Meredith
La muerte y yo nos encontramos a las afueras de nuevo Mexico, al entrar las personas de veian alegres con sus vidas pero un niño se detuvo a mirarme el parecía asustado y medio confundido.
- Mama ¡Mira! Esa niña tiene ojos negros, de seguro es un demonio-dice el niño
- ¡James! A esa chica no le pasa nada, discúlpate con la señorita James-dice la señora
- Pero mama ella da miedo-dice el niño
- Ella no da miedo, es una chica hermosa así que discúlpate con la señorita o no habrá torta de chocolate-dice la señora
- Perdone señorita-dice el niño
Me di cuenta de algo y fue de que ambos iban agarrados de la mano y note el parentesco de esa mujer con el niño, de un repente a otro mi mano se encuentra en el cuello de esa señora apretando poco a poco mas fuerte, ahí me di cuenta que yo no poseía el control de mi cuerpo, poco a poco las casas comenzaron a incendiarse mientras veía extinguirse la vida de una pobre mujer.
- Detengase no dañe a mi mama por favor-dice el niño entre lágrimas
- Siempre debes recordar que los niños dicen la verdad-dice alguien con voz gruesa
Ahí es cuando me doy cuenta que esas palabras salieron de mi pero no era yo, era como si estuviera poseída pero la muerte me prometió que no estaría consciente pero esto... Esto es horrible, cuando ya estoy intentando remover mi mano del cuello de la mujer ya está muerta, su cuerpo cae inmóvil al suelo mientras el niño con lágrimas en los ojos abraza a su madre.
- Niño largo de acá-digo
- ¡No! ¿Co-como pudo ser ca-capaz de semejante acción?-dice llorando
- Solo ¡Largo! Si no quieres que te haga lo mismo a ti-dice esa voz gruesa
El niño solo se quedo inmóvil mientras lloraba por su madre, eso hizo que un vacío se instalara en mi pecho.
- ¡No!-dice con ojos dorados
Este alza la mano hacia mi y una fuerza misteriosa me empuja hasta chocar contra una casa, mi cuerpo se queda inmóvil por unos segundos pero luego se para mueve de forma lenta, la muerte dirige su mirada a donde se encontraba el niño pero ahora este tenía brujos alrededor de el, casi todos los brujos poseían ojos color dorados.
- Nicolle ¿Sabias que cuando un brujo indefenso esta en peligro los mas cercanos vienen a ayudar?-dice esa voz gruesa
>> No los lastimes por favor-digo
- No querida, haz de estar loca para pensar que yo haría tal cosa, esta en el contrato y si algunas de los dos lo rompe, no va a ver otra vez la tierra si no que estará abajo de ella-dice la voz gruesa
- ¿Majestad? ¿Es usted quien quiere lastimar a Joshua?-dice uno de los brujos
- Error, no es majestad es otra persona y otra cosa...-dice la voz gruesa
Escucho un chasquido y los brujos desaparecen incluido el niño pero el cuerpo de la señora sigue ahí, de un momento a otro esta comienza a prenderse en fuego, mi cuerpo se mueve lentamente dejando una especie de niebla negra.
- Te quería comentar algo Nicolle-dice la voz gruesa
>> ¿Que?-digo
- Yo no mato personas porque quiero, yo soy una muerte diferente, algunas veces soy una muerte justa y otras veces no lo soy-dice la misma voz
>> ¿Por que acabaste con la vida de esa mujer?-digo
- Hay personas malas en este mundo, esa señora engaño a su esposo y le mintió a su esposo diciendo que ese niño era de el, el esposo la perdono y crio a quien creia que era su hijo como si lo fuera-dice la misma voz
>> Eso es horrible-digo
- Lo se querida, por eso debía morir, no te preocupes por el niño esta a salvo en el reino de los brujos-dice la misma voz
Eso no me reconforta pero se que el niño estará a salvo en el reino de los brujos, mi cuerpo estaba por dirigirse a una casa que todavía no se había incendiado.
- ¡Muerte!-dice una voz muy familiar para mi
Esa voz, si no me equivoco es la de Samuel pero ¿Que hace aqui? Nos decidimos en voltear ya que no podía creer quien era que me hablaba, esa voz se parecía a la de Samuel, al voltear completamente mi cuerpo los vi, mi hermano Alex tan calmado como siempre y mi hermano Gian tan sorprendido, al lado de ellos venia mi padre sosteniendo a quien pensé que no volvería a ver.
- Samuel, que sorpresa verte pensé que estarías con Katherine y tu hija-dice la voz gruesa
- Puedes llevarlas otra vez a el cielo-dice Samuel
- Oh no estes tan seguro mi querido Samuel porque tu querido Lucy las quería e hizo de sus almas... Ni quieras saber mejor pero como tengo ese poder restaure su alma para ti, ahora no me molestes-dice la misma voz
- Deja a Meredith o yo mismo te sacare de su cuerpo-dice Samuel
- Primero que nada ella me dejo entrar, segundo no eres inmortal y tercero lárgate-dice la misma voz
- Puede que no sea inmortal pero si siquiera me lastimas te volverás cenizas porque estoy en el contrato-dice Samuel
- Muy cierto pero ¿Quien dice que si me lastimas no vas herir a Meredith?-dice la misma voz
- Devuelveme a mi hija-dice mi padre
- Ella puede sacarme cuando quiera pero si lo hace el contrato se rompe y yo los cazare a sangre fría, los brujos que hice revivir morirán de nuevo, los que salve los mataré y me llevare nuevamente a Malcom pero esta vez tambien me llevaré a Alex, así que dejen de joder mi trabajo-dice la misma voz