20 de abril del 2021
Reviso nuevamente mi celular y sigo sin recibir ningún mensaje, la camarera ya me está mirando sospechosamente y yo no puedo estar más irritada, Lake ha tardado más de quince minutos en aparecer y estoy tan nerviosa de encontrarme con mis padres que he estado tratando de mirar hacia la pared todo el rato, seguramente debo verme ridícula aquí sola, y muy seguramente no debí haberla citado en la cafetería que mis padres suelen frecuentar.
—Lamento llegar tarde, tuve una pequeña discusión con el papá de mi hija —me dice Lake mientras se acerca y se sienta en la silla frente a mí. —¿Te estas escondiendo de alguien? —me pregunta acercándose a mí y bajando mucho la voz.
No puedo evitar reírme.
—No te preocupes, ya había aceptado desde hace un rato de que ya no llegarías, simplemente me daba pena irme sin haber pedido nada —le digo tratando de no parecer molesta.
—Lo siento, de verdad, te lo compensare —me señala la carta —Te comprare lo que quieras.
Ambas pedimos Tiramisú y un Frappuccino de café, son las cuatro de la tarde y está empezando a helar afuera. Hoy fue mi último día en la escuela ya que los niños salieron a vacaciones y Liam no me ha hablado desde ayer, vino esta mañana a buscarme para llevarme a la escuela y trate de hablarle pero me ignoro todo el camino, al final, me dejo plantada cuando salí.
Las cosas en casa están lo más normal que se puede cuando tu madre se niega a darte las respuestas que necesitas y tu padre trata de evitarte todo el tiempo. Liam estuvo toda la mañana en mi casa, al parecer regreso después de haberme llevado, pero cuando quise llegar ya se había marchado, mi madre dijo que había ido a recogerme.
Ni siquiera me ha escrito un mensaje y yo soy lo suficientemente terca para para darle el gusto de rendirme primero.
Me he mantenido en contacto con Lake desde el día del restaurante porque espero que me suelte alguna información que pueda hacerme recordar, pero aún no lo ha hecho.
—¿Ya has decidido que harás? —dice después de unos minutos.
—Sí, iré contigo —le digo tratando de sonar entusiasmada, pero por dentro me estoy muriendo de los nervios.
—Perfecto, iremos en mi auto, si quieres nos podemos turnar o si no confías en mi al volante puedes hacer todo el camino tú...
—¡No! está bien, yo no conduzco —le digo y ella me mira insegura.
—No conduces... —dice más para sí misma que para mí.
—No lo hago desde que me fui de Ilmoor Lake —digo apartando la mirada.
Que no siga por ahí por favor, ruego en silencio.
La camarera llega con nuestro pedido y nos enfocamos en comer. Lake no dice nada más por un rato y alterna entre comer y escribir en el celular.
Cuando llevamos diez minutos sin decir nada -no es que haya estado mirando la hora a cada momento- Lake levanta la vista.
—No sé si es solo mi impresión, pero has cambiado mucho Merly, antes hablabas hasta por los codos, no sé si era porque estabas siempre con Melissa pero a ambas nunca les faltaba un tema de conversación, se las ingeniaban como fuera para mantener el ambiente agradable —me dice con una sonrisa triste.
Así que su nombre era Melissa
—Ha pasado mucho tiempo Lake, las personas cambian —le digo insegura, necesito que me diga más.
—A lo mejor es eso, ¿Te acuerdas la vez que la pandilla de Lexy estaba molestándome? —me pregunta y yo asiento porque me acuerdo de ella, me acuerdo de Lexy y me acuerdo que yo no estaba sola en ese momento —Ustedes dos se agarraron a puños con ellas y nos castigaron por una semana —dice riéndose.
—No sabias pelear —le digo y suelto una carcajada.
—Sí, las seguí a todas partes después de eso, hasta que... —de repente se queda callada y yo estoy más perdida que nunca. —Bueno... ya es pasado, espero que estos días en el pueblo te hagan recuperar un poco de lo que perdiste.
¿Se abra dado cuenta que no recuerdo nada?
Hablamos un poco más de nuestra vida actual y después de un rato nos despedimos. Me queda solo un día así que tengo que preparar todo y no sé cómo lograre mentirles a mis padres, no pienso decirles por nada del mundo a donde me dirijo, seguramente les daría un ataque y no me permitirían ir.
Cuando llego a mi casa pasadas las seis de la tarde mi padre está a la mesa con mi madre y hablan cómodamente, no se han dado cuenta de que he llegado...
—Liam me dijo que iría a un seminario o algo así pero no la he escuchado mencionarlo —dice mi madre.
El seminario, me había olvidado por completo de él... aunque pensándolo bien es la excusa perfecta para irme sin que se den cuenta de a donde me dirijo.
—¡HOLA FAMILIA! —digo más fuerte de lo que pretendía e inmediatamente bajo la voz —Ya llegué.
Creo que eso estuvo peor.
Sonrío lo más que puedo y mi madre me mira sospechosa por unos segundos, pero lo deja pasar porque su expresión cambia inmediatamente cuando papá se dispone a hablar.
—Me dice tu madre que vas a ir a un seminario mañana.
—Si pa, pensaba decírselos hoy, pero no es mañana es el jueves, pensaba irme antes para encontrar un buen hotel, pero ya no es necesario, viajare el mismo día que empieza el seminario y saldré en la madrugada para llegar a tiempo —les digo y me acomodo junto a ellos.
—¿Ya tienes donde quedarte? —pregunta mi madre.
—Sí, una compañera de la escuela tiene un apartamento en Londres y se ira a pasar las vacaciones allá así que me iré y me quedare con ella —digo sin apartar la mirada.
—Eso es maravilloso Mer... —me dice mi padre y mi madre asiente
—Sí, es una verdadera coincidencia —dice y yo me levanto para preparar la cena.
Ya está sospechando.
Preparo pechuga de pollo con salsa de mandarina y después de un rato les sirvo a ambos junto con una copa de vino blanco.