PARTE IV – EL NOMBRE DEL ENEMIGO

CAPÍTULO 19 – CONFRONTACIÓN DE HERMANOS

Hermia, Darian y Lira encontraron a Ronan en los jardines del viejo invernadero. Estaba sentado en una banca de piedra, con la mirada fija en el suelo. No hizo falta que le dijeran nada. Sabía que lo buscaban.

—Sabías que era ella —dijo Hermia sin rodeos—. Y aún así la protegiste.

—Es mi hermana —respondió él, con la voz quebrada—. No podía creerlo. No quería creerlo.

—Ginia usó tus secretos. Tus silencios. Tus sentimientos —intervino Lira—. Y ahora Villa Mestiza está pagando por eso.

Ronan apretó los puños.

—Díganme qué hacer.

—Di la verdad —dijo Darian—. Y quédate para enfrentarla.

CAPÍTULO 20 – LA VERDAD EXPUESTA

La reunión extraordinaria fue convocada esa misma noche. Habitantes de todo el Valle llegaron con sus comunicadores encendidos y el aliento contenido.

Fue Ronan quien subió al estrado improvisado.

—Mi nombre es Ronan Wells. Y esta noche, quiero contarles quién es Panecillo.

La tensión era espesa. Todos contenían el aliento.

—Es Ginia Wells. Mi hermana.

El silencio fue sepulcral. Luego estallaron los murmullos. Algunos sorprendidos. Otros… no tanto.

—Ella se sintió traicionada por lo que este Valle representa —continuó Ronan—. Y quiso castigarlo. Pero yo… yo la ayudé, aunque no lo supe del todo. Y pido disculpas.

Hermia lo observó desde el fondo. Darian le apretó la mano. El primer paso estaba dado.

CAPÍTULO 21 – EL ERROR QUE LA DELATÓ

Ginia no apareció por su casa. Ni por ningún lugar público. Fue Lira quien encontró una pista sin querer: una carta a medio escribir firmada con la frase “Gracias… Panecillo”.

Hermia la leyó en voz baja y comprendió que Ginia había planeado todo: las fotos, los mensajes, las amenazas. Pero también que había alguien más detrás de ella.

—Jay Logan está en el Valle —dijo Hermia.

Darian se puso de pie de inmediato.

—¿Estás segura?

—Totalmente. Solo él puede haber orquestado algo tan retorcido… con esa perfección.

CAPÍTULO 22 – EL ECO DE UN NOMBRE MALDITO

Mayme recibió la noticia como un golpe seco al pecho. Jay Logan. Su padre. El monstruo de su infancia.

—¿Está aquí? —preguntó con voz temblorosa.

—No solo está aquí —dijo Halden—. Está reuniendo magia. Y gente.

—Quiere destruir lo que representas —añadió Hermia—. No solo como hija… sino como símbolo de cambio.

Mayme se levantó. Respiró hondo.

—Entonces déjenme enfrentarlo.

CAPÍTULO 23 – VILLA BAJO SOMBRA

Villa Mestiza fue reforzada mágicamente. Todos se preparaban para lo que sabían sería una batalla. Ginia fue detenida tras un intento de huida, y confesó entre lágrimas:

—Jay me prometió que cambiaría el mundo… si yo lo ayudaba a romper este.

Mayme se mantuvo en silencio. Pero dentro de ella, el fuego era real.

—No quiero venganza —le dijo a Hermia esa noche—. Quiero justicia.

CAPÍTULO 24 – EL ENCUENTRO FINAL

Jay Logan apareció al amanecer, con un manto oscuro y una sonrisa de desprecio.

—Mi hija —dijo con voz teatral—. Qué decepción tan mágica has resultado ser.

—Y tú, una sombra que por fin se disipará con la luz —respondió Mayme.

La batalla fue una danza de hechizos, fuego y recuerdos. Halden y Darian lucharon a su lado. Hermia protegía a los habitantes, organizando escudos.

Jay era poderoso. Pero Mayme era más valiente.

Con un hechizo creado por ella misma, canalizó su historia, su dolor, su renacimiento… y lo venció.

Jay Logan cayó, no como un monstruo, sino como un hombre que ya no tenía poder sobre nadie.