Merly

CAPÍTULO XXVI

MERLY

¿Qué hacen mis padres aquí?

James me mira inseguro y lucho por no mostrar lo que realmente estoy sintiendo, estoy dolida y enojada con mis padres por todo lo que me han ocultado: me alejaron de James, tuvo que pasar por mucho él solo, y a ellos no les importo, y Mel, ¡Dios Mel! ellos sabían lo que yo adoraba a Mel, sabían que era mi mejor amiga, mi hermana, y aun así me alejaron de ella, no pude estar con ella ni en sus últimos momentos ¿Qué clase de padres hace eso?

—¿Estás bien? —pregunta Dani a mi lado, yo asiento y le sonrió.

James no ha dejado de observarme y sé que también está preocupado, sigue analizándome detenidamente mientras se escuchan pasos acercarse del otro lado de la puerta.

—No quiero hablar con ellos —digo en voz baja, pero aun así noto que él me escucha.

—Debes hacerlo Mer, lo sabes —asiento lentamente y James me da una mirada compasiva.

Un golpe en la puerta y la voz de mi madre llamándome del otro lado, me hace levantarme rápidamente y colocarme detrás de la silla -estoy empezando a ponerme nerviosa-.

James abre la puerta y mi madre entra primero, inmediatamente me busca con la mirada y noto como su expresión se torna inquietante al verlo a él sosteniendo la puerta.

—Cuánto tiempo James, me alegra mucho verte —dice mi madre mientras le da un abrazo.

—Hola Sofí, sí, a pasado mucho tiempo —James no sonríe, pero mi madre ni siquiera se da cuenta, sigue observándome con esa mirada de preocupación.

Mi padre entra después y saluda a James mientras ella se dirige hacia mí, en ese momento me doy cuenta de porque están tan nerviosos, no es porque James este aquí, no es porque crean que pude haber recordado, es por el chico rubio que viene entrando detrás de papá.

¿Liam?

¿Qué rayos hace Liam aquí?

Salgo de detrás de mi silla y paso por el lado de mi madre sin detenerme a saludarla.

—¿Qué haces aquí? —pregunto directamente a Liam sin dejarlo entrar de un todo a la casa.

—Tenía que hablar contigo —responde, pero su mirada no se aparta de James.

—¿Ahora si puedes explicarme? —voltea la mirada hacia mí y veo arrepentimiento en sus ojos.

—¿Podemos salir? —la voz de Liam es baja pero no titubea en ningún momento. —Cariño...

—Está bien —lo interrumpo, camino fuera de casa y él me sigue.

Siento los ojos de James en mi espalda en todo momento y no puedo sentirme más insegura y confundida, no sé qué hacer, ni que decirle, Liam... es mi novio, es mi presente y James... James es mi pasado.

Pero un pasado que yo misma elegí, no como el presente: ese que construyeron mis padres a base de mentiras.

Nos sentamos en el banco de afuera y él guarda silencio, no dice nada en un rato y a los minutos empiezo a desesperarme, solo está mirando hacia su regazo sin siquiera voltear la vista hacia mí.

—Liam... Si no vas a decir nada ¿para qué traerme hasta aquí?

—Tus padres no me lo dijeron —dice inmediatamente y yo lo miro sin lograr comprender.

—Los escuche hace unos meses mientras discutían, mencionaron a un chico, James, creo que ese era su nombre ¿Es él? —hace un gesto hacia la casa y yo asiento.

—¿Por qué no me lo dijiste antes?

—Me pidieron que no te lo dijera y, realmente tenía miedo de que me dejaras por él —me observa titubeante —Lo siento, de verdad.

—Liam... —me siento tan agotada, ni siquiera se me ocurre el que responder a eso.

—Lo entiendo Mer, no es necesario que me lo expliques, creo que yo me sentiría igual que tú si me pasara algo parecido. —su mirada ahora es triste.

Lo tomo de la mano y él me mira inquieto, no sé qué decirle.

—¿Aún lo amas? —no esperaba que me preguntara eso, pero aun así lo analizó por unos segundos antes de responder, necesito saber que realmente está listo para esa respuesta, necesito saber que estará bien.

—Cómo a nadie Liam —suspira y baja su mirada hacia nuestras manos entrelazadas.

Después de unos segundos, se coloca en pie y se queda mirando hacia el cielo, lleva un suéter negro y el pantalón jean que le regale para su cumpleaños, sus zapatos clásicos y su cabello peinado hacia atrás lo hacen ver un poco más sofisticado.

—¿Podrías haber sido más compasiva sabes? —dice de repente —¿Qué es eso decirle a tu novio que amas a otro como a nadie? —lo miró nerviosa, pero me relajo en cuanto voltea hacia mí y veo su expresión divertida. —Eso es un golpe muy bajo.

—Lo siento —digo sincera y me coloco a su lado. —¿Sabes el por qué mis padres me lo ocultaron?

—Necesitas hablar con ellos Mer, no son malos, solo querían protegerte. —asiento y el suspira. —Entonces... ¿Hasta aquí llegamos? —pregunta titubeante.

—Realmente espero que puedas ser muy feliz Liam, te lo mereces más que nadie. —lo veo cerrar los ojos mientras respira profundamente, voltea su mirada hacia mí y a pesar de que veo tristeza en sus ojos, me brinda una pequeña sonrisa.

—Lo seré, tengo a muchas chicas detrás de mi ¿Recuerdas? —su sonrisa ahora es pícara.

—Lo sabía, ni siquiera te has ido y ya estás pensando en las otras —él sonríe ampliamente y yo continuó —Pero hablando en serio Liam, más que una chica cualquiera, es alguien que te haga feliz, recuérdalo.

—Lo sé. —dice en voz baja y vuelve a mirar hacia el cielo.

—¿Qué hay de Sandy? —la pregunta sale de mis labios sin siquiera detenerme a pensar.

—¿Qué pasa con ella? —pregunta sin voltear la mirada hacia mí.

—Tú le gustas. —no observó ninguna reacción en él, así que supongo que ya lo sabía.

—Mi hermano la quiere como si fuera su hermana, y no sé, no quiero que nuestra amistad y la de ellos se arruine si lo nuestro no funciona.

—Liam... Si no arriesgas no ganas.

—¿Por qué siento que te quieres deshacer rápido de mí? —contengo la risa y dirijo mi mirada hacia el cielo, las estrellas brillan hermosamente y la luna esta espectacular, se siente tan bien hablar con él de esta manera.




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