Merly

CAPÍTULO XXVII

—¿Pasa algo? —pregunto mirando hacia James y mis padres alternadamente.

—Nada, no pasa nada, creo que es tiempo de que hables con tus padres —James se pone en pie y agarra a Dani de la mano, el cual acaba de acercarse a él.

—¿Ya no nos quedaremos? —pregunta Dani y James me mira nervioso.

—James... —lo interrumpo antes de que responda —pueden quedarse si quieren.

Mis padres me miran inquietos e inmediatamente me doy cuenta de que no les gusta nada mi oferta, pero es que realmente, no quiero que se vayan, necesito tenerlos aquí.

—No es necesario Mer, además, no hay mucho espacio —dice James indeciso.

—Pueden quedarse en mi habitación, yo me quedaré con mis padres —escucho a alguien carraspear y miró hacia la puerta. —Oh, Liam, si, tú... ehh, ¿te molestaría mucho quedarte en el sofá? —digo y cierro la boca en cuanto la pregunta sale de mis labios.

Él sonríe y asiente.

—Por mí no hay ningún problema.

—Por mi sí —dice mamá —¿Cómo puedes permitir que duerma en el sofá?

—O puedo irme a un hotel —dice Liam incómodo

—No puedes quedarte en un hotel cuando tenemos una casa aquí. —mi padre sale en su defensa esta vez.

—¿Y qué quieren entonces? ¿Qué se vayan James y Dani? Porque si eso es lo que quieren yo me voy con ellos —digo resuelta.

No pueden venir y querer sacarlo de aquí, cuando él es el único que merece estar aquí, ni ellos lo merecen después de todo lo que han hecho.

—No es necesario... Mer, ¿puedes acompañarme un momento? —asiento y lo sigo a la cocina.

—Nos iremos nosotros, vivimos cerca, él no, y tú necesitas hablar con tus padres. —dice apenas entramos.

—Puedo hablar con ellos mañana. —James no dice más nada, pero la mirada de reproche que me da me hace bajar la cabeza y asentir.

Tiene razón.

Me despido de ambos y subo rápidamente hacia mi habitación, dejo todo en orden y me dirijo a la de mis padres, aún están abajo hablando con Liam así que me acuesto en su cama.

Después de un rato, empiezo a sentir sueño y los ojos se me empiezan a cerrar.

¿Por qué tardan tanto?

******

07 de mayo del 2021

—Cariño, despierta. —mamá me toca el brazo levemente mientras me llama.

—¿Qué pasa? —digo soñolienta.

—Liam ya se fue. ¿No tienes hambre?

—Mmm... ¿A esta hora? —preguntó sin levantarme.

—Son las nueve y media Merly. —me levanto de un brinco y mi madre niega con la cabeza, ya está acostumbrada a mis arrebatos en las mañanas.

Se fue sin despedirse.

Aunque bueno, así es él.

—¿Por qué no me despertaron anoche? —preguntó a penas recuerdo que me dejaron esperándolos.

—No habíamos comido nada así que quise cocinar algo, había un poco de pavo, pero estaba salado —no tengo nada que decir al respecto, pero si del otro tema.

—¿Cuándo me van a contar lo que realmente pasó? —la miro seriamente, ella suspira derrotada y se acomoda junto a mí.

—El día del accidente llegamos tarde a casa, acabábamos de llegar hace poco cuando la madre de Megan vino corriendo a avisarnos que tu auto se había estrellado a las afueras del pueblo, salimos inmediatamente y dejamos la comida a medio tocar, casi me desmayo cuando vi tu auto destrozado en la parte de atrás, el padre de James te estaba sacando del auto en ese momento, te coloco en el suelo y fue por Mel, pero Mel... Mel estaba muy mal, estaba consiente pero se notaba el gran esfuerzo que hacía para mantenerse así, solo lloraba y lloraba mientras pedía que salvarán a su bebé, no te imaginas lo que me destrozó verla así Merly, ella, tú sabes que yo la adoraba, que era otra hija para mí. —mi madre empieza a llorar y a mi empiezan a arderme los ojos de solo imaginarme a Mel de esa manera. —Tú estabas bien, nos lo dijeron desde un principio, pero ellos no hija, Mel recibió todo el impacto del auto de atrás y James salió disparado por el parabrisas. Cuando lo vi allí tirado, lo que sentí fue horrible, pensé que James se había ido Mer, te juro que pensé que no estaba respirando y me preguntaba una y otra vez porque estabas conduciendo tú y no él.

Ahora mis lágrimas son las que no dejan de salir, nunca pensé en cómo se habían sentido mis padres, pero, aun así, eso no explica absolutamente nada, no explica el porqué de sus actos.

—Mamá... —digo en voz baja y con la voz llorosa.

—No he terminado Mer. —asiento y ella continúa —Al otro día, cuando despertaste, estabas tranquila, solamente tenías golpes, pero no era nada grave. Fuimos un momento a la cafetería para traerte algo y cuando volvimos querías ver a Mel, le habían sacado a su bebé el día anterior y estaban tratando de salvarla, James aún no había despertado, pero te permitieron verlo, lloraste toda la tarde, pero al final volviste a tu habitación. Cuando Mel salió de cirugía te colaste en su habitación, en algún momento ella empeoró y tú gritabas y llorabas mientras veías a los doctores tratando de reanimarla, tu padre y yo te sosteníamos porque teníamos miedo de que te derrumbaras, tú la viste morir Mer, te pusiste tan mal que te desmayaste.

—No lo sabía —sigo llorando y no puedo detener las lágrimas. —Pensé que no la había visto más, pensé que había muerto sola.

—No hija, no despertaste sino hasta al otro día cuando unos chicos de tu escuela vinieron a visitarte, no recuerdo muy bien su nombre, pero cuando salió de tu habitación empezaste a tirar todo al piso, te quitaste el suero y no parabas de gritar mientras las lágrimas corrían por tu rostro, empezaste a culparte, y decías cosas sin sentido, a la media hora nuevamente estabas tranquila y no recordabas nada, pero al llegar la noche nuevamente volvías a gritar y a decir cosas que realmente nos dejaron preocupados, el doctor nos recomendó llevarte a un psiquiatra, y al principio no le prestamos mucho atención, pensábamos que solo era el golpe del momento, hasta que un día te intoxicaste, intentaste quitarte la vida Mer, no sabemos de dónde sacaste las pastillas pero tenías muchas contigo, en ese mismo momento nos preocupamos, teníamos miedo de que volvieras a intentar a hacerlo, así que decidimos trasladarte rápidamente a un hospital psiquiátrico, ni siquiera tuvimos tiempo de avisarle a los padres de James y luego, cuando tenias dos meses de estar en ese lugar, olvidaste todo, decidimos que lo mejor para ti era alejarte de este pueblo, que lo mejor era que no recordaras. 




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