Mermaid

3- Harnerstay, Sharend y Senzgia

Omnisciente

Ella giraba alrededor de la sala, dando vueltas sin parar para esperando a que los que había llamado llegaran. Los nervios la carcomían, sabia que cada vez se acercaba el día que su padre mencionó antes de morir por el castigo del pentágono.

— Señorita.. — giró sorprendida en dirección a la puerta y los vio. Uno de ellos vestía con una chaqueta de cuero negra cubriendo una camisa blanca debajo, llevaba lentes obscuros y unos vaqueros azules. El otro, mas alto que el anterior, igual llevaba una chaqueta de cuero pero el llevaba de bajo una camisa negra, sus vaqueros eran negros e igual llevaba lentes negros.

— Hasta que llegan — soltó la mano con la que se sostenía el hombro.

— Perdón es muy difícil llegar aquí ¡sin un ángel! — dijo el mas bajo de ellos — pero ya tenemos nuestra propia entrada, el humo negro.

— Señorita, mi nombre es Jayson y el de mi amigo es Bryan — se presentó el más alto de ellos dos el cual era Jayson.

— Ashley — Dijo la chica mientras se iba a una mesa con un libro.

— Bueno ¿para que quiere una hermosa vampira la ayuda de dos hombres lobo? — Jayson se acercó a la chica de manera coqueta y ella dio una mueca.

Ashley

— Les seré sincera — dije mientras volteaba hacia ellos para poder verlos a los ojos — necesito a alguien aquí, antes de año nuevo.

— ¿Y en donde entramos nosotros? — preguntó Jayson arqueando una ceja.

— Su gran olfato me seria de gran ayuda para esto — respondí seca — la persona que busco tiene gran cantidad de poderes, 12 para ser exactos. Y al ser la criatura que es, es muy difícil rastreara sin algún hechizo. Y yo no estoy para la magia blanca.

— ¿Su madre aprueba esto? — la pregunta de Bryan hizo que los demonios de mi interior salieran a relucir. Mis ojos se trasformaron en un rojo sangre y mis colmillos salieron sin aviso. Tenía hambre, pero no quería sangre de un perro apestoso.

— Están trabajando para mi no para mi madre — contesté golpeando con furia la mesa con mi mano.

Jayson aclaró su garganta y puso su mano en mi hombro tratando de calmarme — ¿Cuál es la misión señorita? — no tenia alguna foto, era un retrato hablado dibujado por mi cuando apenas tenia poca edad. La chica era de cabello colorido y ojos azules, ella seria o mi salvación o mi destrucción. Pero fuera lo que fuera, una tenia que morir.

Les extendí el dibujo, Bryan lo tomó en sus manos y lo examinó con la mirada.

— ¿Es esta? — preguntó Jayson acercándose a Bryan.

— ¿Que quieres que hagamos con ella? — el chico me miró fijamente.

— Que la traigan — contesté seca.

— Está bien — dijo el chico dejando el dibujo en la mesa.

— Tráiganla a Harnestay lo mas pronto posible

—Dime en que parte de la tierra esta — Bryan dio un paso al frente y yo le entregué un papel con la dirección de la ciudad donde vivía. Los chicos salieron de la habitación dejándome sola con mis pensamientos.

— Descuida papá haré todo lo necesario para hacerte volver — dije en voz alta mientras miraba el retrato de mi padre que colgaba de la pared.

Solo pasaba por mi cabeza ese día el cual mi papá murió y me advirtió sobre ella. Mis ojos se llenaron de lágrimas al recordar aquella escena que paso hace casi 200 años.

— Señorita... — escuché la voz de la mucama.

— ¿Si? ¿qué paso Mary? — le contesté mientras me secaba las lágrimas de los ojos.

— Ya llegaron — Me dijo y una sonrisa se mostró en mi rostro.

Adriana

Caí al piso y los vi cara a cara.

— Mira Bryan la pequeña sirena — dijo el tipo mas alto de ellos tomándome bruscamente del pelo.

— Cierto Jayson, Ash se pondrá súper feliz al a ver encontrado a este desperdicio de espacio en el mundo — dijo el mas bajo el cual era Bryan.

Uno de los chicos se acercó a mi y me golpeo dejándome inconsciente. Desperté y estaba en los hombros de uno de ellos, tenia manos y pies atadas, la boca tapada con cinta, lo único que podía mover eran los ojos.

Observe un lugar, obscuro como la noche, la luna se veía al final del bosque alumbrando y siendo el único objeto que se miraba en varios kilómetros. Llegamos a una mansión grande y súper obscura. Ya dentro de la mansión, caminaron algunas puertas, entraron en una habitación totalmente obscura, al final de esta solo se veía una luz al fondo de cuarto. Me bajaron y me pusieron en una silla. Era imposible moverme.

— Mira nada más, quien esta aquí — Dijo una voz que desconocía — La sirenita.

— Sirena incompleta — corrigió el chico que antes me traía cargada — al pasar por el lago, no hubo transformación.

— ¿No tiene cola aún? — ella soltó una risa que me hizo estremecer — es una sirena incompleta, ¿Que te pasa nena? ¿Tienes retraso o algo? — esa mujer ¿como sabia todo esto de mi?



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En el texto hay: lucha de poderes, amor, magia

Editado: 16.02.2018

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