25.

Aquellos dos días que habían pasado, David los tenía en la mente . En especial porque habían sucedido tiempo antes de la llegada de Martín.  

David no lograba conciliar el sueño durante toda la noche del día anterior. Recordaba la imagen en el rostro de Héctor, fría y vacía, contemplando un vacío jardín casi seco. La lluvia repiqueteaba su ventana, y los relámpagos se reflejaban por la ventana translúcida hacía el cuarto de David.  

Aquel día no había abierto su hotel, ya que lo que le había pasado lo dejó muy afectado. Y en su lugar, se tomó todo el día caminando por el centro del pueblo con Samuel, quien se dio cuenta de su estado de ánimo , le preguntó qué era lo que sucedia y por qué estaba así. Davis solo sonrió y respondió que no era nada. Al medio día fueron a almorzar juntos. Sin embargo, Davis aún retenía el espantoso recuerdo de ayer en su memoria.  

Al terminar,  Samuel le dijo que tenía que ver a alguien. David se ofreció a acompañarlo, pero Samuel le dijo que no se preocupara. Y se quedó viendo como Samuel desaparecía lo lejos, entre la multitud que caminaba por la plaza principal. Así que regresó a su hotel. 

Lo único que hizo toda la tarde era ver el televisor echado en su cama. Pero sentía miedo, un miedo tan intenso que aumentaba al ver algún cuarto oscuro. Mientras las horas pasaban, y la oscuridad tomaba su lugar acompañada de la lluvia, David se sentía más incómodo, en especial sabiendo que dormía junto a otros cuartos, que en ese preciso momento se hallaban vacíos. Ya de noche, se levantó y cerró la puerta con llave, no supo muy bien por que lo hizo, pero simplemente el instinto y el miedo lo obligaron a hacerlo. 

Y cuando logró conciliar el sueño a es de las 4 de la mañana, tuvo pesadillas tan horribles que se despertó gritando. 

Aquel día decidió hacer algo, regresara a esa casa y trataría de enfrentarse a esa cosa y buscar alguna pista del paradero de su amigo. Salió sin desayunar, ni abrir el hotel, solo tenía una cosa en su cabeza, buscar a Héctor.  

Caminó hasta llegar a la calle Wenston, donde la casa se Héctor quedaba el final de esta.