Mentirosa

Capítulo 24.5

Todos en la mesa se quedaron en silencio, mirándome con la boca entreabierta y procesando lentamente la información que les acabo de dar, debo de admitir que lo dije de una manera perezosa, pero se que para ellos tuvo un impacto diferente.

Mi hija, mi princesa, mordió mi dedo y me sentí realmente aliviado de que esos dientes apenas estén asomándose, de no ser así, no dudo que me lo haya intentado arrancar.

Frote la barriguita de Lia y ella recargo por completo su pequeño cuerpo en mi abdomen, relajándose. No tardará mucho en quedarse dormida, así que antes de que eso suceda, terminare con el escandala que interrumpirá su sueño.

—Como les dije, fui a Boston para pedir mi traslado a una de las aerolíneas de Francia Paris,

Un jadeo de sorpresa volvió a emitir la dulce boca de mi pareja, conociéndola debe de tener un lio creciendo en su mente y se que me dirá que estoy loco, lo cual no está del todo equivocada.

Olivia y mi hija están viviendo en Paris, lo cual quiere decir que mi vida se encuentra aquí, a lado de ambas. Así que sí, estoy loco por ir al lugar donde trabajo solo para pedir mi traslado inmediato.

No fue tan complicado, se negaban a soltarme, pero se lo que valgo y al mencionar una renuncia sino me daban el cambio, fingieron pensarlo por un par de horas y cedieron.

Solo que no les he mencionado que tiene un plazo de 4 años este intercambio, si quiero regresar antes, no habrá problema, pero lo habrá si lo que quiero es quedarme en Paris. Por el momento no me preocupare bastante por ese punto, lo único que deseo es ver a mi princesa crecer.

—¡¿Qué?! — exclamo mi familia y sentí una molestia cuando el cuerpo de Lia salto debido a que se asustó por las exclamaciones.

—Shh, tranquila, cariño. — frote su barriga de nuevo y poco a poco volvió a recargar su cuerpecito.

—Sen, tu… oh dios, estás loco. — una sonrisa se dibujo en automático ante las palabras de Olivia. Es tan satisfactorio saber que la conozco como la palma de mi mano que no pude evitar aprovechar que está con los ojos cerrados y la cabeza inclina hacia arriba, así que la besé.

Cuanto extrañaba estos labios, y estar seguro de que a partir de ahora serán solo míos, me llena el pecho de una gran felicidad que temo algún día perder, ya que estos sentimientos serán los que me mantendrá vivo de ahora en adelante.

Lamí mis labios, mi lengua roso los suyos y sus pupilas se dilataron un poco. Tuve que contenerme, no me importan mis padres o las personas de otras mesas, me llevaría ahora mismo a Olivia al hotel y la haría mía de nuevo. Es solo por Lia que me contengo, ya está durmiendo y no voy a interrumpir sus sueños.

Mi padre se aclaró la garganta, Olivia alejo sus ojos de los míos y se encogió avergonzada en su asiento. Mire a mi familia, mamá esta ligeramente sonrojada y Nessa sonríe con picardía.

—Contrólate un poco, hijo. — sugirió mi padre. —Eso fue un beso… un poco intenso. — sonreí.

—No me importa el lugar, si quiero besar a la madre de mi hijo y futura esposa, lo hare. — sentí la mirada de Olivia ante mis palabras, me sorprende un poco, ¿acaso pensó que siempre seria solo mi novia? Claro que no, ella será mi esposa una vez termine la universidad.

Busque su mano, la tome y la lleve a mis labios para besar sus nudillos. Me gusta su expresión en blanco, porque sé que solo está pensando en mí.

—Entonces. — nos interrumpió ahora mi madre. —Vendrás a vivir a Paris. — asentí. —Bueno, ya eres un adulto y tienes una hija, a pesar de que nos hubiera gustado que nos informaras antes, lo entendemos.

Bueno, tampoco era algo que planeaba. Fue después de la sección de fotos que Joshua realizo a mis dos amores en el parque. Olivia estaba preciosa, me hervía la sangre porque todos los hombres la miraban de arriba abajo, y termine por decidirme en pelear por otra oportunidad.

También tuvo que ver el que recogiera la prueba de paternidad en el laboratorio. Cuando tenia el sobre en mis manos, intente abrirlo muchas veces, pero en verdad quería oírlo de la boca de Olivia y no enterarme por mis propios medios. Eso en verdad me hubiera molestado, porque lo hubiera tomado con que Olivia no me quería en la vida de ambas.

Tal vez hubiera podido soportarlo con ella, pero no con mi hija. Soy su padre y tengo todo el derecho de pertenecer a su vida, y lo único que nunca podre perdonarle a Olivia, es que no me permitió formar parte desde el momento en que se enteró de su embarazo.

Me aterra pensar lo que hubiera pasado si mis padres no me corrían de la casa para que viniera a visitar a Nessa. Seguro yo aun no sabría de la existencia de mi hija y ella crecería.

—También he reducido los vuelos que aceptare al mes. — aprete la mano de Olivia al sentir que se tensó. —La única razón por la que me llenaba de trabajo sin descansar, era porque no quería pensar en Olivia. Ahora eso es diferente. — encogí los hombros. —Además, tengo suficiente dinero como para no preocuparnos por al menos un par de años.

—También cuentan con nosotros para lo que sea. — comento mi padre. —Si alguna vez lo necesitan, no duden en llamarme. — le sonreí, agradeciéndole.

—¿Ya has traído todas tus cosas? — pregunto mi madre.




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