Mentirosa

Capítulo 21

No dejo de temblar, hace más de una hora Loan se llevó a Lia para hacerle unos estudios.

Nessa y Joshua se mantienen a mi lado, pero no me siento para nada tranquila. Encaje mis uñas en mis rodillas, pero se movieron con el temblor de mis manos.

—Olivia…

—No me dicen nada, no sé qué tiene Lia. Yo… — me puse de pie y ambos también lo hicieron. —Siento que me falta el aire, yo no puedo…

—Olivia. — Nessa me tomo de los hombros. —Cálmate y respira tranquilamente. — la mire a los ojos. —Si, hagámoslo juntas.

Ella inhalo y exhalo lentamente. La seguí por algunos minutos hasta que dejé de sentir esa opresión en mi pecho.

—Tengo miedo. — susurre.

Nessa solo asintió y me abrazo. Las lágrimas brotaron por primera vez desde que Loan me quito a Lia de los brazos dejándome con un gran vacío en el pecho.

Me aparte de Nessa, no puedo y no quiero que nadie me toque. Me siento horrible internamente, y eso se debe a que nadie me dice nada. Solo quiero saber que tiene mi pequeña, quiero que termine este sentimiento que por dentro me está matando.

—Hija. — escuche la voz de la señora Edision y me aleje a una esquina.

Recargué mi frente en la pared y cerré los ojos, desconectándome del mundo. Era como estar bajo el agua, todos los sonidos y voces se escuchan tan lejanas y siento que me hundo.

Llevé una mano temblorosa a mi boca y me mordí el pulgar, con la otra mano la cubrí. Él dolor me mantenía aun cuerda, no tengo ni idea si perderé el conocimiento, pero si eso ocurre será después de que me digan como esta mi pequeña.

Me gire y mire al pasillo, solo pasan pacientes y personal del hospital. Mire por casi media hora, pero no apareció en ningún momento Loan o algunas de las enfermeras que se fueron tras de él.

Ese sentimiento en mi pecho y garganta volvía a impedirme respirar. Flexione las rodillas y apoye mis manos sobre ellas. Inhale y exhale lentamente, todo el tiempo mantuve los ojos cerrados ya que solo así logro calmarme más rápido.

Mire de nuevo al pasillo y deje caer lentamente mi espalda hasta que me senté en el suelo y abrace mis rodillas escondiendo mi rostro lloroso.

Tal vez esté haciendo una escena, pero no puedo contralar mis emociones. Simplemente me rendí ante ellas y estoy dejando que se reflejen.

—Olivia. — negué suavemente a quien sea que me llama. —Olivia, cariño.

Levante mi cabeza al sentir algo cálido sobre mis brazos, ni siquiera pude sorprenderme cuando me encontré con los ojos de Sen.

—¿Qué haces aquí? — pregunte después de unos segundos en silencio. —¿No llegabas mañana?

Él acerco su mano y lo paso por debajo de mi ojo izquierdo. Sorbí por la nariz y esperé su respuesta.

—Logre terminar lo que estaba haciendo, y regrese. Te marque varias veces, pero como no contestabas llame a Nessa. — entrecerré los ojos, más lagrimas salieron. —Viene de inmediato.

—No me dicen nada. — solloce. —No sé nada, Lia estaba sonriendo ayer, ¿Cómo…? — no pude seguir ya que él acorto toda distancia y me abrazo.

—Tranquila Olivia. — susurro mientras acariciaba mi cabello. —Respira, solo respira.

Coloque mis manos en su espalda e inhale su aroma.

—Ahora nos pondremos de pie. — asentí y sin separarnos nos pusimos de pie.

Exhalé lentamente y escondí mi rostro en su pecho. Sen me abrazo con un poco más de fuerza, a pesar de que esa horrible sensación de vacío aún sigue dentro de mí, con Sen abrazándome ya no me siento perdida.

—Tengo miedo, Sen. — susurre.

—Está bien tenerlo, aquí estoy contigo. — mordí mi labio y sollocé. —También tengo miedo Olivia, esa pequeña bebe ha entrado por completo en mi corazón.

Me aparte de su pecho y levante mi cabeza. Una lagrima cayo en mi mejilla, y esta vez sí exprese asombro en mi rostro. Es la primera vez que veo a Sen llorar, son solo unas lágrimas, pero está llorando… por Lia.

—Sen. — levante mi mano y acaricie su mejilla, él cerro sus ojos y se acurruco en mi calor.

Siempre ha sido así, cuando estoy feliz él sonríe conmigo, cuando estoy desanimada él trata de hacerme sonreír. En este momento él está llorando conmigo y sintiéndose igual o más asustado que yo.

Sin duda no me equivoque al pensar que el peor castigo por mis mentiras seria ser odiada por este maravilloso hombre.

—Te amo. — las palabras salieron por si solas y no me arrepentí. —Te amo Sen.

Sus ojos azules me miraron. Solo pude sonreír ligeramente y aceptar lo que sea que pase cuando las siguientes palabras salgan de mi boca.

Al menos estoy segura de que estarás presente en la vida de Lia.

—Sen. — tome aire. —Lia…

—Olivia.

Gire mi cabeza al oír la voz de Loan y de inmediato me acerque a él con el corazón bombeando demasiado rápido.

—¿Cómo está mi hija? — junte mis manos mientras le preguntaba.




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