Mes de julio 2024, no tendrías ninguna autoridad sobre mí

No tendrías ninguna autoridad sobre mí

Las situaciones duras son las que nos hacen fortalecernos para que crezca nuestra fe, aunque pensamos que nuestras oraciones no han sido oídas o que Dios no las está haciendo conforme le pedimos.

En realidad, está haciéndola cumplir del modo correcto. Tenemos que seguir trabajando pues el compromiso de Dios no está designado solo a cumplirse en la tierra, se basa en la sabiduría eterna de cumplirse en la plenitud del cielo.

Toda oración llega a oídos de Dios, no dudemos que está trabajando en eso que le pedimos solo que nosotros debemos forjar este espíritu para recibirlo.

Cuando un espíritu inmundo sale del hombre, éste vaga por el desierto y sediento se dice “volveré de donde salí”, entonces busca a otros peores que él y cuando llega a este mismo hombre encuentra la casa barrida y arreglada y así hace morada con todos ellos allí.

Un hombre debe saber que sin el Espíritu de Dios en el corazón otro espíritu lo habitará y no quiere decir que cuando caigamos en pecado este otro lo habitará, sino que la gracia de Dios dada en su Espíritu debe de infundir el temor para que aquel otro no se cobije en nuestro ser.

Todos somos pecadores eso es natural, pero es divino acercarnos a Dios en todo instante aún en pecado para que nos envuelva en su perdón.

No hay nada fuera de Dios, todo está bajo sus manos incluso aquellos espíritus inmundos.

«Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?»

El tiempo de Dios para eliminar al enemigo se acerca, pero la maldad está en los hombres por lo que debemos prepararnos para que todas estas cosas no nos pasen a nosotros y el único que podrá librarnos de todas estas cosas que vendrán es Dios.

El camino es Jesús y nuestro maestro nos enseñó cómo he de librarnos a través de cumplir sus enseñanzas.

Los hombres no reconocían a Jesús como el Hijo del Altísimo, pero los demonios, sí. Es por lo que le imploran ser enviados al hato grande de cerdos que yacía cerca, aún debe de haber el número de hombres para gobernar con Jesús en el reino de los cielos, para que acontezcan todas las calamidades en la tierra sobre quienes no hacen su voluntad.

Los hombres con Dios pueden sobreponerse no por ellos, sino por la gracia de Dios, pero sabemos que la vida en la tierra es limitada y llega a su fin mas no los días de los hombres en los cielos.

«Si la trompeta suena en la ciudad, la gente se alarma; si algo malo pasa en la ciudad, es porque el Señor lo ha mandado. Nunca hace nada el Señor sin revelarlo a sus siervos los profetas.»

La palabra de Dios es viva y eficaz, más cortante que una espada de dos filos corta el alma, las coyunturas y llega a los tuétanos de los huesos. Para discernir las intenciones del corazón de los hombres. Nada escapa a la sabiduría de Dios y no hay algo escondido que no llegue a saberse.

La palabra de Dios que narran los hechos del fin que acontecerán son para que conozcamos qué hacer, para poder salvarnos. Nuestro corazón no se llene de las cosas materiales de la tierra, las cosas valederas son las del cielo. No acumulen tesoros en la tierra donde el hollín y la polilla carcome, mas bien acumulen tesoros en el cielo donde el ladrón no hurta ni nada lo carcome.

Lo valioso está en eso qué hacemos con los que tenemos cerca, de como nos expresamos, de cómo nos sentimos en los momentos difíciles cuando tenemos a Dios en el corazón. Cómo podemos resolver en los momentos desafiantes, qué hacemos cuando alguien nos necesita, si nos negamos a nosotros por el amor de Dios actuando en nosotros.

«Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón; porque de él mana la vida».

Lo perecedero no surte mayor efecto que, un pueblo caminando con el anhelo de llenarnos del consuelo del Espíritu de Dios porque nos hemos apartado del camino correcto.

«Os trastorné, como cuando Dios trastornó a Sodoma y a Gomorra, y fuisteis como tizón escapado del fuego; pero a pesar de eso, ustedes no se arrepintieron. Yo, el Dios de Israel, les juro que así fue. Por todo eso, pueblo de Israel, ahora voy a castigarlos; y como no podrán evitarlo, ¡prepárense para encontrarse conmigo».

«Os digo que, entre los nacidos de mujer, no hay nadie mayor que Juan; sin embargo, el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él».

El camino lo empezó Juan el bautizante, pero él sabía que era la voz en el desierto, solo preparaba el camino a quién él no merecía agacharse para atarle los cordones de sus sandalias, aplanó los montes y rellenó las depresiones. Dijo que el que tenga dos capas que le dé una a quien no la tenga. A un soldado que le preguntó qué debía hacer, él le dijo que se conformara con su salario.

Jesús dijo “díganle a Juan, los ciegos miran, los cojos andan y la buena noticia es proclamada a los pobres”. Jesús es el único camino ¿Por qué dudan?

«Si yo no hago las obras que hace mi Padre, no me crean. Pero si las hago, aunque no me crean a mí, crean en las obras que hago, para que sepan de una vez por todas que el Padre está en mí y que yo estoy en el Padre».

«Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá».

«Ciertamente os aseguro que me buscáis no porque habéis visto señales, sino porque comisteis pan hasta llenaros. Trabajad, pero no por la comida que es perecedera, sino por la que permanece para vida eterna, la cual os dará el Hijo del hombre».



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En el texto hay: inspirador, fortalecimiento personal, alentador

Editado: 09.07.2024

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