Merynna Ryddle

6

Tom Ryddle dejó de hablar cuando notó que su hermana se acercaba junto a la Black. No deseaba que su hermana se enterase de lo que planeaba. No quería meterla en eso. Aunque nadie lo supiese, él podía sentir. Ese sentimiento de protección que surgía cuando veía a su hermana menor lo confirmaba. Él realmente la amaba y deseaba protegerla de todo. Aunque eso fuera de él mismo.

Cuando notó que las chicas desaparecían escaleras arriba, volvió a hablar.

-¡Lo quiero para el mes que viene! Sin falta. O, por el contrario, habrán consecuencias. -susurró ferozmente mientras sus ojos brillaban. Los chicos que estaban allí a su alrededor se estremecieron de pies a cabeza ante la amenaza oculta tras aquellas palabras. Cuando el Ryddle estuvo seguro de que les había quedado claro, dio media vuelta y se marchó escaleras arriba hacia su habitación.

Merynna se sentó en su cama con Walburga a su lado. La Black, tras cinco minutos sin hacer nada, se levantó de un salto y se dirigió hacia la puerta. Extrañada, su amiga la siguió. Cuando iba a preguntarle que ocurría, la chica hizo un gesto de silencio.

-He escuchado que Eileen en vez de ir a la biblioteca, ha ido a visitar a un pretendiente suyo. -susurró con una pequeña sonrisa en sus labios.

-¿Cómo? -preguntó Mery mientras las dos salían de la sala común.

-Digamos que escuché por allí que quedarían en la Torre de Astronomía.

-Vamos y volvemos.

-Bien.

Las dos serpientes se dirigieron hacia la torre en donde tuvieron que subir unas veinte escaleras antes de tener que echarse contra la pared al escuchar voces. Sin asomarse, se quedaron quietas tratando de escuchar lo que decían.

-... di algo y estarás muerta. Él está desesperado. No dudará en hacer cualquier cosa para arrancarte cualquier pedazo de información. -dijo desesperadamente una inconfundible voz de chico. A pesar de los años, Mery aún era capaz de distinguirla. Alphard Black. Mery echó una mirada a su acompañante y vio que fruncía el ceño ante las palabras de su hermano menor.

-Lo sé. Pero no lo sabrá ni de lejos.

-Espero que así sea. Eileen, no dejes que lo sepa. Tampoco que sospeche. No sabes de lo que es capaz.-dijo él desvelando a la chica.

-Gracias por tu preocupación, Alphard. Pero estaré bien. -al darse cuenta de que la conversación ya se había termina y que comenzaban a bajar, las chicas corrieron escaleras abajo y rápidamente pero sin correr, se perdieron entre los estudiantes. Mery caminó apresurada de vuelta a la sala común aún con la conversación en su mente. Walburga la siguió de cerca. Al llegar a su habitación y cerrar la puerta, se miraron y asintieron de acuerdo. Fingirían no saber nada. Merynna tenía un extraño presentimiento. Y sus presentimientos jamás fallaban. Tras coger un libro y ponerse a leer, comenzó a formular un plan para llevarse discretamente a Eileen a la Sala de los Menesteres e interrogarla. Sinceramente, la postura de Walburga le parecía extraña. No sentía curiosidad. Algo muy inusual cuando ella estaba muerta de ella. 



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En el texto hay: hogwarts, harrypotter, tomriddle

Editado: 14.06.2021

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