo a Joshua?!
—No me importa lo que le suceda a él.
—Y que siga sin importarte, por favor.
Gruñí dándome por vencida. Dejé de estirar mis cortos brazos y me senté en la cama dándole la espalda.
—Te odio.
—Me lo agradecerás. — le mostré el dedo corazón y él se rio.
—Lia, asegúrate de morderlo fuerte cuando te salgan esos dientitos.
—¡Baaahh!
—Hum, Olivia. — mire con envidia a Joshua, quien sorbio para que los fideos que colgaban entraran a su boca. —Te hare una sesión de fotos el próximo fin de semana. Tienes que ponerle a Lia el vestidito que las chicas le compraron y el mameluco de conejito, tú también ponte muy guapa.
—¡Oh! — Nessa aparto los ojos del celular —se la pasa mensajeándose con Loan casi todo el día— y nos miró con interés. —¡Adelántalo! ¡Quiero ver a quesito con esa ropita!
—¡Waaaaa!
—Lo siento, pero necesito revisar unas cosas que me llevaran un par de días.
—Lo que importa ahora. — los interrumpí. —Es que tengo hambre. — mire a Sen con los ojos entrecerrados. —Y el culpable es él. — lo apunte con mi dedo acusador.
—Sigues siendo alguien con mucho resentimiento.
—Cuando se meten con mi estómago, lo soy.
Me acerque a Nessa y le quite a Lia quien rio mientras la acomodaba en mis brazos.
—Te llevare a comer pizza. — me detuve un momento. —¿Con eso será suficiente para que me perdones por no dejarte comer esa porquería? — me gire con una expresión ofendida.
—Primero, no es una comida de porquería. — dije, imitando su voz. —Y segundo, no me compraras con una pizza.
—¿Y si agrego papas bañadas en queso y una bolita de helado de chocolate para Lia? — cerré la boca y dibujé una mueca.
—Bueno, eso estaría bien. — lo mire de nuevo con mucho odio. — ¡Pero no es una porquería! Andando.
Mientras me ponía los tenis, Sen se hecho a reír y todos salimos de la residencia para subir a su auto. Nos llevó a un restaurante familiar y como lo imagine, se sentó a mi lado mientras que los chicos se sentaron frente a nosotros. Subí a Lia sobre la mesa y jugué un rato con ella hasta que una chica del personal nos acercó una silla para bebes, así que ahora Lia está a un lado de Sen.
La comida no tardó en llegar, toda la mesa se llenó de pizza, papas, lasaña, dedos de queso y vasos con refresco. Me recordó a cuando en mi cumpleaños él me llevaba a restaurantes y de la misma manera pedía un festín para mí. Incluso a Lia le pidió una papilla de manzana, y es él quien la está alimentando.
—Quelle belle famille, le père est un amour.
Me atragante con la porción de lasaña que masticaba y tome del vaso de refresco. Nessa y Joshua rieron por la bajo y Sen nos miró con una ceja arqueada.
Editado: 03.09.2023