Merly

CAPÍTULO XI

El camino a Arium se siente pesado, pero al final, cuando logro llegar, mi casa está en absoluto silencio y los focos están totalmente apagados, supongo que mis padres deben estar en el hospital, así que voy hacia mi habitación, me doy un baño, me pongo un jean, un suéter blanco y me coloco nuevamente los tenis blancos, agarro la chaqueta negra que está encima de mi cama y bajo las escaleras.

En el pueblo solo hay un hospital y no queda muy lejos de casa así que camino directamente hacia allá, no sin antes parar en una cafetería a comprar una merienda para mis padres y Liam.

Cuando logro ubicar la habitación, Liam está sentado con la cabeza entre las manos y su pelo está completamente enmarañado; desde que lo conozco siempre ha tenido esa costumbre: cuando está impaciente o preocupado no deja de pasarse las manos por la cabeza. Su padre está sentado unas sillas más allá y habla con otro chico sin quitar la mirada de Liam.

—Buenas noches —digo tímidamente.

—Buenas noches —responden su padre y el chico.

Él solo levanta la mirada un poco y sus ojos están sorprendentemente tristes. Le brindo una pequeña sonrisa y me empiezo a acercar a él, una chica morena llega justo en ese momento y se sienta en la silla que está justo a su lado.

—Te traje esto, no comiste nada en casa —Dice con una sonrisa triste y le tiende un emparedado y lo que parece un cappuccino.

—Gracias Sandy —lo toma en sus manos, bebe un poco y dirige nuevamente su mirada hacia mí. —¿No vas a saludarme?

—¡Oh! sí, claro —ni siquiera me había dado cuenta de que me había quedado parada a mitad de camino.

Reanudo mis pasos y me agacho justo al frente de él.

—¿Estas bien? —inmediatamente sus brazos me rodean y lo escucho respirar hondo.

—Lo siento mucho bebe, no debí comportarme de esa manera contigo, es solo que... ha pasado mucho y aun así, para mí, es un tema difícil de tratar —dice y se separa un poco para mirarme de cerca, me da un beso en los labios y noto como la chica se levanta de la silla y se va.

—No te preocupes, ya lo hablaremos. —Asiente y yo miro insegura a nuestro alrededor.

—Tus padres se fueron hace un rato —adivina.

—Ah, les había traído algo de comer, ¿tu padre ya comió? —levanto la bolsa para mostrársela.

—Sí, no te preocupes, llévala a casa, escuche que no habían comido nada en todo el día.

—Vale... ¿Cómo está tu madre? —bajo la bolsa y la coloco a un lado de la silla.

—Ya está mejor, se ha recuperado rápido, gracias a Dios el impacto no fue tan fuerte.

—Me alegra mucho, ¿Has hablado con ella? ¿Te comento cómo sucedió?

—Sí, la vi hace un rato, y pues... estaba aseando la casa y se resbalo justo cuando iba bajando las escaleras.

—Entiendo... debe sentirse adolorida.

—Si, le duele todo —me levanto y me acomodo a su lado justo cuando veo a la chica morena sentada junto a su padre —veo como Liam duda un momento y luego continua —Está un poco extraña Mer, cuando llegue me abrazo y me dijo que me extrañaba, pero salí un momento de la habitación para traerle algo y cuando volví, se comportó como siempre, me dijo que me fuera, que no me quería allí.

Me quedó en silencio, porque realmente no sé qué decir. Por fin está hablando de su madre conmigo y tengo miedo de decir algo que lo haga querer retroceder.

—Por un momento, llegue a pensar que de verdad me quería. —dice y sus ojos se humedecen.

De repente se levanta y se queda mirando directamente hacia la puerta donde esta Helen, su madre.

—Voy un momento al baño. —se da la vuelta y desaparece de mi vista en un instante.

No sabía que su madre lo trataba de esa manera.

—Hola, soy Sandy, amiga de Liam y Aidan —dice la chica morena acercándose a mí y señalando por encima de su hombre hacia donde se encuentran el padre de Liam y el otro chico, supongo que es el hermanastro de Liam.

—Hola, soy Merly, la...

—Sí, la novia de Liam, he escuchado hablar mucho de ti. —señala la silla a mi lado —¿Puedo sentarme? —asiento y ella se acomoda y se queda en silencio un instante.

—¿Conoces a Helen? —pregunto por curiosidad.

—Sí, desde hace mucho tiempo, quedo devastada cuando Conan la dejo.

No puedo evitar sentirme un poco incomoda cuando escucho que llama al padre de Liam por su nombre -deben de ser muy cercanos-.

Nos quedamos tanto rato en silencio, que cuando ella vuelva a hablar, casi había olvidado que se encontraba a mi lado.

—Merly... ¿podemos charlar afuera un momento? —veo como mira incomoda hacia la puerta por donde desapareció Liam.

Dudo y ella lo nota.

—Solo será un momento, creo que te gustará enterarte de algunas cosas —acepto y camino tras ella hacia el pequeño patio que está en la parte de atrás del hospital.

Tal vez hablar con ella me aclare un poco más la situación entre Liam y su madre... o tal vez la relación entre ella y Liam.

—Viví en Ilmoor hace algunos años —dice mientras nos sentamos en una banca un poco más allá de la salida. —Cuando era pequeña escuchaba gritos todos los días en la casa de al lado, mis padres me decían que los ignorara, pero yo no podía hacerlo, la señora siempre estaba enojada. —se queda pensativa unos segundos y luego continua —Un niño vivía allí ¿sabes? y siempre que gritaban salía de su casa, se sentaba en el andén y no paraba de llorar.

Sandy tiene la cabeza gacha y no deja de mirar hacia sus manos.

—¿Era Liam? —ella asiente y una sonrisa triste sale de sus labios.

—Era un niño muy guapo. Recuerdo que la primera vez que me le acerque, le dije que, si le molestaban los gritos en su casa, podía ir a vivir con mis padres y conmigo, mi madre me regaño cuando llegue de la mano con él, pero, aun así, lo dejo quedarse siempre que empezaban los gritos en su casa.

—Nunca me ha hablado de eso —digo sincera y un poco cabizbaja porque Liam no haya confiado lo suficientemente en mi como para contarme.




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