Capitulo 6 El regalo

Es un día normal de trabajo sin que pase nada. Todo el mundo está trabajando en el mercado, y Vasili Ivánovich llegó por la mañana temprano y antes que nadie para ver todos los casos posibles que llevaban mucho tiempo sobre la mesa. Sin tiempo para nada, no pudo terminar el trabajo.

Se levantó a las siete de la mañana, hacía calor fuera y el sol brillaba inspirándole para trabajar, pero Vasyl Ivanovych nunca ha dependido de las condiciones meteorológicas. A pesar de que fuera lloviera o nevara, Vasyl Ivanovych siempre veía cada estación con buen humor y una sonrisa, y nunca prestaba atención a las condiciones meteorológicas. Siempre estaba animado y motivado en su trabajo. En ningún caso se distraía de su trabajo, que realizaba con eficacia y sin dejar nada para más tarde. Todo lo que se deja para más tarde se queda ahí. Hoy lo ha hecho todo, y para ello ha trabajado un poco más y ha prestado más atención a su trabajo.

Vasyl Ivanovych se levantó de la cama, fue directo a la ventana, miró hacia la calle, él vivía en el segundo piso de un edificio de dieciséis plantas. La vista desde la ventana no era la mejor, pero a pesar de vivir en el segundo piso, podía ver más que si viviera en el primero, pero tampoco le prestaba atención. Pasaba la mayor parte del tiempo en el trabajo y volvía a casa cuando era de noche y necesitaba dormir y descansar. Durante este corto periodo de tiempo en casa, me ocupaba de mí misma, lo que significaba ponerme ropa aseada y preparar la cena.

No había ni una sola persona fuera, todo el mundo estaba descansando. Cuanto antes me despertara, más trabajo podría hacer. Fui a la cocina, preparé café, que, como siempre, me animaba por las mañanas, e hice un café doble porque quería despertarme cuanto antes y no quedarme media hora sentada en la mesa de la cocina pensando en algo lejano, reuniendo fuerzas para vestirme y salir. Lo hice todo deprisa. Tomaba unos sorbos de café e iba directamente al baño sin ni siquiera sentarme. Siempre me duchaba con agua fría, y eso me animaba aún más. Nunca tuvo miedo al frío ni al calor y estaba en buena forma, y nunca le prestó atención ni se detuvo, estaba completamente concentrado en sus objetivos. Si algo le distraía, lo eliminaba rápidamente y seguía haciendo su trabajo. Se enseñó a sí mismo desde niño que siempre hay que hacer el trabajo hasta el final e ignorar todos los inconvenientes que surgen de repente, y pueden ser muchos. Se fijaba un objetivo y hacía todo lo posible por alcanzarlo. Si fuera hacía mucho frío y nevaba, y toda la gente estaba en casa junto a la chimenea o el radiador, Vasyl Ivanovych iba donde hacía falta. Desde niño, siempre ha sido resistente y ha estado motivado para trabajar, y nada le detenía. En el baño, se miraba al espejo y sonreía porque hoy se había levantado y había llegado un nuevo día con muchas cosas interesantes por venir, y le gustaba esa sensación. Nunca se negó a despertarse como hacen los demás, que es cuando suena el despertador y lo apagan y siguen durmiendo hasta el último minuto, y luego corren a la parada del autobús con una almohada en la mano para llegar a tiempo al trabajo y no recibir un aviso por llegar tarde y una reducción de sueldo. Vasyl Ivanovych nunca tuvo esos pensamientos, sino que se levantaba e iba a trabajar con alegría y siempre apreciaba su trabajo. Desde muy joven estaba acostumbrado a trabajar y nunca podía quedarse sentado sin hacer nada, y si pasaba algo, era un mal día para él, y lo más frecuente era que encontrara algún trabajo en casa. Gracias a su duro trabajo, llegó a ser director del mercado de Troyeshchyna, y todos estos son logros independientes. Nunca dependí de nadie y nunca pensé en traspasar mis responsabilidades a otra persona. Nunca regalaba su trabajo, fuera el que fuera, y siempre lo hacía todo él mismo, y esta actitud fomentó en él ciertos rasgos de carácter que le ayudaron a afrontar mejor y más rápido sus obligaciones en el futuro y a no tener varios casos sobre la mesa. Analizar cada caso me dio más experiencia y me hizo más inteligente que los demás, y esto se debe al hecho de que siempre lo hacía todo yo mismo y nunca me negaba a trabajar. Desde la infancia, pude desarrollar la independencia en todo lo relacionado con la vida y no pedir nada a nadie ni esperar que alguien fuera capaz de hacer el trabajo o resolver los problemas por él, lo que no sería la decisión correcta para llegar a ser fuerte, resistente, decidido y conocer las respuestas correctas. Podía adivinar lo que harían los delincuentes y huir de él lo antes posible, pero los encontraba y los castigaba de acuerdo con la ley. No pedía consejo a nadie y, gracias a su decisión independiente, obtenía resultados más positivos y adecuados. Se desarrolló, se hizo fuerte y lo único que hizo en su vida fue ganar dinero y nada más. Nunca quiso parar, y esto ocurría a menudo, y siguió trabajando en su negocio con todas sus fuerzas. Todos los días, como hacía siempre, me cuidaba y hacía deporte. Me levantaba temprano por la mañana y hacía algunos ejercicios, y eso me daba aún más fuerzas. No podía vencer al mismo demonio que acudía a él en el mercado cuando Vasyl Ivanovych estaba sentado en el banquillo, por mucho que hiciera ejercicio. Se paró en el baño frente al espejo y miró el champú y el jabón, sonrió y dijo en voz baja:

- "Hoy he entrado en el baño muy deprisa y se me ha escapado algo. Tengo prisa por ducharme", miró la toalla, "no hice flexiones cuando me desperté, fui directamente a a tomar café. De todos modos, necesito hacer algo de ejercicio, y después me siento mejor y aumentan mis posibilidades de no quedarme dormido al volante. A pesar de que hay pocos automovilistas con prisa por la mañana, siempre hay que estar atento a todo lo que pasa en la carretera, y en mi estado, y aún no estoy totalmente despierto, necesito volver a mi habitación para hacer unas flexiones y sentarme a estirar las piernas unas cuantas veces. Después de eso, sin romper mi disciplina, y no sé cómo me he perdido un minuto de ejercicio hoy, tengo que hacer lo que hago todas las mañanas cuando me despierto, y luego ir a la ducha.