Mercy Adams y la rosa de antaño

La bienvenida

Varias tardes de su vida habían sido aburridas, buenas, malas, incluso algunas tristes, como cuando sacaba muy baja calificación en el colegio, pero desde que su estado emocional estaba transfigurado por culpa de la etapa tan abrupta de la adolescencia, se encontraba en pleno conflicto interno. Y peor, se sintió al descargar su bolso en el sillón de la sala, acostarse y cerrar sus ojos, estaba demasiado agotada, tanto, que lo único que deseaba era verse durmiendo y olvidándose de su mundo. Hasta que llegó su hermano y los llamaron para el almuerzo. Debe quedar muy claro que, según la tía Kate, estaba prohibido hablar en las cenas, en reuniones o chismear sobre cosas que nos les incumben.

Al terminar de comer, se levantó muy rápido, se fue detrás de su hermano e intentó escabullirse despacio hacia su habitación, hasta que la tía los descubrió:—Y ahora, ustedes y todos deben prepararse para la llegada de la abuela.— era lo único que faltaba para que sus nervios terminaran desbordados. Su tía no paraba de dar vueltas de un lado para el otro, midiendo y arreglando cada detalle a la perfección, hasta que la casa se viera deslumbrante ante la anticipada y recién anunciada llegada de su abuela; aunque era algo imprevisto siempre se encargaba de anunciar con precisión a todos, por ello sus paciencias en esos momentos llegaban a contrariarse.

—Mira tan hermoso el traje que te escogí.—decía la mujer admirando aquel vestuario de falda corta y buzo largo como de secretaria, con un color lila pastel que irradiaba jugosidad y ternura. Mientras Mercy trataba de contener la risa al ver el traje de maniquí, así que solo le salió decir.—Ahora me quieres convertir en una supuesta y perfecta dama.

—Niña compórtate, no ves que este evento es importante, deben estar elegantes para impresionar a tu abuela.

—Tía debes calmarte, vas a terminar desesperada.

—Pruébatelo, si no te queda lo cambiamos, además mira el sombrero, es perfecto.—Decía mientras se lo colocaba, se miraba en el espejo y lo volvía a dejar en su lugar. Su querida sobrina solamente abría los ojos y los arrugaba con un «Es en serio». Mientras salía de su habitación detalló el traje muy bien y se dio cuenta de que se vería más como una tía Kate que como Mercy, «Tiene que ser un chiste», se repitió durante todo el día.

Probándolo, recordó la conversación con Christa, así que primero se vio en un espejo y definitivamente parecía un espantapájaros, pero adornado. No pudo evitar soltar una risita y tomar el aparato para hacer una llamada. Desde aquel incidente de la sobrepoblación, en cada casa solo se permitía tener un computador, un televisor y un teléfono, desde que los celulares se desecharon, siendo la principal causa de malos entendidos, indiferencias y demás situaciones que sin las redes sociales se mantienen controladas... eso exactamente fue lo que la guerra buscaba... control.

—Christa, soy yo Mercy, cuéntame todo lo que sepas, no inventes, ni que fuera tan ciega.—no quería insistir más en el tema, pero ya se estaba comiendo las uñas y era lo más interesante que tenía por hablar. En ese instante el traje le comenzó a picar y solamente quería quitárselo.

—Ya te lo dije, además la llegada de tu abuela requiere de una preparación precisa para su llegada.—De nuevo la misma situación, cada año que su abuela Selena regresaba, las familias más cercanas celebraban que la suprema líder que viajaba a negociar la paz al otro lado, por fin regresaba.

—Amiga solo cálmate.—ella vivía cerca, solo que su casa era más grande, por lo que sus padres eran políticos o estaban relacionados con algo parecido, de eso escuchaba hablar a todos.

—No me calmo, primero no quiero que se arruine nuestra amistad y con lo de la abuela me siento ofuscada.—respiro un poco más, se tiró a la cama y recostó mirando al techo.—Llegara en el vuelo privado más próximo y estoy que me quito este traje tan incómodo.

—Yo digo, que todas las chicas de nuestra edad quieren novio y que tu abuela llegará, todos la alaban y después se marchara, su trabajo es muy imprescindible.—en parte así era, pero el problema era que Mercy no quería todo lo contrario, que su abuela se quedara por fin para siempre en la mansión.

—Solo quiero hacer lo que siento, sabes... —se quedó un rato pensativa, mirando el cielo estrellado falso que se veía cada vez más a medida que caía la noche.—Solamente, hacer lo que está bien.

—Solo sé tú misma entonces.—en ese momento los ruidos aumentaron. Se escuchaba un poco de música con alto volumen y después voces mezcladas.

—¿Con quién estás?.—le pregunto. Arrugó sus cejas y se sentó en la cama mirando hacia la puerta, como esperando a que alguien viniera a llamarla.

— Yo eh...

—Vamos, ya se hizo tarde.—dijeron, pero cada vez más se escuchaban murmullos y carcajadas.

—¿Christa quién es?.

—Solo voy a ir a cenar con unos amigos y con mi recién llegada... —se quedó pensándolo, estaba nerviosa por supuesto y no sabía muy bien si era mejor comentárselo.—Hermana mayor.

—Imposible.—de un salto prácticamente se puso de pie y sin poder procesar bien la información permitió creérselo. Es cierto que su padre Teodoro había tenido otra hija fuera del matrimonio con una mujer de clase más baja que su actual esposa, la actual gobernadora Leonora, la madre de su mejor amiga.—Regreso de sus viajes por todo el mundo... dime cuando... como... es... dímelo todo...

—Calma Mer... todo a su tiempo.—termino diciéndole con mayor tranquilidad, el ruido aumentaba cada vez más y por supuesto a Mer, no le agradaba nada la idea de los cambios repentinos

—Bueno, creo que solamente me queda decirte que no recibas nada a extraños y... que te cuides.—Ya sabes, lo que nos ocurrió al mediodía es algo que me dejó con los pelos de punta.

—Ay, Mercy Adams.—dijo con tono de regaño o quizás lástima.—¿cuándo saldrás del cascarón?, yo sé cuidarme, cuídate tú con aquello de tus padres, no dejes que tu tía te lo eche en cara, eso no fue tu culpa.—algo en lo que era especialista su amiga era en ser demasiado directa, jamás tenía miedo de nada, ni el qué dirán o el qué decir.



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En el texto hay: ciencia ficcion, magia, mentirasydolor

Editado: 14.08.2022

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