Merly

CAPÍTULO XVII

16 de mayo de 2013

—No puedo creer que hayan venido nuevamente sin mí —dice James acercándose a nuestra mesa, no escuche cuando la puerta se abrió así que me sorprendo cuando escucho su voz. —Para meterte en nuestros planes si eres buena —concluye mirando enojado hacia Mel, pero ella lo ignora completamente.

Estamos sentadas junto a la ventana y Mel lee un libro mientras yo termino de arreglar algunos papeles para la universidad, se ofreció a ayudarme hace una hora, pero desde que llego se sentó a leer y no ha levantado la vista del libro.

—Amor, ¿podrías ser bueno y ayudarme con esto? —le pregunto señalando los papeles que tengo esparcidos por la mesa.

—Claro mi vida, déjame pedir algo para merendar y ya vuelvo.

Veo como habla con la chica del mostrador y no puedo dejar de sentirme atraída hacia él, James nunca ha sido el chico más apuesto de la escuela, pero es el chico perfecto para mí, tiene el cabello negro igual que su hermana, es blanco, pero no tanto como ella, de labios gruesos y delineados, tiene unos ojos de mirada profunda y usa unos lentes que lo hacen ver muy intelectual.

Sus manos, yo adoro sus manos, siempre están ahí para mí, aunque yo a veces no quiera sostenerlas, no es tan alto, de hecho, cuando uso tacones altos quedo mucho más alta que él, odio eso, por eso prefiero mucho más mis tenis, son cómodos y me siento la pieza que encaja perfectamente con él. Lleva puesto un suéter negro y un pantalón blanco que le resalta sus gruesas piernas.

Desearía esas piernas para mí, desafortunadamente soy más delgada de lo que quisiera; aparte de mi cintura pequeña y mi cabello café siempre alborotado no soy muy emocionante de ver.

James regresa a la mesa, con aperitivos para ambos y me da un beso en la frente. Se acomoda a mi lado y se dedica a organizar los papeles, yo lo observo mientras devoro el pastel de queso y las donas que me trajo. 

Después de unos minutos dirige su mirada hacia Mel y frunce el ceño mientras la observa.

—¿Ni siquiera se ha dado cuenta de que estoy aquí? —dice haciendo un gesto hacia Mel.

—Lo dudo mucho —digo ladeando la cabeza y y él no aparta la vista de ella.

—Ya terminé aquí ¿qué te parece si nos escapamos un rato de ella? —me dice al oído

—James... me da miedo —digo bajando la voz y tratando de no soltar una carcajada.

—No se dará cuenta.

Asiento y me toma de la mano mientras tratamos de no hacer ruido al recoger el resto de mis cosas, cuando ya hemos recogido todo nos vamos directamente hacia la puerta.

Escucho que Mel bufa detrás de nosotros e inmediatamente me pongo en alerta, pero al volver la vista ella aún sigue mirando su libro, seguimos caminando y James le hace un gesto a la chica del mostrador para que no diga nada.

—Se salvan de que este libro este interesante —grita tras nuestro sin siquiera mirarnos.

James y yo reímos mientras corremos a la salida, engañarla es absolutamente imposible.

Nos dirigimos al parque que está justo al lado sin soltar nunca nuestras manos y nos sentamos en los columpios.

—Ese vestido floreado te queda precioso —me dice James después de unos segundos.

El vestido es azul con flores pequeñas, ancho y amarrado en la cintura por un cinturón de cadena que Mel consiguió en la ciudad cuando fuimos a comprar el coche para el nuevo integrante de la familia, las mangas son anchas y llegan hasta los codos. Me lo dio por aceptar "mantenerla" según ella, la verdad es que nunca he dicho eso, pero lo dejo pasar, porque vamos, es Mel, además, es un vestido precioso.

—Gracias —digo sonrojándome —me lo hizo Mel hace unos días.

—Ella nunca me defrauda —dice orgulloso.

—Ni a mí —respondo segura y con una sonrisa en mi rostro.

—Mer... estoy nervioso —me dice bajando la cabeza e inmediatamente sé a qué se refiere, yo también lo estoy, pero demostrarlo haría las cosas más difíciles para él.

—No te preocupes, todo saldrá bien, ella es fuerte.

—Ya se le nota muchísimo la barriga —yo me rio ante su comentario.

—Claro que si James, tiene cinco meses, ¿qué esperabas?

—No lo sé, solo que es difícil, verla así, me refiero.

—¿Qué es lo que te preocupa? —pregunto levantándome de mi columpio, me agacho justo en frente de él y le tomo de las manos.

—Me preocupa que ninguno de nosotros seamos suficientes para ese bebé Mer, somos prácticamente unos niños y mis padres casi nunca están en la casa.

—Todo estará bien amor, te lo prometo, aparte no estamos solos, mis padres siempre estarán para ella, lo sabes —él asiente y me toma por la barbilla, me acerca a él y me da un beso en los labios.

—¿Sabes una cosa? —me dice incorporándose y levantándome a mí al mismo tiempo.

—Dime... —respondo intrigada.

—Me encantaría algún día poder comprar esa cafetería —dice mientras la observa.

—¿Te gusta? no te veo casi nunca allí. —pregunto dudosa.

—A mí no Mel, pero a ti si, sé que eres muy feliz cuando estas allí, ambas lo son, y ese bebé... también merece estar allí, sé que le encantaría —me dice y yo siento que me derrito de amor.

Vemos como Mel se nos acerca con el ceño fruncido, saca un papel de su cartera y me lo da.

—Ven conmigo cariño —agarra a James del brazo y se lo lleva con ella.

Observo como cruzan la calle y de repente Mel sale corriendo mientras James la persigue riendo.

Devuelvo mi atención al papel y lo desdoblo.

Mi hermano es solo mío, aléjate de él.

Sonrió y lo guardo en mi carpeta, esas fueron las palabras exactas que me dijo cuándo caí encima de James el día que nos conocimos, se bajó inmediatamente y lo abrazo para que no me acercara a él, ni siquiera fue mi culpa, fue suya y le dio igual, porque nunca se disculpó.




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