Merynna Ryddle

5

Al día siguiente, la joven se levantó con prisas. Tenía el tiempo justo para desayunar e ir a su primera clase. Salió a paso apresurado de su habitación pero, al llegar al pasillo, fue más lentamente. Como si tuviese todo el tiempo del mundo. Los alumnos se apartaban para dejarla pasar. Con la barbilla alta, llegó tranquilamente al comedor donde se sentó junto a su amiga y compañeras de habitación. Dorea y Eileen, hablaban animadamente. Walburga las escuchaba silenciosamente mientras analizaba el cada persona de primer año de su casa.

-... y por eso es un idiota.

-Veo que sigues igual, Dorea. -le dijo ella mientras se sentaba al lado de Walburga y en frente suyo. La chica le dirigió una pequeña sonrisa confirmándolo.

-Ciertamente, voy a admitir que es guapo. Pero, no lo suficiente para mí, claramente. -rebatió Eileen.

-Ecs, ese medio traidor de sangre. ¿Cómo puede gustarte? -preguntó indignada la Black que ya había dejado a un lado su escrutinio. Suspirando, le restó importancia.

-Chicas, no se vosotras, pero, llegamos tarde a Pociones. -señaló Merynna para calmar los ánimos. Las demás asintieron y se levantaron para después salir del comedor. Tranquilamente, como si fueran las dueñas del colegio, caminaron hacia la clase presidida por su tutor. La mayoría de alumnos de su casa, bajaban en señal de respeto hacia ellas. Los de otras casas, en cambio, las miraban con recelo y, algunos, con odio. Tras finalmente bajar las escaleras y llegar al salón, encontraron a la mayoría de mesas ocupadas. Rápidas, se sentaron en las dos penúltimas mesas reservadas especialmente para ellas. Dos minutos después, el profesor entraba por la puerta y daba comienza la clase de Pociones. Tras presentar a la joven, empezó explicando los conceptos básicos de las pociones. Merynna, se aburrió a los cinco minutos. Todo aquello ya lo había aprendido en su casa gracias a sus padres y a su gran curiosidad que la había conducido a leerse todos los libros de la inmensa biblioteca de su hogar. Conteniendo su suspiro, se dispuso a estudiar a sus compañeros de casa presentes en aquella clase mientras fingía estar muy interesada en lo que decía el profesor.

-Blouer, que se obtiene si mezclamos polvo de escama de dragón junto a una rama de roble? -preguntó el anciano a la chica. Sin cambiar su cara, le respondió muy tranquila.

-Se obtiene una poción que al bebérsela aumenta el poder mágico durante un periodo determinado de tiempo que depende de la cantidad de sustancia ingerida y añadida. -respondió con una pequeña sonrisa de suficiencia. El profesor también lo hizo.

-Muy bien, señorita Merynna. Veinte puntos para Slytherin. -felicitó complacido.

Media hora después, Mery salía de aquella aula muy complacida. Por un lado, estaba segura de haberse ganado el favor del profesor Slughorn. Y por otro, había estudiado completamente a sus compañeros.

Acompañada por Walburga, las dos se encaminaban hacia la Sala Común. Eileen y Dorea se habían ido a la biblioteca. Antes de poder girar hacía allí, oyeron como una cuantas voces hablaban en voz baja. Walburga, sabiendo de lo que se trataba, no quiso arrastrar a su amiga aunque ella estuviese metida de lleno en el asunto por ser una Black. Tuvo que inventar una buena excusa para que Mery no fuese hacia esa esquina. Merynna aceptó la excusa de la Black aunque en sus ojos se podía notar el brillo de la desconfianza. Pero se dejó arrastrar segura de que tarde o temprano Walburga tendría que contárselo.

 



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En el texto hay: hogwarts, harrypotter, tomriddle

Editado: 14.06.2021

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